Un poco de historia

El 1983, un grupo de jóvenes se reunía para orar tras una experiencia vivida en Taizé. Al poco tiempo, del encuentro con el Señor y con los hermanos, surgió la necesidad de la celebración común de la Eucaristía, como máxima expresión del Amor de Dios. Comenzaron a reunirse los sábados para formarse en la Fe (catecumenados) y compartir todos juntos su vida en la eucaristía.

Hemos de dar gracias al Señor, por la comunidad Franciscana al concedernos durante tantos años un sacerdote, hermano y cercano en todo momento, dedicado a esta tarea durante mas de 20 años, que ha hecho posible que tengamos una eucaristía celebrada y vivida en familia, a la que ahora también asisten nuestros hijos, algunos ya jóvenes universitarios que han ido nutriéndose a lo largo de su vida de esta experiencia celebrativa y gozosa como es la eucaristía.

Una vez que el Señor fue agregando hermanos a la tarea, comenzamos a animar una celebración dominical en la Iglesia de San Francisco y también a salir de aquellos muros para participar en la pastoral diocesana. Surge por tanto el ministerio de liturgia en los jóvenes. Su misión era preparar y ambientar la celebración de la eucaristía dominical de 9,00 de la noche (en los orígenes era a las 7 de la tarde). Se preparaban los cantos, se buscaban los lectores, se pensaba qué símbolos ofrecer de acuerdo a cada tiempo litúrgico...

Posteriormente se vio la necesidad de formarse y comenzamos a reunirnos con los demás monitores litúrgicos del resto de las eucaristías, constituyéndose así dentro del equipo litúrgico de la pastoral de la iglesia de San Francisco.