Oración Comunitaria 12/02/2015
INTRODUCCIÓN:
El fin de Manos
Unidas es la lucha contra el hambre, la miseria, la enfermedad, el
subdesarrollo, la falta de instrucción, y las causas que la producen.
La pobreza no
implica sólo la falta de ingresos, sino también la carencia material de
derechos y bienes imprescindibles para la vida: comida, condiciones higiénicas y
de salud, trabajo, agua potable, tierra, vivienda, posibilidad de desarrollo y
crecimiento cultural.
Como cristianos
estamos llamados a estar atentos a escuchar el clamor de los más pobres; si no
escuchamos ese clamor nos situamos fuera de la voluntad de nuestro Padre y del
proyecto que tiene para todos y cada uno de nosotros.
Pidamos al Padre
que nos ayude a establecer relaciones que pongan en el centro
la dignidad de cada persona y su valor transcendente como hijos de Dios.
Comenzamos este
encuentro con Francisco: Oh alto y
glorioso Dios..
SALMO 40:
Dichoso el que cuida
del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y
lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo
sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten
misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti».
NOTICIA:
Los Objetivos de Desarrollo del
Milenio” representaron un hito
histórico para la lucha contra la pobreza ya que se plantearon como
responsabilidad compartida de todos los estados. Gracias a este programa,
se han logrado avances muy
significativos, como la reducción a la mitad de las personas que viven
en situación de pobreza extrema, la accesibilidad a fuentes de agua potable, se
ha avanzado en la lucha contra la malaria y la tuberculosis, y también ha
disminuido la tasa de mortalidad materna.
Sin embargo, no podemos ser
indiferentes al hecho de que, todavía hoy, una de cada ocho personas en el
mundo sigue padeciendo hambre; todavía hay muchos niños que crecen con un peso
deficiente para su edad; el conocimiento sobre el VIH/s ida, y cómo evitar su
transmisión, sigue siendo muy pobre; se ha ralentizado la meta de lograr la
enseñanza primaria universal en 2015; persiste la desigualdad por cuestión de
sexo; las emisiones de CO2 son cada vez más altas; el ritmo de
desarrollo entre los ámbitos rural y urbano sigue siendo muy desigual, y, en
general, hay menos ayuda económica a los países en desarrollo.
Acabar con las pobrezas del mundo necesita
un empeño constante, de personas e instituciones, de gobiernos y empresas; es
necesario destinar medios y exigir políticas respetuosas con la dignidad y
derechos de las personas. Pero ante todo, necesita el impulso de corazones
abiertos, dispuestos a recuperar el significado profundo de la solidaridad,
entendiéndola como una exigencia propia y connatural a las relaciones humanas y
principio social ordenador de las instituciones. Como virtud moral,
es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; esto
es, por el bien de todos y cada uno, para que “todos seamos verdaderamente responsables de
todos”.
EVANGELIO(Lc
18,18-27):
Uno de los principales le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué
he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Le dijo Jesús: «¿Por qué me
llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios.
Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no
mates, no robes, no levantes falso testimonio, honra a tu padre y a tu
madre.»El dijo: «Todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Oyendo esto Jesús,
le dijo: «Aún te falta una cosa. Todo cuanto tienes véndelo y repártelo entre
los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme.» Al oír
esto, se puso muy triste, porque era muy rico.
Viéndole Jesús, dijo: «¡Qué difícil es que los que tienen
riquezas entren en el Reino de Dios! .Es
más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico
entre en el Reino de Dios.» Los que lo oyeron, dijeron: «¿Y quién se podrá
salvar?» Respondió: «Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.
SALIDA:
Se nos llama a promover el desarrollo integral de los más
pobres y a resolverlas causas estructurales de la pobreza. Se nos llama a
implicarnos desde las acciones más pequeñas y concretas de nuestra vida cotidiana,
hasta las acciones más grandes de carácter comunitario, nacional y global.