Oración Comunitaria 11/06/2015
Oración
de inicio
Señor Dios, tú no miras a las apariencias sino a
nuestro corazón, tú eres perdón.Señor Dios, tú renuevas en nosotros la paz del
corazón y una alegría serena. Cristo resucitado, tú estás con todos, incluso
con los que no tienen conciencia de tu presencia. Cristo resucitado, tu pones
en nuestros corazones el deseo de tu Reino. Cristo resucitado, tú nos llamas a
compartir los frutos de la tierra y del trabajo. Señor Dios, por medio de
Cristo, nos ofreces la plenitud de tu vida. Señor Dios, en tus manos ponemos
toda nuestra vida.
Comenzamos con las palabras de Francisco ante el Cristo de San Damián
Canto de entrada: De noche iremos de noche…
Salmo
112: Alabado sea el nombre de Dios
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre: de la salida del sol
hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se
abaja para mirar al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con
los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da un puesto en
la casa, como madre feliz de hijos.
Canto:
La misericordia del Señor cada día cantaré
NOTICIA:
Capitalismo
contra ecología 'ABC - Alfa y Omega' - 2015-06-04
«En
la cumbre anual sobre el clima de la ONU que se celebrará en París a finales de
año, los Gobiernos debatirán las complejidades de la reducción de las emisiones
de gases efecto invernadero. Mientras, lejos de los pasillos del poder, muchas
personas que ya están tomando medidas para proteger el medio ambiente están
pagándolo con sus vidas». En 2014, fueron asesinados 116 activistas, según recogía
en abril ¿Cuántos más?, el informe anual de la organización Global Witness.
Tres
cuartas partes de los asesinatos se produjeron en América Latina. Las víctimas
fueron, en gran medida, miembros de comunidades indígenas. La causa: la presión
de grandes terratenientes –con apoyo paramilitar o policial– para hacerse con
el control de tierras y dedicarlas a la minería, a la tala, a la construcción
de presas o a la agroindustria, un boyante negocio en los últimos lustros,
aunque los beneficios alcanzan sólo a una minoría.
Cultivos
transgénicos de maíz, patata o algodón, y sobre todo de soja –el llamado oro
verde– han invadido Sudamérica. La nueva variedad de soja producida en
laboratorio ha provocado una acumulación de tierras sin precedentes.
El
genoma generado en laboratorio hace a las plantas más resistentes a ciertas
plagas, o en el caso de la soja, a un herbicida producido por la misma empresa
que vende las semillas, Monsanto. Esto permite introducir procesos de economía
de escala y reduce drásticamente la necesidad de mano de obra. De este modo, el
agricultor tradicional ha sido reemplazado por el técnico especialista, explica
Jorge Rulli, fundador del Grupo de Ref lexión Rural y antiguo responsable en el
Ministerio de Agricultura argentino, hasta que su oposición a los cultivos
transgénicos hizo insostenible su continuidad.
Su
oposición tiene, en primer lugar, motivación social. En todo el Cono Sur, los
cultivos transgénicos han forzado a cientos de miles de campesinos a emigrar a
las ciudades. Se hacinan en los suburbios, donde el Estado no llega. «Está
entrando el narco y controlando ciudades enteras de Argentina, como en México»
Los
latifundistas son el último eslabón de la cadena. A raíz de la comercialización
en EE.UU. de los transgénicos, a partir de los años 90, tres multinacionales se
han hecho rápidamente con el dominio de más del 50% del mercado mundial de
semillas, y, al ritmo actual, no tardarán en controlar la práctica totalidad de
alimentos que se consumen en el planeta. Lo recoge la organización Ecologistas
en Acción en el informe Información para un debate sobre transgénicos. En 1992,
las compañías de transgenicos obtuvieron una decisiva victoria cuando la
Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA), de EE.UU., dictaminó que existe una
«equivalencia sustancial» entre una planta genéticamente modificada y una
planta natural. En otras palabras: no hay necesidad de someter a la habitual
batería de pruebas a los nuevos organismos artificialmente generados en
laboratorio, a diferencia de lo que sucede cada vez que un producto incorpora
un nuevo aditivo alimentario. Esta decisión ha sido asumida después por varios
países de América Latina y Asia (frente a la resistencia de la Unión Europea),
que han aceptado la tesis apriorística de que no hay diferencia entre un
producto transgénico y otro natural, pese a que existen estudios en animales,
aún no concluyentes, que muestran serias consecuencias en la salud.
El
Grupo de Reflexión Rural ha fundado en Argentina un espacio ecuménico de
reflexión ecológica. De sus trabajos ha informado Rulli al Papa y al cardenal
Turkson, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz y responsable de
preparar el borrador para la encíclica Laudato sii, que verá la luz el 16 de
junio. Rulli advierte de que no hay que esperar de la encíclica soluciones
técnicas a problemas complejos, pero confía en que el documento generará una
«nueva conciencia en la Iglesia ante las problemáticas ecológicas, un tema
decisivo en estos momentos».
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LECTURA NUEVO TESTAMENTO: 2Co 5,14-21: Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados.
Hermanos:
Nos apremia el amor de
Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Cristo murió por todos, para
que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por
ellos. Por tanto, no valoramos a nadie por criterios humanos.
Si alguna vez juzgamos a
Cristo según tales criterios, ahora ya no.
El que es de Cristo es una
criatura nueva: lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Todo esto viene de Dios, que
por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el servicio de
reconciliar.
Es decir, Dios mismo estaba
en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y
a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos
como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio
nuestro.
En nombre de Cristo os
pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado, Dios
lo hizo expiar nuestros pecados, para que nosotros, unidos a él, recibamos la
salvación de Dios.
Canto: Ven Espiritu de Dios, haz nuevo el corazón, de nuestra imagen y de nuestro yo libéeranos Señor por la fuerza de tu amor…
Peticiones
Acción de Gracias
Padrenuestro
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