Oración Comunitaria 30/04/2015
ORACIÓN
COMUNITARIA JUEVES 30 DE ABRIL DE 2015
Monición de Entrada:
Incorporados
vocacionalmente a la alegría de los resucitados en Jesús.
Los discípulos
de Jesús experimentan la alegría de Dios en sus andanzas misioneras: “Los
setenta y dos volvieron llenos de alegría” (Lc 10,17). La vuelta a Dios, al
encuentro con Jesús, es siempre motivo de alegría: “os aseguro que también en
el cielo habrá más alegría por un pecador que se convierta que por noventa y
nueve justos que no necesitan convertirse” (Lc 15,7). Tras la prueba de la
muerte y la experiencia desconcertante de la resurrección, se dice que los
discípulos “después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén rebosantes
de alegría” (Lc 24,52)
La venida del
Espíritu Santo en Pentecostés redobla la experiencia de la alegría. La liturgia
proclama que “el mundo brilla de alegría, se renueva la faz de la tierra”. En
los hechos de los Apóstoles se presenta así la vida de la comunidad cristiana
de Jerusalén: “Eran unánimes y constantes, acudían diariamente al templo, partían
su pan en las casas y compartían los alimentos con alegría y sencillez de
corazón; alababan a Dios y se ganaban el favor del todo el pueblo” (Hc 2,46).
Fragmento de la carta de Pascua 2015
Con Francisco
comenzamos diciendo juntos: ¡Oh alto y glorioso Dios…
Salmo 30
Señor, yo te
alabo
porque tú me
liberaste,
porque no has
permitido
que mis enemigos
se burlen de mí.
Señor, mi
Dios,
te pedí ayuda, y
me sanaste;
tú, Señor,
me salvaste de la muerte;
me diste vida,
me libraste de morir.
Vosotros,
fieles del Señor, ¡cantadle himnos!,
¡alabad su santo
nombre!
Porque su
enojo dura un momento,
pero su buena
voluntad, toda la vida.
Si lloramos por
la noche,
por la mañana
tendremos alegría.
Yo me
sentí seguro, y pensé:
“Nada me hará
caer jamás.”
Tú, Señor,
en tu bondad,
me afirmaste en
lugar seguro.
Pero me negaste
tu ayuda
y el miedo me
dejó confundido.
Has
cambiado en danzas mis lamentos,
me has quitado
el luto
y me has vestido
de fiesta.
Por eso,
Señor y Dios,
no puedo quedarme
en silencio:
¡te cantaré
himnos de alabanza
y siempre te
daré gracias!
Noticia: Defiende un
trabajo digno
Cáritas Madrid,
Justicia y Paz y Hermandades del Trabajo han organizado la Campaña contra el
paro 2015, que precisamente lleva el lema Defiende un trabajo digno. El motivo
es que, «cada día, llegan realidades que
nos han hecho dar la voz de alerta. Por ejemplo, es muy común que lleguen
personas con trabajos de 40 horas a la semana y sueldos de salario mínimo
interprofesional con los que una familia no puede vivir de ninguna manera»,
señala Julia Íñigo, subdirectora del Servicio diocesano de Empleo. Lo
peligroso, añade, «es que, con motivo de la crisis, hay mucha gente desesperada
que trabaja en lo que sea». En lo que sea, recalca Ignacio María Fernández,
Consiliario de Justicia y Paz Madrid: «Nos llegan personas que cobran a 1 euro
y medio la hora, incluyendo horarios nocturnos y festivos. Otros trabajan en
casas durante 12, 24 o 36 horas seguidas, y ni siquiera los empleadores les
dejan ducharse. Recuerdo concretamente una mujer que, con la liberalización de
horarios, sólo puede estar con su hija un domingo de cada tres». Y lo que es
aún peor, añade: «Gente que llama a la parroquia pidiendo una chica para
limpiar la casa que sea específicamente latinoamericana, que, dicen, hay que
pagarlas menos».
Por eso, denuncian
en esta Campaña las condiciones de los trabajadores, ponen todos los medios
para dar respuesta y piden «a la clase política una responsabilidad mayor de
buscar consensos, acuerdos y pactos en bien de un proyecto común, que tengan
como centro la persona, no la economía», como señala Fernando García, desde
Hermandades del Trabajo.
Pero también hay
una tarea personal, añade Julia Íñigo: «Si conocemos a gente que busca
trabajadoras del hogar por precios irrisorios, o vemos carteles de trabajos en
condiciones indignas, hay que denunciarlo». Y concluye: «En Madrid, cada vez
hay más trabajadores pobres que, en cuanto pagan la vivienda, se quedan sin
dinero para suministros y alimentación». Sólo el año pasado, en materia de
vivienda, se atendieron desde Cáritas Madrid a más de 15.700 personas.
Evangelio: Lucas 10 1-11
Después de
esto escogió también el Señor a otros setenta y dos, y los mandó delante de él,
de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo:
“Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedidle al
Dueño de la mies que mande obreros a recogerla. Andad y ved que os envío
como a corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni monedero ni sandalias,
y no os detengáis a saludar a nadie en el camino. Cuando entréis en una
casa, saludad primero diciendo: ‘Paz a esta casa.’ Si en ella hay gente
de paz, vuestro deseo de paz se cumplirá; si no, no se cumplirá. Y
quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, pues el obrero
tiene derecho a su salario. No andéis de casa en casa. Al llegar a un
pueblo donde os reciban bien, comed lo que os ofrezcan; y sanad a los
enfermos del lugar y decidles: ‘El reino de Dios ya está cerca de vosotros.’
Pero si llegáis a un pueblo y no os reciben, salid a las calles diciendo:
‘¡Hasta el polvo de vuestro pueblo que se ha pegado a nuestros pies nos lo
sacudimos en protesta contra vosotros! Pero sabed que el reino de Dios está
cerca.’
Salida
Gracias, Señor,
por hacerme obrero de tu mies, gracias por hacerme sentir válido y ampliar mi
corazón raquítico hasta hacerle querer a todos. Aquí tienes mis manos… Renuévame
el contrato. Con Francisco terminamos diciendo: te adoramos…