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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 05/03/2015

ORACIÓN 05 MARZO 2015

ESCUELA DE ORACIÓN: La Cuaresma sigue llamando a nuestra puerta, y nos ofrece una nueva oportunidad: un tiempo para ir acogiendo el misterio de la Pascua, la explosión del amor del Padre en nuestro mundo.
Pongámonos en sus manos para seguir revisando nuestra vida, descubrir lo que tenemos que cambiar, afianzar lo que anda bien y sorprendernos con la novedad que Él nos ofrece.
Nos tienta la seguridad y el saberlo todo. Nos tienta el activismo y el hacer sin sentido. Nos tienta la incoherencia de dar buena imagen. Nos tienta la falta de sensibilidad ante el que lo pasa mal. Nos tienta abandonar y estar más tranquilos, cuando hay que empezar a cambiar hoy mismo.
Padre, ayúdanos a hacer silencio y que podamos escuchar tu voz.

Con Francisco decimos “Oh alto y glorioso Dios…”

SALMO 94
Feliz el que es educado por ti, Señor,
aquel a quien instruyes con tu ley,
para darle un descanso después de la adversidad,
mientras se cava una fosa para el malvado.
Porque el Señor no abandona a su pueblo
ni deja desamparada a su herencia:
la justicia volverá a los tribunales
y los rectos de corazón la seguirán.
¿Quién se pondrá a mi favor contra los impíos?
¿Quién estará a mi lado contra los malhechores?
Si el Señor no me hubiera ayudado,
ya estaría habitando en la región del silencio.
Cuando pienso que voy a resbalar,
tu misericordia, Señor, me sostiene;
cuando estoy cargado de preocupaciones,
tus consuelos me llenan de alegría.
¿Podrá aliarse contigo un tribunal inicuo,
que comete injusticias en nombre de la ley?
Ellos atentan contra la vida de los justos
y condenan a muerte al inocente.
Pero el Señor es mi fortaleza,
mi Dios es la Roca en que me refugio:
él les devolverá su misma iniquidad
y los destruirá por su malicia.
¡El Señor, nuestro Dios, los destruirá! 

NOTICIA
Por muy legal que sea el desahucio de la vivienda de los Gracia González, por mucho que en el proceso de expropiación se hayan respetado escrupulosamente todas las garantías, y por muy necesario que resultara para el remate de la ordenación urbanística de la zona la demolición de la finca, es difícil que el corazón no se acelere al contemplar cómo las excavadoras derriban los muros de una casa que –por muy «infravivienda» que fuera– tenía para sus ocupantes la condición de hogar.
El desalojo del inmueble ha venido acompañado de la clásica explosión de sentimientos –pena, impotencia y rabia– que suele derivar en enfrentamientos con la Policía, obligada a cumplir su papel de garante de una ley que la convierte en demonio a los ojos del pueblo.
Cuentan que los Gracia González pagaron hace casi sesenta años el terreno y que el patriarca de la familia levantó con sus propias manos la vivienda que ayer fue triturada por los brazos mecánicos de una grúa. Cuando el corazón se acelera al contemplar un desahucio, cuestionar la legalidad se convierte en algo natural, casi como un signo de humanidad del que brota un sentimiento de rebelión que es la prueba de que la carne y el hueso pueden más que el papel timbrado del Juzgado. Y si el corazón no se acelera, es que estás muerto por dentro.
Los Gracia González no aceptaron el dinero que fijó el Jurado Territorial de Expropiación Forzosa en concepto de justiprecio. Tampoco aceptaron el realojo, de manera que solo era cuestión de tiempo que la pena, la impotencia y la rabia estallaran ayer, cuando la presencia de las excavadoras presagiaba el fin de la batalla.
Llevo horas intentando que las razones jurídicas y el corazón encuentren un punto de equilibrio, pero me ha resultado imposible. Será porque sigo estando vivo o porque las palas de las excavadoras me parecen las fauces de una bestia que nunca mira a los ojos. 

EVANGELIO. Mateo  21: 33 - 43,
Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia." Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.
Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le dijeron: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo.» Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos.»

SALIDA:
Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro y sienten cómo brota de su corazón un sentimiento de alegría incontenible.
Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma, y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de los programas basura de la televisión, de las críticas, de la indiferencia.
Felices quienes intentan en la cotidianidad ir suavizando su corazón de piedra, para dar paso a la sensibilidad, la ternura, la com-pasión, la indignación teñida de propuestas.
Señor, danos luz para reconocer tu presencia en la realidad. Despójanos de lo que nos ata y sacude nuestras certezas, para empezar de nuevo, más humildes, desde tu verdad.
Con Francisco terminamos diciendo: Te adoramos….