Oración Comunitaria 02/10/2014
ORACIÓN de Octubre de 2014
Entrada:
Francisco está de vuelta de Espoleto. Está
de conversión y de busca caminos. Y de oración. Una tarde entra en la ermita de
San Damián. La débil luz de la lámpara deja ver una tabla bizantina en la que
la serenidad de un Cristo crucificado parece mover los labios con estas
palabras: "Francisco, ¿no ves que mi
casa se derrumba? Anda pues y repárala.
Con las mismas palabras con que Francisco
responde, queremos comenzar hoy nuestra oración comunitaria como cada semana
pidiéndole a Dios que ponga luz en nuestras vidas para hacer su voluntad. Cantamos
juntos: Oh alto y glorioso Dios…
Alabanzas al Dios Altísimo:
Tú eres el santo, Señor Dios único, el
que haces maravillas.
Tú eres el fuerte, tú eres el grande, tú
eres el altísimo, tú eres el rey omnipotente; tú, Padre santo, el rey del cielo
y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor de dioses; tú
eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero
Tú eres el amor, la caridad; tú eres la
sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia, tú eres la hermosura, tú
eres la mansedumbre; tú eres la seguridad, tú eres la quietud, tú eres el gozo,
tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres la justicia, tú eres la templanza,
tú eres toda nuestra riqueza a saciedad.
Tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre,
tú eres el protector, tú eres nuestro custodio y defensor; tú eres la
fortaleza, tú eres el refrigerio.
Tú eres nuestra esperanza, tú eres
nuestra fe, tú eres nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura, tú eres
nuestra vida eterna, grande y admirable Señor, omnipotente Dios, misericordioso
Salvador.
San Francisco de Asís
Canto: laudate omnes gentes, laudate Dominum
S Buenaventura: Leyenda mayor. Cap XI, 1:Inteligencia de las Escrituras y espíritu de profecía
1. El incesante ejercicio de la
oración, unido a la continua práctica de la virtud, había conducido al varón de
Dios a tal limpidez y serenidad de mente, que -a pesar de no haber adquirido,
por adoctrinamiento humano, conocimiento de las sagradas letras-, iluminado con
los resplandores de la luz eterna, llegaba a sondear, con admirable agudeza de
entendimiento, las profundidades de las Escrituras. Efectivamente, su ingenio,
limpio de toda mancha, penetraba los más ocultos misterios, y allí donde no
alcanza la ciencia de los maestros, se adentraba el afecto del amante.
Leía algunas veces los
libros sagrados, y lo que una vez se había depositado en su alma, se gravaba
tenazmente en su memoria; no en vano percibía con atento oído de su mente lo
que después rumiaba sin cesar con devoción y afecto.
Preguntáronle en cierta
ocasión los hermanos si sería de su agrado que los letrados admitidos ya en la
Orden se aplicasen al estudio de la Sagrada Escritura, y Francisco respondió:
«Sí, me place, pero a condición de que, a ejemplo de Cristo, de quien se dice
que se dedicó más a la oración que a la lectura, no descuiden el ejercicio de
la oración, ni se entreguen al estudio sólo para saber cómo han de hablar,
sino, más bien, para practicar lo que han escuchado, y, practicándolo, lo
propongan a los demás para que lo pongan por obra. Quiero -añadió- que mis
hermanos sean discípulos evangélicos y de tal modo progresen en el conocimiento
de la verdad, que crezcan en pura simplicidad, sin separar la sencillez
colombina de la prudencia de la serpiente, virtudes que el soberano Maestro
conjuntó en la enseñanza de sus benditos labios» (5).
Canto: Basta con mirar y callar…
Mateo 11, 25-30
Jesús exclamó:
- Te doy gracias,
Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y
entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha
parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más
que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se
lo quiera revelar.
Venid a mí todos los
que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Canto: Hazme, Señor, pequeño y hermano, de todos el último
Peticiones y acción de gracias
Padre Nuestro
Francisco aprendió de verdad el
Padrenuestro cuando entregó sus vestidos a su padre Pedro Bernardone y,
desnudo, exclamó: Desde ahora diré con
libertad: Padre nuestro, que estás en el cielo. desde entonces no dejó de
decirlo, de aconsejarlo a los demás.
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO POR LA PAZ:
Señor, haz de mí un instrumento de tu
paz:
donde
haya odio, ponga yo amor;
donde
haya ofensa, ponga yo perdón;
donde
haya discordia, ponga unión,
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga yo
esperanza;
donde haya tinieblas ponga luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, maestro, que no me empeñe tanto:
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando, se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la Vida eterna
Canto: CANTICO
DE LAS CRIATURAS
Omnipotente, Altísimo,
Bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la
gloria y el honor;
Tan sólo Tú eres digno de
toda bendición
y nunca es digno el hombre de
hacer de ti mención.
Loado seas mi Señor
por toda criatura,
por el hermano sol,
loado seas mi Señor,
que alumbra y abre el día
y es bello en su esplendor
Y por la hermana luna, de
blanca luz menor
y las estrellas claras que tu
poder creó
tan limpias, tan hermosas,
tan vivas como son,
y brillan en los cielos:
¡Loado mi Señor!
Y por la hermana agua,
preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde:
¡Loado mi Señor!
Por el hermano fuego, que
alumbra al irse el sol
es fuerte, hermoso, alegre:
¡Loado mi Señor!
Y por la hermana tierra que
es toda bendición,
la hermana madre tierra que
da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y
flores de color
y nos sustenta y rige: ¡Loado
mi Señor!
Y por los que perdonan y
aguantan por tu amor
los males corporales y la
tribulación,
felices los que sufren en paz
con el dolor
porque les llega el tiempo de
la coronación.
Y por la hermana muerte:
¡Loado mi Señor! ningún viviente
escapa de su persecución;
¡Ay! si en pecado grave
sorprende al pecador.
¡Dichosos los que cumplen la
voluntad de Dios!
No probarán la muerte de la
condenación.
Servidle con ternura y
humilde corazón,
agradeced sus dones, cantad
su creación,
las
criaturas todas:¡¡LOAD A MI SEÑOR!!