Oración Comunitaria 6/11/2003
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién podré temer?
El Señor es la forataleza de mi vida, ¿ante quién puedo temblar?
Una cosa pido al Señor, sólo eso busco:
habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida
para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.
Yo estoy seguro que he de ver los bienes del Señor
en el mundo de los vivos.
Espera en el Señor, ten ánimo,
sé fuerte, espera en el Señor.
Los obispos de Sevilla condenan los "muros de la muerte? de los inmigrantes
Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Sevilla condenaron ayer las últimas muertes de inmigrantes en las costas andaluzas y pidieron que se busquen «caminos que superen estos muros de la muerte».
Tras tener una reunión en Sevilla, presidida por el arzobispo sevillano, cardenal Carlos Amigo Vallejo, los prelados se adhirieron al comunicado emitido el pasado fin de semana por el obispo de Asidonia-Jerez y calificaron esas muertes como «una horrible muestra más de un grave problema humano y social». En su escrito, estos prelados hacen suyo el comunicado en el que el obispo de Asidonia-Jerez afirma que no se puede «vivir de espaldas a esta realidad que está ocurriendo a las puertas de nuestras casas», y recalcan que «esos cadáveres son los restos de unas personas sujetos de dignidad y de derechos inalienables».
«Como criaturas de Dios estaban llamados a disfrutar una vida, a tener un país, a desarrollarse en un trabajo y con una familia; sin embargo, todo eso les es negado como consecuencia de unos sistemas económicos injustos que provocan estos desequilibrios Norte-Sur», indican los obispos de la Provincia Eclesiástica de Sevilla.
El comunicado subraya que por ese sistema económico «los países ricos aparecen como paraísos de bienestar, cuya conquista obliga a jugarse la vida (a los inmigrantes) en manos de mafias sin escrúpulos, repulsivos traficantes de seres humanos en el siglo XXI».
Para estos obispos, es preciso «un compromiso valiente por parte de todos para realizar un orden económico internacional más justo, que permita el auténtico desarrollo de todos los pueblos y países».
Ante ese fenómeno, añade, «la sociedad europea y sus instituciones tienen que ?encontrar formas de acogida y hospitalidad? -como dice el Papa en 'Ecclesia in Europa'?, en las que todos hemos de colaborar y a través de las cuales se fomente el crecimiento de una cultura madura que tenga en consideración la igual dignidad de cada persona y la obligada solidaridad que debemos a los más débiles».
Decía Jesús a sus discípulos: ?Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo poco lo es también en lo mucho, y el que no es horado en lo poco tampoco en lo mucho es honrado. Si no habéis sido de fiar con el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Y si no habéis sido de fiar en lo ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro? Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero?. Los fariseos, amigos del dinero, oían esto y se burlaban de él. Jesús les dijo: ?Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que se estima tanto entre los hombres, no tiene valor alguno ante Dios?.