Oración Comunitaria Espíritu de Asís '03
ORACIÓN EN EL ESPÍRITU DE ASÍSDesarmemos Guerras, Construyamos Paz
Ambientación:
En estos días tristes en la historia de la humanidad, días de fracaso y retroceso, como seguidores de Francisco, como creyentes en Jesús, como ciudadanos de un mundo lleno de guerras queremos, con nuestra oración en el Espíritu de Asís, acercar a Dios la realidad con una convicción clara, en palabras de Juan Pablo II: ?La guerra es la derrota contra la humanidad... El mundo sería completamente diferente si se aplicaran todos los acuerdos suscritos... Los pueblos de la tierra, así como sus autoridades, han de tener el valor para decir no a la muerte, al egoísmo, a la guerra que nunca es una simple fatalidad, y que recae sobre poblaciones (como Irak, tierra de profetas) extenuadas por años de embargo?. Con el mismo espíritu de paz que Francisco llevó a sus contemporáneos, comenzamos... ?Oh Alto...
? Lectura del A.T. Isaías II 42, 1 ? 7:
?He aquí mi siervo, a quién yo sostengo...?
? Texto: Desarmemos Guerras, Construyamos Paz
Desarmemos las guerras, porque no solucionan nada. Las pierden siempre los pobres pues son ellos quienes ponen los muertos y los que cargan con las penalidades de la postguerra. Las ganan siempre los mismos: los imperios económicos, los fabricantes de armas y los que trafican con el petróleo.
Desarmemos las guerras, porque con ellas nadie gana. Todos perdemos. Unos la hacienda y la vida. Otros la vergüenza, la dignidad y el corazón.
Desarmemos las guerras que son enemigas de la justicia, con ellas salta hecho añicos el ordenamiento internacional; a unos se les obliga mientras a otros se les permite. En la guerra todo vale. Al final sólo se juzga a los perdedores.
Desarmemos las guerras porque encienden odios y deseos de venganza entre los pueblos; porque provocan desastres a todo nivel: en las personas, en lo ecológico, en lo cultural y nos hipotecan el futuro.
Desarmemos las guerras porque nos hacen retroceder en humanidad, creyendo que los conflictos se resuelven mejor sin el diálogo, la negociación y la paciencia y haciendo que el hombre siga siendo ?un lobo para el hombre?.
Construyamos paz al igual que Francisco. Su saludo ?Que el Señor te dé la paz?, con el que comenzaba sus predicaciones, brotaba de su profunda paz interior, de su profundo respeto a todas las criaturas.
Construyamos paz al igual que Francisco, que afrontó os conflictos e invitó a sus hermanos a ser amables y pacíficos.
Construyamos paz respetando a toda persona y a la creación. Respetemos lo esencial de todo ser humano, lo sagrado de cada criatura en medio de la crisis ecológica que está llevando a la destrucción de la tierra. Despertemos en nosotros y en las directivas de las multinacionales o de los gobiernos, el sentimiento de que pertenecemos a una comunidad de seres libres, y que somos testigos de la ternura de Dios. Debemos aprender y enseñar a ver a Dios detrás de todo.
Construyamos paz familiarizándonos con la lucha no violenta, que es el arma de los pobres y de la gente que ama. Es el arma de aquellos que rechazan luchar. Confiemos en la lucha colectiva y comunitaria. ¡Qué lejos está todo esto de la venganza, de la división entre buenos y malos!
Construyamos paz haciéndonos más pobres y así podremos, como Francisco, interpelar sin amenazar, pues no temeremos perder nada. Sabemos que si tenemos poco no temeremos perderlo. Nuestra riqueza será el poder del amor.
? Lectura del N.T. Carta a los Romanos 12, 14 ? 21:
?Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis...?