Oración Comunitaria 19/06/2014
ORACIÓN COMUNITARIA 19 JUNIO 2014
En el misterio
de la Eucaristía hacemos memoria de la vida del Señor entregada hasta el
extremo. Hacemos también memoria de todos los hombres y mujeres que saben hacer
entrega de su tiempo, su trabajo, su servicio, su vida en favor de los hermanos
[…]
La Iglesia es
en sí misma como un cuerpo hecho de miembros que ponen cada uno lo mejor
de sí mismo al servicio de los otros […]
Los cristianos
sabemos que amor a Dios y amor al prójimo son inseparables y que «cerrar los
ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios». Esta
fusión de estos dos amores es la que hace de nosotros una comunidad en la que
cada uno pone su vida al servicio de los otros, sea de manera espontánea e
individual, sea de manera comunitaria y organizada […]
Al contemplar
a Jesús en el sacramento de la Eucaristía recordamos y actualizamos lo que él
dijo e hizo en la Última Cena con sus discípulos: «Haced esto en memoria mía».
Una memoria que encierra y actualiza toda su vida: sus palabras, sus gestos, su
cercanía a los pobres, su entrega hasta la cruz y su resurrección […]
Celebrar la
Eucaristía y estar al servicio de los otros, en especial de los pobres, son dos
formas inseparables de recordar a Jesús. La autenticidad de la Eucaristía se
refleja en gran parte en «un compromiso activo en la edificación de
una sociedad más equitativa y fraterna», de modo que celebrar la Eucaristía
es también hacer memoria de los pobres y de las pobrezas de la sociedad […]
Puesto que
Eucaristía y servicio a los pobres son inseparables, os invitamos a todos, a
alimentar vuestra vida en la comunión eucarística y en lo que ésta significa
[…] Alimentad en Cristo vuestra
espiritualidad […]; trabajad por la justicia y trascendedla con la gratuidad
[…] ;promoved siempre el desarrollo integral […]; colaborad en la
reconstrucción de la verdad, de la justicia y el amor […]
“La
Eucaristía, vida y fortaleza del voluntariado cristiano”,Comisión Episcopal de
Pastoral Social
Con Francisco comenzamos diciendo: ¡Oh Alto y Glorioso Dios…
SALMO 30
Señor, yo te alabo
porque tú me liberaste,
porque no has permitido
que mis enemigos se burlen de
mí.
Señor, mi Dios, te pedí ayuda, y me
sanaste; tú, Señor, me salvaste de la
muerte; me diste vida, me
libraste de morir.
Vosotros, fieles del Señor, ¡cantadle
himnos!, ¡alabad
su santo nombre!
Porque su enojo dura un momento,
pero su buena voluntad, toda
la vida.
Si lloramos por la noche,
por la mañana tendremos
alegría.
Yo me sentí seguro, y pensé:
“Nada me hará caer jamás.”
Tú, Señor, en tu bondad,
me afirmaste en lugar seguro.
Has cambiado en danzas mis lamentos,
me has quitado el luto
y me has vestido de fiesta.
Por eso, Señor y Dios,
no puedo quedarme en
silencio:
¡te cantaré himnos de
alabanza
y siempre te daré gracias!
Noticia: Cáritas habla clarito: la economía debe servir al hombre, no al dinero y a los mercados.
La red sociocaritativa de la
Iglesia católica en España, Cáritas, celebra el próximo 22 de junio el Día de Caridad,
una jornada que, como cada año, la Iglesia convoca en el marco de la festividad
del Corpus Christi. El lema de este año es 'Construyendo espacios de esperanza'.
Con ese lema, Cáritas quiere anunciar a todos que “cada persona, cada
familia, cada comunidad juegan un papel fundamental en la construcción de la
sociedad y, sobre todo, en la construcción de espacios de esperanza, de vida, de novedad, de justicia y de
fraternidad compartida para restaurar los derechos de las personas que viven en
situación de pobreza y vulnerabilidad”.
Cáritas
responde a la pregunta de cómo hacer posible hoy la esperanza mediante el
cambio de “nuestra mirada de la realidad para buscar y descubrir en nuestros
entornos más cercanos las capacidades de las personas que están a nuestro
alrededor, los tesoros escondidos en las personas vulnerables, en las que están
al margen”.
Como señalan los responsables de la campaña de Cáritas, “tú puedes ser motor de
oportunidades para ti y para otros, no esperes que otros cambien las reglas de juego y
movilízate, despiértate,
súmate y participa haciendo tuya la esperanza de quienes anhelan tener un
espacio humano y digno en la sociedad”. Se trata de “reinventar, recrear, recuperar…
de vivir con sencillez y construir junto con otros esperanza, para hacer
posible nuevos espacios comunes de vida, de benevolencia, de justicia y de
solidaridad”.
Hay formas concretas de “ser instrumentos de liberación y promoción de los pobres, de
construir espacios que sean germen de un futuro distinto y generen esperanza”,
explican también los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social en su
Mensaje para el Día de Caridad.
Esas actitudes capaces de crear espacios de esperanza en medio de una sociedad
asfixiada por la crisis se plasman, por ejemplo, “cuando respondemos con
gestos sencillos y cotidianos de solidaridad ante las necesidades de los
hermanos y cambiamos nuestros hábitos alimentarios evitando el desperdicio de
alimentos”. “Cuando reconocemos la función social de la
propiedad, el destino universal de los bienes y defendemos los derechos de los
más pobres aún a costa de renunciar los más favorecidos a algunos de sus
derechos”. También “cuando creamos una nueva mentalidad que nos lleva a pensar
en términos de comunidad y a dar prioridad a la vida de todos sobre la
apropiación indebida de los bienes por parte de algunos”. O “cuando contribuimos a una
economía al servicio del ser humano, no del dinero y el mercado,
y rechazamos y denunciamos la economía de la exclusión y del descarte que
mata”. Asimismo, “cuando apostamos por los más débiles, promovemos el
desarrollo integral de los pobres y cooperamos para resolver las causas
estructurales de la pobreza”.
EVANGELIO Jn 6,53-57
Jesús les dijo:
–Os aseguro que si no coméis
el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna;
y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es
verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El
que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De
la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo
del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron
vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de
este pan, vivirá para siempre.
ORACIÓN COMPARTIDA
PADRENUESTRO
SALIDA
Quiero ser, Padre, tus manos, tus ojos,
tu corazón. Mirar al otro como Tú le miras: con una mirada rebosante
de amor y de ternura. Mirarme a mi, también, desde esa plenitud con que Tú me
amas, me llamas y me envías.
Lo quiero hacer desde la
experiencia del don recibido y con la gratuidad de la donación sencilla y cotidiana
al servicio de todos, en especial de los más pobres.
Envíame, Señor,
y dame constancia, apertura y cercanía. Enséñame a caminar en los pies del que
acompaño y me acompaña. Ayúdame a multiplicar el pan y curar las heridas, a no
dejar de sonreír y de compartir la esperanza.