Oración Comunitaria 17/10/2013 (Domund)
Escuela de Oración: Misión.
“Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin” (Porta fidei, 15). Estas palabras con las que se dio inicio al Año de la Fe resuenan de manera especial en esta oración con motivo del DOMUND 2013, cuyo lema es “Fe + Caridad = Misión”.
En esta celebración queremos ahondar en el sentido de estos tres pilares de nuestra vida cristiana. Por ello, nos pondremos a la escucha de la Palabra de Dios, teniendo presente la realidad del mundo y descubriendo que la suma de la Fe más la Caridad es la Misión, para orar por todos los misioneros y misioneras y unirnos a ellos con la oración de San Francisco ante el Cristo de San Damián
Oh alto...
Dinámica del Domund
A la vez que se van presentando las realidades misioneras de cada continente, se puede encender una vela o hacer algún otro símbolo.
ASIA
Rico en espiritualidad y tradiciones religiosas, Asia es el continente más grande y en el que vive el menor porcentaje de cristianos, que, a veces, sufren persecución. Ahí la Palabra se hizo carne y de ahí se difundió el Evangelio al resto del mundo. En este continente, un desafío para el anuncio del Evangelio hoy, la fe se ha hecho caridad en personas como Teresa de Calcuta.
El 80% de la población de Asia vive bajo el límite de la pobreza. Muchísimas personas mueren día a día de hambre, y son explotadas por una minoría pudiente. La Iglesia Católica de Asia es la más pequeña del mundo, si bien la población de este continente es la más numerosa. En la mayor parte de Asia, los católicos son perseguidos, viéndose obligados en muchos casos a vivir su fe en la clandestinidad. ¿Qué caminos abrir para la presencia de la Iglesia en el conjunto de culturas y pueblos de Asia?
Lectura:
Mt 5, 11-12
Dijo Jesús a sus
discípulos: Felices vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de
algún modo por causa mía. Estad alegres y contentos, que Dios os va a dar una
gran recompensa; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han
precedido.
(Silencio BREVE).
ÁFRICA
Pronto llega el Evangelio a África: la
Palabra de Dios hecha carne huye a Egipto, el funcionario etíope bautizado por
Felipe... Hoy, en este continente lleno de vida y esperanza, la adhesión al
Señor crece rápidamente. Las comunidades viven la novedad evangélica y
comparten su fe enviando misioneros a otras partes del mundo. La multiplicidad
étnica y lingüística enriquece la vida de la Iglesia, Familia de Dios.
Con más de 500 millones de habitantes, la pobreza es bastante marcada en este continente. De los 47 países menos desarrollados, 31 son africanos.
Lectura: Mc 12, 41-44
Jesús se había
sentado frente a la sala del Tesoro del Templo, y podía ver cómo la gente
echaba dinero para el tesoro; pasaban ricos y daban mucho, pero también se
acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor.
Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: «Yo les aseguro que esta viuda pobre ha echado más que todos los otros. Pues todos han echado de los que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos»
(Silencio BREVE).
EUROPA
Pablo entra en Europa respondiendo a la invitación hecha en sueños por el macedonio. De Europa saldrán miles de misioneros y misioneras que ha esparcido el Evangelio hasta los confines de la tierra. Sin embargo, los cambios socioculturales, con el oscurecimiento del sentido de Dios, exigen un nuevo ardor misionero, que reclama mayor autenticidad y coherencia. Educar a la misión es reeducar a la fe.
Los jóvenes están sumergidos en experiencias alejadas de Dios. El materialismo, la drogadicción y la indiferencia les afecta. Europa se ha convertido paulatinamente en una sociedad hedonista, consumista y altamente egoísta. Por otro lado, miles de migrantes llegan en busca de trabajo.
Lectura:
Ef 2, 13-15.19
En Cristo Jesús y por su sangre, vosotros que estabais lejos habéis venido a estar cerca. Él es nuestra paz. Él ha destruido el muro de separación, el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo. En su propia carne destruyó el sistema represivo de la Ley e hizo la paz; reunió a los dos pueblos en él, creando de los dos un solo hombre nuevo. Por tanto, ya no sois extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; sois de la casa de Dios.
(Silencio BREVE).
AMÉRICA
La Providencia se sirvió de Isabel de
Castilla, que aceptó el ir a conocer un mundo nuevo, a condición de que allí se
anunciase el Evangelio. El beato Juan Pablo II lo llamará “el continente de la
esperanza”, porque allí reside el mayor número de católicos. América está
llamada a la misión, a dar desde su pobreza, como describía Puebla. El papa
Francisco es un regalo de esas tierras a la Iglesia universal.
En los pueblos de América se
encuentran profundamente radicadas la pobreza, la marginación y la dependencia.
América es un continente lleno de riquezas, pero sus pobladores son
marginalmente pobres. En América Latina los pobres son el 45% de la población
total. América vive momentos de ardor misionero, y quiere responder con gestos
concretos a la confianza depositada en el "Continente de la Esperanza
Misionera", pues, tiene el 43% de los católicos del mundo.
Lectura:
Mt 11, 25.28-30
Jesús Exclamó: «Yo te
alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas
estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.
Sí, Padre, así te ha parecido bien. Venid a mí los que estáis cansados,
llevando pesadas cargas, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi
que soy paciente y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Pues mi
yugo es suave y mi carga ligera.»
(Silencio BREVE).
OCEANIA
Oceanía es el último continente al que llegó
la Buena Nueva. Recordamos a misioneros como san Pedro Channel, marista
francés, primer santo y Patrono de Oceanía; el beato Juan Mazzucconi, italiano;
y san Damián de Molokai, belga. Los misioneros han trabajado allí con heroísmo,
en condiciones muy difíciles. Sigue siendo un reto anunciar el Evangelio en la
encrucijada intercultural de este continente.
Hay en la actualidad un buen número
de misioneros que trabajan en este continente, pero no son suficientes para la
gran tarea de la evangelización. La
Iglesia está en sus comienzos en este continente y aún queda muchísimo por
hacer.
Lectura:
Jn 10, 16-18a
Dijo
Jesús: Tengo otras ovejas que no son de este corral. A ésas también las
llevaré; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño con un solo pastor. El Padre me
ama porque me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo. Nadie me la
quita, sino que yo mismo la entrego.
SILENCIO
Testimonio misionero:
María José Zárate es una laica misionera burgalesa, de Ekumene. Tras 23 años de trabajo misionero en México, actualmente se encuentra en Lubumbashi, al sur de la República Democrática del Congo.
“Me gustaría que cada día tengáis presentes a los misioneros en vuestras oraciones, no sólo el día del DOMUND, vuestra oración nos anima en los momentos de dificultades. Y os agradezco también vuestras aportaciones económicas, pues con ellas contribuís a mejorar un poquito la vida de los que tienen menos que nosotros.
Desde que era niña me atraía este tema de la misión ad gentes. Se ve que desde muy pronto el Señor comenzó a actuar en mi vida en este sentido y la idea fue madurando poco a poco dentro de mí hasta que finalmente se concretó cuando conocí la Obra Misionera Ekumene, una asociación de laicos misioneros en la que posteriormente me formé y fui enviada a México cuando apenas tenía 25 años. Ahora hace dos años que estoy en el Congo.
De
mi experiencia misionera podría contar muchas cosas: las anécdotas y
“batallitas”, alegrías y penas, éxitos y fracasos nunca faltan en los
misioneros, pero lo que sí os quiero decir es que lo mejor de mi
historia misionera ha sido y es toda esa gente que ha pasado por mi vida
a lo largo de estos años, que la ha tocado y que me ha ayudado a crecer en el
amor.
Personalmente
nunca he visto la misión ad gentes como algo temporal en mi vida. A veces se
tiene la idea de que un misionero laico es alguien que realiza experiencias
de misión durante un tiempo determinado en diferentes países y que después
regresa a su tierra fortalecido de esas experiencias y con multitud de
aventuras en el bolsillo para contar a sus nietos.
Creo que la misión ad gentes es algo más serio. Cuando el Señor llama, llama a la entrega total desde nuestra pobreza, seas laico, religioso, sacerdote, casado, hombre o mujer. Y así quiero que sea mi vida y mi entrega a la misión, PARA SIEMPRE a pesar de mi debilidad.
Y si alguno/a siente que el Señor le llama por este camino, sólo decirle que no tenga miedo, que un misionero no es ni un mártir, ni un héroe, que la vida es para gastarla y que gastarla en el anuncio de la Buena Noticia de Jesús y en la promoción de los más pobres, vale realmente la pena”.
SILENCIO
Evangelio: Mateo 10, 5-8
Jesús envió a los Doce a
misionar, con las instrucciones siguientes: «No vayáis a tierras de paganos ni
entréis en pueblos de samaritanos. Dirigíos más bien a las ovejas perdidas del
pueblo de Israel. A lo largo del camino proclamad: ¡El Reino de los cielos está
ahora cerca!. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos y echad los
demonios. Vosotros lo recibisteis sin pagar, dadlo sin cobrar.»
Peticiones.
Acción de Gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Ahora hermanos, nos toca actuar; nos toca sentirnos enviados por el Espíritu Santo. Tenemos que salir a los caminos de generosidad que Dios nos ofrece, sentarnos al lado del pobre y sentirnos llamados a la misión de apoyo a los más necesitados. Pero no vamos solos. Dios está de nuestro lado. Y para que no lo olvidemos os hemos entregado un breve texto de la Palabra de Dios. Esperamos que podamos interiorizarlo y nos empape el corazón. Con Francisco terminamos diciendo...
Te adoramos Señor
Jesucristo...