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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 23/01/2014

El espacio orante puede incluir rótulos con los 8 objetivos del milenio:
•           Erradicar la pobreza extrema y el hambre
•           Lograr la enseñanza primaria universal
•           Igualdad entre hombres y mujeres y autonomía de la mujer
•           Reducir la mortalidad infantil
•           Mejorar la salud materna
•           Combatir el SIDA, el paludismo y otras enfermedades
•           Garantizar el sustento del medio ambiente
•           Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Encima del altar pondremos doce velas rojas y justo delante el icono del Espíritu. Delante del ambón pegamos el cartel de la semana de la unidad. También pondremos cayendo desde debajo del mantel del altar las telas naranjas de Taizé con ladrillos y a derecha e izquierda ponemos el icono de San Francisco y se puede poner el de María o el de la Trinidad.
En las ventanas de la capilla pondremos filas de velas de distintos colores en cada ventana: una ventana de velas verdes, otra de velas blancas y otras de velas moradas 

Saludo y ambientación:
Queridos hermanos: sed bienvenidos a este encuentro familiar en el que cada año somos convocados para orar por la unidad de los cristianos. En la hojita que se os ha repartido tenéis el esquema de la celebración. Vamoa dejarnos iluminar por la Palabra de Dios, vamos a disfrutar de la familia reunida y vamos a ponernos en las manos de Dios para que la fuerza de su Espíritu sople en nosotros y afiance la unidad.  Comenzamos cantando para recibir a los hermanos que presiden la celebración.  Comenzamos cantando:
CANTO:        
Todos vamos en el mismo barco
todos somos del mismo barro (*).
Lo gozoso y lo triste del mundo
llega a todos más tarde o temprano;
haz que todos nos sintamos uno,
que sintamos que somos hermanos.
Ritos iniciales
Monición de entrada:
Al reunirnos para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos respondemos a la llamada de Dios y anhelamos ser renovados y fortalecer nuestras relaciones mutuas en Cristo por medio del canto, de la palabra y de los gestos. El lema con el que se nos convoca a esta semana de oración se basa textualmente en 1 Corintios 1, 1-17. Tomamos nota de la perturbadora pregunta de Pablo, «¿Es que Cristo está dividido?» como si fuera un gozoso desafío a la oración y al auto-examen como personas y como comunidades cristianas. El texto bíblico y la propuesta de celebración constituyen una oportunidad para considerar de nuevo este reto en cada uno de nuestros contextos.
Al igual que los Corintios, no podemos vivir en la soledad de nuestras comunidades cristianas individuales y pensar que tenemos unidad. Debemos querer y ser capaces de recibir los dones de los otros. Esto implica ir un paso más allá de simplemente dar nombre a un don que debemos dar. Nos demanda tomar en consideración a los otros y ver en ellos carismas que enriquecen a todo el cuerpo de Cristo. Incorporamos este año propuestas concretas que nos hacen los hermanos de Canadá que han elaborado los materiales para esta semana de oración. Ellos nos proponen orar por hacer realidad los 8 objetivos de desarrollo del milenio como signo de que los cristianos debemos cuidar y mejorar la creación. Estos 8 objetivos han sido incorporados al espacio orante
Oración de arrepentimiento
P: Movidos por la exhortación de Pablo a los corintios, confesemos nuestros pecados:
P: Dios clemente, mediante Jesucristo nos has enriquecido sobremanera con toda clase de dones, tanto en lo que se refiere al conocer como al hablar. En nuestra soberbia, atribuimos estos dones a nosotros mismos sin reconocer su verdadero origen. ¡Perdónanos, Señor!
Canto: Kyrie eleison
P: Dios clemente, en Cristo no carecemos de ningún don. Sin embargo, con frecuencia somos demasiado tímidos o estamos demasiado centrados en nosotros mismos para compartir las maravillas de este mensaje de vida con los demás. ¡Perdónanos, Señor!
Canto: Kyrie eleison
P: Dios clemente, nos llamas a la concordia en tu Hijo Jesucristo. Por nuestra falta de entusiasmo por recuperar la armonía pensando y sintiendo lo mismo, por permitir demasiado fácilmente que permanezcan divisiones y rencillas entre nosotros. ¡Perdónanos, Señor!
Canto: Kyrie eleison
P: Dios clemente, cumples tu palabra aunque veas nuestra debilidad. Perdona nuestros pecados de mediocridad y nuestra aceptación perezosa de las divisiones entre nosotros. Por la gracia de tu Espíritu Santo enciende de nuevo nuestro celo por dar pasos concretos para guardar nuestra alianza de unidad contigo, con los demás y con toda la creación.
A: Amén.
Nos disponemos a escuchar la Palabra:


CÁNTICO DE EZEQUIEL (Ez 36,24-28)
(Dios renovará a su pueblo)
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
SILENCIO: (1 minuto)
CANTO:        

1ª voz: Como el Padre me amó        2ª voz: Amaos, amaos
yo os he amado;                               amaos unos a otros
permaneced en mi amor                  amaos, amaos
permaneced en mi amor                  amaos unos a otros

Lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios
(Texto bíblico para el 2014:   1 Corintios 1, 1-17)
Pablo, elegido por designio de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto. A vosotros que, consagrados por Cristo Jesús, habéis sido elegidos por Dios para ser su pueblo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor suyo y nuestro. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz.
Doy gracias sin cesar a mi Dios por vosotros ya que os ha otorgado su gracia mediante Jesucristo y os ha enriquecido sobremanera con toda clase de dones, tanto en lo que se refiere al conocer como al hablar. Y de tal manera se ha consolidado en vosotros el mensaje de Cristo, que de ningún don carecéis mientras estáis a la espera de que nuestro Señor Jesucristo se manifieste. Él será quien os mantenga firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros el día de nuestro Señor Jesucristo. Dios, que os ha elegido para vivir en unión con su Hijo Jesucristo, es un Dios que cumple su palabra.
Pero tengo algo que pediros, hermanos, y lo hago en nombre de nuestro Señor Jesucristo: que haya concordia entre vosotros. Desterrad cuanto signifique división y recuperad la armonía pensando y sintiendo lo mismo. Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que hay divisiones entre vosotros. Me refiero a eso que anda diciendo cada uno de vosotros: «Yo pertenezco a Pablo, yo a Apolo, yo a Pedro, yo a Cristo». Pero bueno, ¿es que Cristo está dividido? ¿Ha sido crucificado Pablo por vosotros o habéis sido bautizados en su nombre? ¡Es como para dar gracias a Dios el no haber bautizados entre vosotros más que a Crispo y a Gayo! Así nadie puede presumir de haber quedado vinculado a mí por el bautismo. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Y es que Cristo no me envió a bautizar, sino a proclamar el mensaje evangélico. Y a proclamarlo sin alardes de humana elocuencia, para que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo.

Biblia Traducción Interconfesional (BTI)
SILENCIO (1 minuto)
CANTO:         
Hazme, Señor, pequeño y hermano, de todos el último.
Ante tu grandeza he de ser pequeño 

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (Jn 17, 1-21)
Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,  ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.  Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.  Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.  Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuídalos en tu Nombre —el Nombre que tú me diste— para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, yo los cuidaba en tu Nombre —el Nombre que tú me diste— yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.  Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad.
No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno  —yo en ellos y tú en mí— para que sean perfectamente uno y el mundo conozca
que tú me has enviado, y que los has amado a ellos como me amaste a mí.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos". 

HOMILIA:

SILENCIO

CANTO:               

Padre, únenos (*)
que el mundo crea que enviaste al Hijo
Padre, únenos

ORACIÓN DE LOS FIELES:
Monitor 1: Vamos a presentar ahora nuestra oración y a través de ella vamos a recorrer todo lo reflexionado y los compromisos adquiridos a lo largo de este octavario.Después de las primeras 8 peticiones que recorren el camino de estos 8 días, presentamos al Señor nuestra oración confiada de modo espontáneo:
Cantamos:
En t
í confío, Señor, en tí, la paz del corazón
(Las 8 peticiones que vienen a continuación se reparten para hacerlas lo más espontáneas posible pero en orden: hacen falta 8 personas)
DÍA 1: Juntos... estamos llamados a ser santos
Para que juntos vivamos la comunión de los santos y las distinta iglesias nos presentemos ante el mundo como una familia santa que sigue a Jesucristo
DÍA 2: Juntos... damos gracias sin cesar a Dios, ya que nos ha otorgado su gracia mediante Jesucristo
El Señor derrama los dones de su gracia sobre todos susu seguidores y en la pluralidad descubrimos la plenitud. Pidamos para que desde cada confesión cristiana, pongamos estos dones al servicio de los demas de manera que entre todos hagamos posible que el Reino de Dios sea realidad entre nosotros
DÍA 3: Juntos... de ningún don carecéis
§ ¿En qué modo hemos olvidado la abundancia de los dones de Dios, proclamando en cambio que «nos falta el pan»? Pidamos al Señor para que nos ayude a  compartir mejor los dones espirituales y materiales que Dios nos confía para compartir con los demás?
DÍA 4: Juntos... afirmamos que Dios es un Dios que cumple su palabra
Para que, cayendo en la cuenta de la fidelidad de Dios en nuestra vida y en la vida de nuestras comunidades, nos empeñemos entre todos en perseguir el objetivo de la unidad de los cristianos?
DÍA 5: Juntos... hemos sido elegidos para vivir en comunión
Para que el Señor estreche los incremente la comunión entre nosotros dentro de nuestras iglesias y con otros fuera de ellas.
DÍA 6: Juntos... buscamos recuperar la armonía
Pidamos por todos los que trabajan por el ecumenismo y por todos los cristianos, para que  sepamos acentuar aquello que nos une en vez de poner el acento en lo que nos mantiene divididos
DÍA 7: Juntos... pertenecemos a Cristo
Para que nuestra pertenencia a Cristo nos haga más conscientes de que somos hijos del mismo Padre y por tanto hermanos en Cristo, y como tales, nos queramos
DÍA 8: Unidos... proclamamos el mensaje evangélico
Pidamos para que nuestro día a día esté marcado por la escucha de la Palabra de Dios y todos nuestros proyectos estén basados en la Buena Noticia del Evangelio
Peticiones espontáneas

Credo: (Dietrich Bonhoeffer) (todos)
Creo que Dios puede hacer que de todo –aún de lo negativo- pueda resultar algo bueno. Para ello necesita de hombres y mujeres que permitan y crean que todo les servirá para bien.
Creo que Dios nos puede dar en cada situación difícil la capacidad de resistir. Pero no la da por adelantado, para que no confiemos en nuestras propias fuerzas, sino en su poder. Esta confianza nos libraría del miedo respecto del futuro.
Creo que nuestros errores y fracasos no son en vano y que para Dios no es más difícil utilizarlos como lo hace con nuestros logros.
Creo que Dios no es un destino ciego e indiferente, sino que espera nuestras oraciones y nuestros actos responsables.
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Envío: propuestas de la carta de Taizé 2014 (2 monitores
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Monitor 1: Cristo extiende su amistad a todos, sin rechazar a nadie. Los que a aman a Cristo sobre toda la tierra forman en su seguimiento como una gran comunidad de amistad. Se la llama comunión. Por ello, tienen una contribución que ofrecer para curar las heridas de la humanidad: sin querer imponerse, pueden favorecer una mundialización de la solidaridad, que no excluya a ningún pueblo, a ninguna persona.
¿Cómo puede participar cada uno? La Comunidad ecuménica de Taizé nos hace estas propuestas para el año 2014
Monitor 2:
Primera propuesta - Unirse a la comunidad local que ora
Amaos unos a otros, en este amor todos reconocerán que sois mis discípulos (Juan 13, 34)
Monitor 3:No es posible vivir la fe en solitario. La fe nace cuando hay una experiencia de comunión, cuando se descubre que en Cristo se encuentra la fuente de una unidad sin fronteras.
¡Si las comunidades locales (también llamadas parroquias), los grupos, las capellanías, se convirtieran cada vez más en lugares de amistad! Lugares acogedores en los que nos sostengamos mutuamente, donde estemos atentos a los más débiles, los extranjeros, a los que no comparten nuestras ideas…Una participación a la celebración del domingo, o también en otras actividades, incluso con personas que uno no ha escogido, ¿no permitiría hacer una experiencia de comunión?
Monitor 2:
Segunda propuesta - Ensanchar la amistad más allá de las fronteras que nos limitan
Lo que hacéis con uno de los más pequeños, conmigo lo hacéis. (Mateo 25,40)
Monitor 3: Jesús estaba atento a todos con los que se encontraba, sobre todo a los pobres, los niños, los que no contaban. En su seguimiento, atravesamos fronteras para unirnos a aquellos que están en necesidad. Emprendamos actos de solidaridad, junto con los cristianos de distintas afiliaciones, y también con personas que no comparten nuestra fe. Sea pobreza material o espiritual, ser solidarios implica un compartir recíproco: cuando aportamos una ayuda, somos a menudo nosotros quienes recibimos. ¿Por qué no elegir durante un año, en el vecindario, una situación y unas personas a quienes ofrecer una presencia amistosa, manifestar una solidaridad: excluidos, pobres, enfermos, discapacitados, niños abandonados, inmigrantes, desempleados…?
Monitor 2:
Tercera propuesta - Compartir y orar regularmente con otros
Allí donde dos o más estén reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos. (Mateo 18,20)
Monitor 3:Para algunos jóvenes, pesadas pruebas, abandonos, soledades, o bien la aguda conciencia de las injusticias en el mundo hacen a veces casi imposible la fe en Dios. Creer es siempre un riesgo: el riesgo de la confianza.¿Con quién puedo caminar y reflexionar sobre mi fe?. Más que permanecer solos con las propias preguntas, encontrar algunas personas con las que compartir, cada semana o cada mes. Leer juntos una página del evangelio u otra lectura. Tener una oración común con cantos, una lectura bíblica, un largo momento de silencio.
Monitor 2:
Cuarta propuesta - Hacer más visible la comunión entre todos los que aman a Cristo
Sois el Cuerpo de Cristo. (1 Corintios 12,27)
Monitor 3: En nuestra ciudad, pueblo o región, hay personas que aman también a Cristo, pero de una manera distinta que nosotros. Llamarnos “cristianos” es llevar el nombre de Cristo. Recibimos nuestra identidad de cristianos por el bautismo que nos une a Cristo. Busquemos dar más visibilidad a esta identidad común, en lugar de subrayar nuestras identidades confesionales. Cuando las diferencias parecen incompatibles, eso no es una razón para alejarnos. Durante su vida, Cristo cruzó las fronteras; sobre la cruz, extendió sus brazos de un lado a otro, entre aquellos que están divididos. Si los cristianos quieren seguir a Cristo y dejar que irradie la luz de Dios en el mundo, no pueden permanecer divididos. Es el Espíritu Santo quien nos une. Vayamos hacia aquellos que son diferentes, otro grupo, otra parroquia, otro movimiento, otra confesión, una comunidad cristiana de inmigrantes. Hagámosles visitas, dejémonos acoger, invitémosles. Volvámonos juntos hacia Cristo en una oración sencilla, pongámonos “bajo el mismo techo” sin esperar que todo esté plenamente armonizado, anticipándonos así a la plena comunión.

PADRE NUESTRO (todos unidos formando un corro en torno al Cristo de San Damián)

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO POR LA PAZ (todos)
Señor, haced de mí un instrumento de paz:
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unión,
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas ponga vuestra luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh, maestro, que no me empeñe tanto:
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Pues dando se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la Vida eterna 

BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO 

CANTO de despedida:

Llevad la Buena Noticia a todo ser que respira
Y decidles que la paz está dentro de sus vidas.
Y que ellos paz serán si desparraman amor
A cuantos hombres encuentren por esos caminos de Dios