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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 14/03/2013

Entrada.

Nos reunimos para orar en comunidad en este día en el que ya tenemos un nuevo Papa, Francisco, que esperamos sea ejemplo de servicio a Dios en los más pequeños, como San Franciso o san Ignacio de Loyola.

"Siguiendo el ejemplo de san Francisco de Asís, uno de los grandes convertidos que halló a Cristo a través del prójimo, san Ignacio de Loyola, ya en pleno proceso de transformación, cambiando sus vestidos con los de un pobre en Montserrat y alternando, en Manresa, sus jornadas de contemplación luminosa con el servicio en los hospitales, opta por el servicio a Dios en los más pequeños." (Lázaro Iriarte, O.F.M.Cap., La vía de la conversión en San Francisco de Asís, 1975).

El nuevo Papa es Argentino y hoy queremos tenerlo presente en esta oración, porque su servicio, su misión con la Iglesia es llevarnos por el camino del Evangelio y para ello, ha escogido el nombre de Francisco, como el Poverello, al que el Señor lo mandó a restaurar su Iglesia. Que el Espíritu Santo nos ayude a todos junto al Papa a ser portadores del mensaje del amor para todos y restaurar el mundo que tanto necesita de su amor.

En este final de la cuaresma queremos orar, y ser voz en comunidad para que el Espíritu sople allí donde estemos. Con francisco empezamos cantando: “Oh Alto y Glorioso Dios”

Lectura A.T: Salmo 46.

El Señor es nuestro refugio y fortaleza,
una ayuda siempre pronta en los peligros.
Por eso no tememos,
aunque la tierra se conmueva
y las montañas se desplomen
hasta el fondo del mar;
aunque bramen y se agiten sus olas,
y con su ímpetu sacudan las montañas.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios,
la más santa Morada del Altísimo.
El Señor está en medio de ella: nunca vacilará;
él la socorrerá al despuntar la aurora.
Tiemblan las naciones, se tambalean los reinos:
él hace oír su voz y se deshace la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.
Vengan a contemplar las obras del Señor,
él hace cosas admirables en la tierra:
elimina la guerra hasta los extremos del mundo;
rompe el arco, quiebra la lanza
y prende fuego a los escudos.
Ríndanse y reconozcan que yo soy Dios:
yo estoy por encima de las naciones,
por encima de toda la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.

Noticia: Habemus papam.

Hermanos y hermanas, ¡Buenas noches! Ustedes saben que el deber del Cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos los Cardenales han querido cogerme hasta el fin del mundo... pero estamos aquí. Gracias por la hospitalidad. ¡La comunidad diocesana de Roma ya tiene su propio obispo, gracias!

Fue así como el argentino Jorge Mario Bergoglio confesó en el balcón de San Pedro con pudor y modestia la extraordinaria sorpresa que le ha causado la designación como sucesor de Benedicto XVI. Dedicó a Joseph Ratzinger sus primeras palabras. Y pidió a los feligreses que abarrotaban la Plaza de San Pedro que compartieran un padre nuestro en homenaje al "obispo emérito", testigo de la proclamación de Francisco desde las habitaciones de Castel Gandolfo.

Nunca un Papa había sido elegido en Latinoamérica. Nunca un Papa había sido escogido entre los jesuitas. Pero es cierto que el propio Bergoglio estuvo muy cerca de frustrar la victoria de Ratzinger en el Cónclave de 2005. Ocho años después, los cardenales no se han decantado por un Pontífice joven (76 años), pero sí progresista y comprometido con la evangelización. Aludió a ella explícitamente el cálido y sensible
discurso de Jorge Mario Bergoglio. Tan cálido y sensible que antes de bendecir a los feligreses pidió que lo bendijeran a él. Inclinándose a la muchedumbre en plan Juan XXIII con una actitud desprovista de boato que se atiene a la ejecutoria espartana del sobrenombre elegido: otra novedad, pues nunca tampoco un pontífice había elegido el nombre de Francisco. "Recemos unos por otros, por todo el mundo", dijo el bonaerense.
Hicieron falta cinco votaciones. Un Cónclave breve del que se tuvo noticia a las 19.07 horas. Ya entonces los fieles habían abarrotado la Plaza de San Pedro, sin importarles la lluvia ni el frío invernal con que se deslucía el acontecimiento. Pero dejó de llover. Lo hizo cuando el protodiácono apareció en el telón rojo de la balconada para anunciar al mundo el 'Habemus Papam'. Ha sido una sorpresa. No respecto a las intenciones de los cardenales, pero sí respecto a las especulaciones con que la prensa italiana había planteado el ceremonial como un duelo Scola-Scherer. Quizá Bergoglio sea una síntesis de ambos. Casi italiano como Scola, por su origen y su cultura. Y latinoamericano, como Scherer, aunque con una visión de las emergencias de la Iglesia colindante con el progresismo. Francisco ha dado muestras en su primera comparecencia pública de humildad. Al fin y al cabo, como cardenal era una persona de gran simplicidad. Como arzobispo de Buenos Aires no vivía en el palacio cardenalicio, sino en un piso normal y corriente. Iba a trabajar todos los días en autobús. Y se hacía sólo la comida.

Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el seno de una familia modesta de la capital argentina, hijo de un trabajador ferroviario de origen piamontés y de una ama de casa. El nuevo Papa, tiene a sus espaldas un pasado muy social. Ha lavado los pies a enfermos de sida, ha comido con los pobres. Y ha hablado duramente contra el capitalismo, el consumismo y la lógica perversa de la economía de mercado. Caracterizado por las malas relaciones con el presidente Néstor Kirchner y su mujer y sucesora Cristina Fernández, ha sido presidente de la Conferencia Episcopal Argentina desde noviembre 2005 hasta noviembre 2011 y fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Vive desde su juventud con un solo pulmón, goza de un gran prestigio entre sus seguidores que aprecian su total disponibilidad y su forma de vida, alejada de toda ostentación.

Evangelio: Jn 15, 9-17.

Como el Padre me amó, también yo los he amado a vosotros. Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Vosotros son mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo ignora lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No me habéis elegido vosotros a mí, sino yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y ese fruto sea duradero; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis unos a otros.

Peticiones/ Acción de Gracias/Padrenuestro


Salida.

Id y proclamar el Evangelio por todo el mundo, siendo siervos del Evangelio y portadores de Paz y Amor allí donde estemos.

Con Francisco terminamos “Te adoramos…”