Oración Comunitaria 13/12/2012
Esculela de Oración:
ORACIÓN y ACCIÓN
“Oré durante 20 años, pero no recibí respuesta hasta que oré con mis piernas” (Frederick Douglass, esclavo huído)
La oración, por lo que sabemos y decimos de ella, puede ser muy seductora. “Reza para que el abuelo mejore”, le decimos a un niño, sabedores de que el tiempo del abuelo está ya contado. “Reza para que mañana haga bueno”, decimos sin pensarlo mucho, como si los meteorólogos locales no superan ya si mañana lloverá o nevará. “Por favor, Dios mío, haz que llame Tom, o que llegue la carta, o que el próximo semáforo se ponga en verde…”, musitamos con una especie de poedad cristiana que tiene más que ver con nuestro deseo de gobernar el mundo que con la confianza en el Dios que nos lo a nosotros.
Con frecuencia empleamos la oración para perdonarnos a nosotros mismos por ser menos de lo que estamos llamados a ser. Muy a menudo, “rezo por ello” significa que no pretendo hacer nada más que rezar para que alguna persona haga por nosotros lo que deberíamos hacer nosotros mismos.
Pero la situación es obvia. NO hay nada hecho por los humanos que los humanos no puedan deshacer. NO hay razón para negar nuestra responsabilidad en la consecución de algo endosándoselo a Dios. Debemos ponernos en pie y hacerlo nosotros.
O bien hacemos de la oración un juego infantil, una incursión en la magia, la fantasía o el absurdo. Cuando no conseguimos aquello por lo que hemos “orado”, rompemos la conexión con el Espíritu y llamamos a la ruptura entre nosotros “nuevo nivel de madurez espiritual”
No es que Dios no pueda intervenir en la naturaleza o que no lo haya hecho ya o no vaya a volver a hacerlo. Sencillamente, hay demasiadas cosas que no pueden explicarse por la naturaleza, tal como la conocemos, para poder aducir que Dios es indiferente al mundo. Pero Dios no necesita desvirtuar la ley natural para hacerlo. En el pasado, cuando llegaban los truenos y los relámpagos, las personas más primitivas pensaban que se trataba de la voz de un dios airado y practicaban determinados ritos para aplacarlo. NO es que el rayo y el trueno no fueran verdaderos signos de la presencia de Dios en el mundo, sino que, como aprendimos posteriormente, no eran preternaturales.
Lo cierto es que debemos orar pidiendo fuerza para hacer lo que estamos destinados a hacer. Debemos orar pidiendo valor para afrontar los desafíos de la vida. Debemos orar pidiendo tesón para seguir adelante aunque nada cambie. Debemos orar para que el Espíritu de Dios esté con nosotros cuando hagamos lo que debemos hacer, tanto si alcanzamos el éxito como si no. Nuestros predecesores hablaban de los propósitos de la oración: adoración, contricción, acción de gracias y súplica. La súplica, lo que pedimos a Dios, nos recuerda nuestra dependencia de Él. La adoración, la contricción y la acción de gracias no son sino extensiones lógicas del sentido de la dependencia que nos recuerda que este Dios es nuestro principio y nuestro final, no un acto mágico en el cielo.
El Adviento es tiempo de gracia, tiempo de asumir nuestra tarea en este mundo, de preparar los caminos del Señor que ya llega. Con las palabras de Francisco comenzamos: Oh, alto…
Is 35, 1-6a.10:
Esto dice el Señor: «Saltarán de alegría el desierto y la tierra reseca; la llanura se regocijará y florecerá; florecerá como el lirio, se regocijará y dará gritos de alegría. Tiene la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarión; ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes, digan a los de corazón apocado:“¡Ánimo!, no teman; miren a su Dios, vengador y justiciero, viene en persona a salvarnos”.Se iluminarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán, saltará como un venado el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados por el Señor. Vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta gozo y dicha, porque pena y aflicción habrán terminado.
NOTICIA:
Células madre inmunitarias alteradas vencen la leucemia.La pasada primavera, Emma Whitehead que entonces tenía seis años, estaba al borde de la muerte. Su leucemia se había reproducido por segunda vez después de la quimioterapia, y a los doctores no les quedaban alternativas. Desesperados por salvarla, sus padres la llevaron al Hospital Infantil de Filadelfia a probar un tratamiento experimental. Hasta entonces no se había intentado en niños ni en nadie con el tipo de leucemia de Emma. El experimento usaba un tipo de virus inactivado para reprogramar el sistema inmune de Emma para que atacara a las células cancerígenas. El tratamiento casi la mata, pero siete meses después sigue libre de cáncer.
Para llevar a cabo la terapia, los médicos extraen del paciente millones de células T, un tipo de glóbulos blancos, y les insertan genes que les hacen capaces de matar las células cancerígenas. Emma había sido diagnosticada con cinco años de una leucemia linfoblástica aguda.
Se trata de una terapia, desarrollada en la Universidad de Pensilvania, que también se está ensayando en otros lugares. Tres adultos tratados en ese centro han tenido también una remisión completa de su cáncer. De ellos, dos llevan bien más de dos años [el periodo para considerar superado un cáncer son cinco]. En otros casos los resultados no han sido tan buenos, pero pese a ello, expertos en oncología independientes señalan que se trata de un método muy prometedor, ya que incluso en esta fase tan temprana de ensayos ha funcionado en casos desesperados.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/12/10/actualidad/1355165623_807954.html
Lucas 5, 17-26:
Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados.»
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?» Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: `Tus pecados te quedan perdonados\', o decir: `Levántate y anda\'? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico-: `A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa\'.» Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles.»
Oración de salida:
Concédenos, oh Dios, los rasgos de carácter que necesitamos para hacer aquello que tú has querido que hiciéramos en tu nombre. Tú nos envías al mundo a allanar los caminos. Agradecidos porque confías en nosotros para tus proyectos, te alabamos con las palabras de Francisco: Te adoramos, Señor Jesucristo,…