Oración Comunitaria 08/11/2012
Entrada
Nos reunimos entorno al Cristo de San Damián, y nos dejamos acoger por su mirada, por su rostro, sus brazos de apertura. Queremos hoy compartir nuestra oración y salir fortalecidos del encuentro con el Señor y los hermanos. Y queremos empezar con una reflexión sobre la oración del libro "El aliento del alma" de Joan Chittister.
Responsabilidad: No ores nunca en una habitación sin ventanas (El Talmud)
Los rabinos son muy claros al respecto: la oración no está destinada a reducir nuestro mundo a nosotros mismos. No oramos con el fin de escapar del mundo que nos rodea; oramos con un ojo puesto en el mundo para poder llegar a entender lo que se pide verdaderamente de nosotros aquí y ahora, en tiempos como éste, como co-creadores del universo. Cuando Dios puso a la humanidad en un jardín llamado "Tierra", fue, como la Escritura afirma claramente, para que se encargara de hacerla llegar a la plenitud de vida. Estamos destinados a mantener la Tierra en buenas condiciones, a utilizarla y desarrollarla para que sea fecunda y multiplique sus energías creativas, a hacer nosotros lo que nos corresponde para llevar a plenitud todos los aspectos de la creación. Estamos destinados a llevar a término lo que Dios no completó. Dios nos dio las plantas y pretende que las cultivemos y las cosechemos por el bien del mundo entero. Dios nos dio el sol y pretende que utilicemos su energía de modo que mantenga la vida y no la destruya. Dios nos dio todas las materias primas de la vida, físicas, psicológicas y mentales, y espera de nosotros que llevemos a pleno desarrollo lo que fue creado en forma embrionaria.
Debemos aprender a orar teniendo presente algo más que nuestra mera persona. No oramos sólo por nuestras propias necesidades. Oramos para convertirnos en agentes santos del Dios que nos hizo para que cuidáramos de la tierra y de todos sus pobladores. Somos trabajadores del jardín de la vida.
Nuestros mayores contemplativos son quienes más activamente han anhelado la venida del reino de Dios a la tierra. Oremos para ser como ellos.
Para asegurarnos de estar viviendo una auténtica vida de oración debemos examinar siempre los frutos que produce en nosotros. ¿Estamos realmente preocupados por los demás por habernos acercado al Dios que los ama o, por el contrario, hemos transformado la oración en un refugio de las exigencias que nos plantea el ser plenamente humanos?
La oración está destinada a hacernos ver el mundo tal como Dios lo ve; está destinada a expandir nuestra visión, no a limitarnos a un mundo que se reduce a nosotros mismos. El compromiso con las necesidades del mundo es signo de la presencia de Dios en nosotros. Con Francisco comenzamos diciendo: Oh Alto y Glorioso Dios...
Salmo: 119, 9-16
¿Cómo un joven llevará una vida honesta?
Cumpliendo tus palabras.
Yo te busco de todo corazón:
no permitas que me aparte de tus mandamientos.
Conservo tu palabra en mi corazón,
para no pecar contra ti.
Tú eres bendito, Señor:
enséñame tus preceptos.
Yo proclamo con mis labios
todos los juicios de tu boca.
Me alegro de cumplir tus prescripciones,
más que de todas las riquezas.
Meditaré tus leyes
y tendré en cuenta tus caminos.
Mi alegría está en tus preceptos:
no me olvidaré de tu palabra.
Noticia: Son jóvenes o niños, pero se divierten como adultos.
Son jóvenes o niños, pero se divierten como adultos en fiestas de madrugada con el permiso de sus progenitores: sin horarios, con dinero y sin obligaciones.
Termina de arreglarse, coge la paga de la semana y, antes de cerrar la puerta de casa, avisa a viva voz: «Papá, mamá, vuelvo cuando me apetezca». Le esperan sus amigos en la calle. Compran bebida para hacer «botellón» antes de meterse en la discoteca donde permanecerán hasta que el cuerpo aguante. Quizás alguno lleve encima sustancias estupefacientes. Quizás continúen la jarana en un «after-hour» cuando les cierren a las seis de la mañana. Esta es la rutina de cualquier día de fiesta para una mayoría de adolescentes, algunos mayores y otros menores de edad, en España. Han obtenido las libertades de un adulto a la hora de divertirse con una exigencia de responsabilidad mínima. Son las nuevas generaciones, las educadas en un contexto familiar de máxima permisividad y sin disciplina, un cóctel que acarrea unas consecuencias peligrosas para su presente y futuro, aseguran los profesionales de la psicología y sociología.
Las imágenes que se han proyectado estos días sobre el evento de Halloween en el Madrid Arena pusieron de manifiesto el tipo de público que frecuentó esta macrofiesta: jóvenes, muchos aún imberbes, y menores de edad que todavía estudian en el instituto. La cultura «clubber» -frecuentar fiestas nocturnas con música electrónica- se ha convertido casi en la única fórmula de diversión para ellos. «Si no ibas a esta fiesta de Halloween, no eras nadie», declara una de las asistentes menores. «Ya no hay diversión si no salen por los bares. No se promueve el deporte ni otras distracciones. Se ha pasado de una juventud muy reprimida, con una supervisión muy estricta, por ejemplo en los años 50, 60 y 70, a una generación donde se hace apología del hedonismo y el disfrute. Solo se busca pasarlo bien y vivir día a día ». Es el análisis de Alberto Buale, psicólogo clínico del programa «Recurra Ginso» que dirige Javier Urra, primer Defensor del Menor entre 1996 y 2001. «Recurra» trata a familias en conflicto. Su público diana son «niños y adolescentes que hacen lo que quieren por no haber tenido límites en su educación», especifica Buale. El perfil de los chicos más complicados -algunos casos derivan en maltrato ascendente- se corresponde con el de «jóvenes de entre 15 y 17 años que no tienen valores. En muchos, su conducta está ligada al consumo de drogas, sobre todo hachís».
«Mi hijo tiene 16 años y ni pregunta si puede llegar más tarde a casa. Directamente regresa cuando quiere», cuenta María Calas, de Madrid. «Ya ni se molesta en decir que un amigo llegaba más tarde como excusa », añade. Esta mujer está a cargo de sus dos hijos de 16 y 20 años. Acude desde hace meses a un Centro de Apoyo a la Familia (CAF) para recuperar las riendas de la autoridad perdida. Reconoce que el problema está en la base de la educación que les ha dado a sus hijos….Adolescentes en una discoteca, la estampa habitual del fin de semana de pequeños. David es un murciano de 19 años que disfrutó con sus 22 amigos de la fiesta del 31 de octubre en el Madrid Arena. No se percató de la tragedia. Así lo refleja en su Twitter. A sus 19 años, David viajó desde su ciudad hasta la capital para el evento. «Me lo pagaron mis padres. No tengo paga ni ahorros. Lo que necesito lo pido. Así saben para qué es y que no me lo voy a gastar en cosas raras. Es una forma de control», manifiesta. En los últimos dos meses ha acudido a tres eventos similares en la capital. La fiesta de Halloween costó a sus padres 75 euros. Este joven considera que hay «más libertades porque los padres tienen más confianza en nosotros».
Alejandro Navas, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra, proyecta, basado en estudios de su ciencia, la realidad de estas nuevas generaciones de padres e hijos: «Hay una apariencia de control máximo, por ejemplo llamando constantemente a los móviles de los hijos, pero en realidad hay un descontrol total. Los hijos engañan como quieren, hay una ignorancia completa sobre las amistades y hábitos. Los padres de hoy en día tuvieron una infancia autoritaria y no quieren dar eso a sus hijos. Es engañoso. Hacen falta pautas y normas, pero no tienen valores en los que poder creer e inculcar », señala Navas.
Evangelio: Mc. 25, 14-30
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos : aquí están los otros cinco que he ganado".
"Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado".
"Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".
Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!"
Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene ".
Peticiones/ Acción de Gracias/Padrenuestro
Salida.
Jesús nos llama a cada uno de nosotros a poner nuestros dones al servicio de los hermanos, a ser fieles al Evangelio y responsables de nuestros actos; Porque poco o nada hemos hecho hasta ahora, terminamos con Francisco diciendo: “Oh Alto y Glorioso Dios…”