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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 15/12/2011

Introducción:
El Señor está cerca. El domingo se nos invitaba a estar alegres porque va a nacer el Salvador. Desde la esperanza traemos a la oración esta semana tres jornadas celebradas recientemente:
* Día mundial de la discapacidad: el Señor viene en forma de niño para hacerse cercano a los pequeños, a los débiles
*Día mundial por la erradicación de la pena de muerte: Dios pensó un día en cada uno de nosotros y nos creó. Nuestra vida es sagrada; Nadie tiene derecho a disponer de la vida de otro
*Día mundial de los derechos humanos: Nace Dios; se hace uno de nosotros y nos dice que somos hijos de Dios y por tanto hermanos. Toda persona tiene derecho a vivir de manera digna. En el mundo e incluso en nuestro entorno se violan cada día los derechos elementales de las personas. Necesitamos que Dios nazca en tantas situaciones de injusticia, de violencia, de marginación, de falta de libertad, de explotación, de desnutrición, de muerte,….
Traemos a nuestra oración estas y otras realidades. Ven, Señor Jesús

Salmo 71
1Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
2para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
3Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
4que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
5Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
6que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.
7Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
8que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

Noticia: Una ejecución cruel, la horca
(La Rosa de los Vientos, Ondacero Radio)

Japón es el tercer país más rico del mundo. Y según los cálculos de la ONU el índice de desarrollo humano es muy alto, el mayor del continente. Uno de los 10 más elevados del planeta. Pero allí llorar da vergüenza, nadie lo hace público, debe esconderse. Mostrar los sentimientos es poco menos que un pecado capital. Quizá por ello los japoneses permanecen impasibles. Asisten en silencio como, en su tierra, los derechos humanos se encuentran en un nivel preocupante, mucho mas bajo que la calidad de vida. Está mucho peor de lo que se imaginan o de lo que quieren ver.

Nuestro protagonista lleva 43 años condenado a muerte, 43 años en los que no sabe que ocurrirá con su vida en los próximos minutos, y es que allí las ejecuciones se llevan a cabo apenas una hora después de que la autoridad pertinente las autoriza. Una ejecución cruel, la horca. Los familiares de la víctima, por ley, solo son avisados después del fallecimiento del condenado.

Iwao Hakamada se ha vuelto loco, quiere construir un castillo, Ya vive al margen de la realidad, es lógico, su realidad no tiene futuro. Y ese futuro lleva casi medio siglo estancado. Igual de estancado que su caso, que algunos soñadores se empeñan en mostrar al mundo para exponer que, en el imperio del sol naciente, en el país en el que el emperador es un Dios, que hay que postrarse ante él, se cometió una injusticia.

Un caso que nos conduce al año 1968. Fue acusado de matar a 4 personas, fue condenado a muerte tras ser declarado culpable en el juicio que se seguía por el asesinato del jefe de la fábrica donde trabajaba. Junto a su jefe también falleció la mujer y sus dos hijos. Iwao confesó su culpabilidad tras un interrogatorio que duró 23 días, casi 300 horas. A él solo le permitieron hablar durante 20 minutos. Durante ese tiempo fue sometido a todo tipo de torturas, tampoco se le permitió contar con la presencia de un abogado. Más tarde se retractó, pero ya fue tarde. Declaró que fue golpeado y amenazado por la policía para que firmara la confesión, y lo hizo. El mismo en cierto modo firmó su sentencia y desde ese instante está en aislamiento. No ve a otros presos, no puede convivir con nadie en la cárcel, no recibe noticias del exterior ni ver la televisión.

Después se supo mucho más. La verdad. Pero el condenado ya no tenía voz. Se supo que algunas pruebas presentadas en el juicio, adolecían de deficiencias. Amnistía Internacional recuerda sobre su caso y sobre otros similares. Lo que dijo el hombre que firmó su sentencia de muerte, no debe caer en saco roto: “Me llamo Kumamoto Norimichi. Yo era uno de los tres jueces que debía dictar sentencia en la causa instruida en 1968 contra Iwao Hakamada. Objetivamente, las pruebas de que él hubiera cometido el crimen eran prácticamente inexistentes, pero no pude convencer a los otros dos jueces, así que tuve que declararlo culpable. No pude soportar la carga sobre mi conciencia, por lo que a los seis meses renuncié a mi puesto de juez. Todavía hoy me siento culpable. Nunca será suficiente mi arrepentimiento por lo que hice”.

Desde el final de la segunda guerra mundial 668 personas han sido ejecutadas en Japón tras ser condenadas a muerte. La mitad que en Estados Unidos, la otra superpotencia que sigue manteniendo la pena capital en su código. Ahora mismo, hoy mismo, en Japón hay 100 personas que aguardan el momento de su muerte. Solo 4, ni siquiera un 1%, han logrado que se conmute la pena. Pero hay decenas de casos que se cree que pueden ser igual que el de nuestro protagonista. Pero no importa, la pena de muerte debe ser erradicada de todos los países, de todos los códigos penales, sean culpables o no quienes sean condenados.


Evangelio: Carta de Santiago 5:
Sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla.
5:3 Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes
5:4 Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.
5:5 Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza.
5:6 Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.

5:7 Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera.
5:8 Tengan paciencia y anímense, porque la Venida del Señor está próxima.
5:9 Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta.
5:10 Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.
5:11 Porque nosotros llamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Ustedes oyeron hablar de la paciencia de Job, y saben lo que hizo el Señor con él, porque el Señor es compasivo y misericordioso.