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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 17/11/2011

ORACIÓN 17-Noviembre 2011

Entrada:

Como cada jueves, nos reunimos en la presencia del Señor. La falta de luz -no solo física-, de estos días otoñales, traspasa a veces nuestra existencia y nos hace caminar por los paisajes sombríos de nuestro día a día anhelando el Encuentro. Cuando intentamos orar, a veces logramos caminar sobre el agua, pero otras veces nos hundimos como una piedra. A veces experimentamos sentimientos profundos sobre la bondad y el amor de Dios, pero otras veces sólo sentimos aburrimiento y distracción. A veces nuestros ojos se llenan de lágrimas, pero otras veces divagan furtivamente buscando nuestro reloj para ver cuánto tiempo nos queda todavía. A veces nos gustaría permanecer aquí para siempre, pero otras veces nos extrañamos hasta de haber venido.

¡Dios vivo, por muy pobre que sea nuestra oración, te buscamos con confianza!. Y tu amor se abre paso a través de nuestras indecisiones e incluso de nuestras dudas.

Con Francisco, comenzamos diciendo: ¡Oh alto y glorioso Dios…

Salmo 26:

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar?

Cuando me asaltan los malvados

para devorar mi carne,

ellos, enemigos y adversarios,

tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí,

mi corazón no tiembla;

si me declaran la guerra,

me siento tranquilo.

Una cosa pido al Señor,

eso buscaré:

habitar en la casa del Señor

por los días de mi vida;

gozar de la dulzura del Señor,

contemplando su templo.

El me protegerá en su tienda

el día del peligro;

me esconderá

en lo escondido de su morada,

me alzará sobre la roca;

y así levantaré la cabeza

sobre el enemigo que me cerca;

en su tienda sacrificaré

sacrificios de aclamación:

cantaré y tocaré para el Señor.

Escúchame, Señor, que te llamo;

ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón:

"Buscad mi rostro".

Tu rostro buscaré, Señor,

no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,

que tú eres mi auxilio;

no me deseches, no me abandones,

Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandonan,

el Señor me recogerá.

Señor, enséñame tu camino,

guíame por la senda llana,

porque tengo enemigos.

No me entregues

a la saña de mi adversario,

porque se levantan contra mí

testigos falsos,

que respiran violencia.

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor.

EXPERIENCIA DE MISION EN ETIOPIA

Al llegar al aeropuerto de Addis Abeba, nos esperaba el conductor que trabaja para las Salesianas y la hermana Nieves. Desde allí nos llevaron en un autobús de la misión hasta Zway a 160 kilómetros al sur de la capital. Ya el viaje te va asomando a una realidad completamente distinta de la que estamos acostumbrados: Las carreteras, las casas de barro y paja, la gente de un lugar para otro, te hacen ver que estás en Etiopía.

Al llegar a la misión los primeros que nos recibieron fueron los niños del orfanato, como siempre los niños con una sonrisa te lo dicen todo. Nos acomodamos en la casa que las hermanas tienen para los voluntarios. Somos 27 voluntarios de Italia, Estados Unidos y España. Toda nuestra comunicación con la gente es en inglés. Al principio costaba un poco, pero cada vez más vamos consiguiendo comunicarnos, pues el idioma no puede ser un impedimento para ello.

La misión: Llevan 25 años por aquí las Salesianas, y sin embargo han hecho una labor espectacular. Dentro de la misión hay un colegio para niños de infantil, un orfanato, un proyecto de nutrición para niños desnutridos, un centro de formación en diseño de moda para chicas jóvenes, un proyecto de cestería y labores para mujeres, un centro de formación en informática. Tienen una panadería en la misión y la única iglesia católica del pueblo.

Fuera de la misión tienen otro colegio con casi 2000 alumnos. Además llevan proyectos en comunidades rurales con pozos de agua, cooperativas de trabajo con mujeres que hacen artesanía, fomento de gestión de las cosechas, almacenamiento del grano… En definitiva, es asombroso lo que 5 mujeres han podido hacer aquí en tan sólo 25 años. Está claro que Dios está por medio en todo esto. Ellas hablan continuamente de que es la Providencia la que hace que sea posible.

Andar por las calles del pueblo es como volver a siglos pasados: calles de tierra, casas en su mayoría de barro y tejado de paja, las que son un poco mejores con tejado de Uralita. Muy pocos coches y vehículos, casi todo carros hechos de forma muy rudimentaria. En la época de lluvias, se convierte todo en un inmenso barrizal por donde los niños y la gente siguen pasando para ir de un lugar a otro.

Los niños y la gente en general van vestidos con ropa sumamente vieja,harapientos, descalzos y francamente sucios, pero eso sí, nos les falta una sonrisa ni un saludo cuando ven pasar a algún farenji (extranjero). Muchos de ellos lo único que saben decir en inglés es: What’s your name?(¿Cómo te llamas?) y esperan ilusionados que tú te aprendas el suyo.

Nuestro día a día comienza a las 5.45 h. Pepe y yo, salimos a correr un poco. Es genial ver cómo amanece cada día rodeados del precioso paisaje de la sabana africana a tu alrededor. La naturaleza aquí es el mejor monumento. Después volvemos a la misión, nos duchamos y vamos a la misa que se celebra en dialecto amarico todos los días a las 6.45 h. Aunque no entendemos casi nada, es precioso rezar unidos con esta gente, sus canciones son preciosas. Volvemos para desayunar con el resto de voluntarios y nos vamos todos en camión hacia el colegio para empezar las clases. Para muchos el inglés es difícil y las hermanas organizan estos cursos para que puedan aprender el idioma.

Nosotros estamos preparando cada día unas sesiones de formación Pedagógicas con los profesores. Son muy acogedores y cercanos con nosotros. Lupe, Mayte y Manuela van al orfanato y al proyecto para niños desnutridos. Es increíble ver a niños sumamente delgados, que vienen con sus madres del campo para que los puedan salvar de morir de desnutrición. Aquí se lleva un proceso que dura varios meses donde los tienen a diario alimentados y cubiertos de necesidades básicas de medicinas y todo.

Por la tarde, otros voluntarios y yo nos vamos a una reunión con chicas jóvenes etíopes. Cada día se hace un pequeño teatro que motiva un valor a trabajar. A las 14.30 h empiezan a llegar unas 700 niñas a la misión para el oratorio, que son actividades de oración, deporte, juegos, costura, manualidades… Verlas cómo vienen vestidas, descalzas, llenas de pulgas y piojos… despierta reflexiones en nosotros cada día. Lo afortunados que somos unos pocos. Al terminar el oratorio se le reparte un bollo de pan a cada niña que se ha hecho en la panadería (esta buenísimo).

Los martes por la tarde y los sábados es el día del mercado. El pueblo se llena de gente venida de todas partes para vender lo poco que tienen. Ves llegar a gente en carros y a pie del campo (sabe Dios desde cuántos kilómetros) cargando leña, verdura, fruta o cualquier cosa que puedan vender. Ha habido días de lluvia en los que se pasaban horas en el suelo en medio del barro, soportando el agua con tal de que se pudiera vender su mercancía. ¿Qué historias habrá detrás de cada una de esas personas?.

Bueno, antes de despedirme dar las gracias a todos los que nos habéis dado dinero para traer. El dinero aquí se multiplica de una forma espectacular. Como las hermanas dicen, la Providencia se encarga de hacer que la misión siga adelante.

Evangelio: Mateo 25, 31 y ss.

Dijo Jesus a sus discípulos: “Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. El separara a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá a las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme…”

Salida: Canto.