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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 15/09/2011

Entrada: Escuela de oración.

Hoy nos encontramos para escuchar al Señor y nos centramos en la imagen del ángulo inferior izquierdo de la Cruz de San Damián. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María la de Cleofás. María acompaña a su hijo en el sufrimiento. En el icono de María vemos como ella, que ha visto crecer a su niño, y lo abraza y lo colma de cariño, ahora contempla las humillaciones a las que ha sido sometido. Desde el principio de su vida hasta el final ella lo tiene en sus brazos como nos recuerda la imagen de nuestra patrona, la Virgen de las Angustias. Ella participa en la fe del sufrimiento redentor de su hijo. Con Francisco pedimos que el Señor nos aumente la fe, la esperanza y la caridad para saber acompañar el sufrimiento en tantas cruces como encontramos en nuestras vidas y en nuestro mundo: Oh Alto y glorioso Dios

Primera Lectura: Isaías 66, 10-14ª.

10 ¡Alégrense con Jerusalén
y regocíjense a causa de ella,
todos los que la aman!
¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella,
11 para ser amamantados y saciarse
en sus pechos consoladores,
para gustar las delicias
de sus senos gloriosos!

12 Porque así habla el Señor:
Yo haré correr hacia ella
la paz como un río,
y la riqueza de las naciones
como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos
y acariciados sobre las rodillas.

13 Como un hombre es consolado por su madre,
así yo los consolaré a ustedes,
y ustedes serán consolados en Jerusalén.

14 Al ver esto, se llenarán de gozo
y sus huesos florecerán como la hierba.
La mano del Señor se manifestará a sus servidores,
y a sus enemigos, su indignación.

Noticia: EL PRESIDENTE DE CÁRITAS INVITA A TODOS LOS MIEMBROS DE LA INSTITUCIÓN A «OPTAR CLARAMENTE POR EL CAMBIO SOCIAL»

El presidente de Cáritas Española, Rafael del Río, recordó en la sesión de apertura de la Escuela de Directivos de la institución, que “los que trabajamos en Cáritas debemos ser personas que optemos claramente por el cambio social en la línea de la promoción de la justicia”.

A modo de decálogo de actuación, invitó a los participantes en este foro a ser “apasionados de la solidaridad, ya que ninguna persona puede ni debe ser objeto de explotación o abuso por parte de nadie, a adelantarnos a los acontecimientos en la lucha por conseguir un orden más justo para todos, a colaborar con otras organizaciones de la Iglesia, porque la coordinación y colaboración son testimonios de comunión eclesial, y a no pensar en nuestra credibilidad ni en la de nuestra organización, sino en la credibilidad de la Iglesia”.

Rafael del Río apostó también por avanzar en la organización y la eficacia, como ejes “que inspiran la acción de Cáritas”. En este sentido, señaló que los voluntarios y trabajadores de la entidad “debemos ser personas formadas y, por ello, recibir la formación necesaria y precisa para el desempeño de nuestra misión”. Esto no significa que tengamos que “limitarnos a hacer con destreza lo que más conviene en cada momento, ya que los pobres necesitan humanidad y atención cordial”. “Debemos distinguirnos –afirmó-- por nuestra dedicación a los demás con una atención que salga del corazón, para que el otro experimente nuestra riqueza de humanidad”.

Denunció, también “un mundo que vive más preocupado por la construcción de los ‘mercados’ que por la construcción de las ‘sociedades’, que piensa más en el hombre como ‘consumidor’ que como ‘ser humano y ciudadano’”. “Desde Cáritas –añadió-- proclamamos que la lucha contra la pobreza y la exclusión es obligación de todos, y también de los poderes públicos. Todos debemos trabajar para alcanzar una sociedad cohesionada y justa, que no busque sólo el crecimiento económico, sino que promueva una distribución más equitativa de los bienes, que reduzca las desigualdades y acabe con la pobreza, al menos en sus expresiones más severas”.

También intervino el delegado episcopal de Cáritas, Vicente Altaba, quien rindió su “reconocimiento y gratitud a los voluntarios de Cáritas por su sensibilidad para ver a los pobres, ponerles rostro y nombre, escuchar su clamor y ofrecerles un corazón dispuesto a escuchar y a responder”.

“Los voluntarios –explicó— son esos hombres y mujeres que se han sentido llamados por el grito de la pobreza, la marginación, la exclusión social, la soledad y el sufrimiento de los hermanos, que se han sentido llamados por u Dios que tiene entrañas de amor, que se conmueve ante la pobreza y el sufrimiento humano y nos convoca a construir una nueva humanidad en la que la vida sea posible para todos”.

“vivimos en una sociedad que se defiende ante los pobres y trata de invisibilizarlos, ocultándolos detrás de datos fríos y anónimos de las encuestas, las estadísticas y los estudios sociales”. Ante esta realidad, “los voluntarios son esos hombres y mujeres que descubren que los pobres no son número, sino personas”. “No son neutrales –concluyó Vicente Altaba--, no lo son ante los pobres, pues están de su lado; no lo son ante la pobreza, pues están contra ella, no lo son ante la sociedad, pues trabajan por un nuevo modelo social”.

Evangelio: Juan 19, 25-27

25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.
26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo."
27 Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.

Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida

María, madre, nos cuesta aceptar nuestras limitaciones y defectos, Ayúdamos a decir como tú: "Hágase en mí según tu palabra";

Queremos ser siempre los primeros y no nos gusta ser relegados. Danos fuerzas para decir "soy la esclava del Señor".

Nos quejamos por cosas sin importancia y huimos del sufrimiento. Acompáñanos para que sepamos estar al pie de la cruz.
Somos poco constantes en la oración y en la tarea; queremos, como tú, buscar ansiosamente a Jesucristo

No amamos lo suficiente a la Iglesia: enséñanos a permanecer unidos contigo en torno a Jesucristo nuestro salvador.

Unidos a la oración de María decimos: Proclama mi alma la grandeza (Magnificat)