Oración Comunitaria 05/09/2013
Escuela de Oración: Responsabilidad.
Seguimos con el libro de actitud en la oración. Hoy es la Responsabilidad.
Dice Dan Berrigan que “En su mayor parte, la oración consiste en insistir en que Dios haga por nosotros lo que no estamos dispuestos a hacer unos por otros. Resolución: hagamos unos por otros lo que querríamos que Dios hiciera por nosotros. Esto es obrar al estilo de Dios.”
Nuestras ideas sobre Dios determinan nuestras ideas sobre la oración. Si Dios es el origen de la vida, si somos “hechos a imagen de Dios” y tenemos que desear para el mundo lo que Dios desea para dicho mundo, entonces oramos de una determinada manera. Por otro lado, si Dios es esa gran cornucopia que está en el cielo y nos distribuye con cuentagotas la vida –si la suplicamos debidamente-, entonces oramos de otra manera muy distinta.
Pero Dios no es un mago ni una máquina expendedora; Dios es la plenitud de la vida, el imán que atrae nuestro corazón, el modelo, el propósito y el final de todos nuestros actos. Estamos aquí para proseguir lo que Dios ha comenzado: el cultivo del jardín de la vida.
Nuestra manera de orar determina la autenticidad o la falsedad de nuestra fe; nuestra manera de orar calibra el infantilismo o la madurez de nuestra piedad.
La falsa piedad se dispone, libro de oración en mano, a forzar a Dios a hacer lo que nosotros consideramos que debe hacerse. La falsa piedad regatea con Dios: “iré a la iglesia todos los días si…; dejaré de fumar si…”
Las personas que negocian con Dios son como niños que dicen: “Si saco la basura todos los días. ¿puedo ir a la fiesta?”. La noción del propósito de la oración como desarrollo de una relación con Dios se les escapa.
Estas personas se sienten como peones en el universo, apenas humanas, totalmente impotentes. Su noción de acción moral es ser ”buenas”, a fin de poder arrebatar a Dios lo que ellas no mueven un dedo para obtener por sí mismas.
Viven una fe superficial recubierta de una fina capa de piedad. No han comprendido que la piedad es la práctica de una disciplina espiritual dirigida a profundizar nuestra consciencia de Dios en la vida, no a hacer de Dios un espejismo, un ídolo distante.
En lo que respecta a la fe, la pregunta no es si Dios nos otorga lo que pedimos, sino si el propósito de nuestra oración es persuadir a Dios de que nos conceda cosas o nos otorgue la fuerza necesaria para aceptar su voluntad, tanto si nos las otorga como si no.
Confiar en que Dios nos proporcione lo que somos capaces de hacer por nosotros mismos no es fe. La fe no es pasividad. La fe es la seguridad de estar destinados a tener aquello por lo que nos estamos esforzando y que llegará cuando Dios considere que es el momento oportuno, siempre que nosotros hagamos también lo que nos corresponde para hacerlo posible.
En este tiempo de septiembre empezamos el curso con responsabilidad y confianza en Dios. Queremos hoy en especial orar por la paz, por las tensiones en Siria y tantos otros países, que los responsables sean capaz de llegar a acuerdos que los gobiernos trabajen por el bien de todos y por todos nosotros que seamos capaces de tener el don amor y la paz siempre al servicio de los hermanos
Así, con Francisco, que fue constructor de paz, comenzamos cantando…”Oh Alto y Glorioso Dios”
Lectura A.T.: Salmo 94
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la Roca
que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque El lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque El es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que El guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
En el primer ángelus de septiembre y después de nombramiento de Pietro Parolin como su número dos y Secretario de Estado, Francisco lanzó, antes del Ángelus, un dramático llamamiento a la paz en Siria: "Nunca más la guerra". Asimismo, convocaba a católicos, cristianos, fieles de todas las religiones y hombres de buena voluntad a una Jornada de ayuno y oración "por la paz en Siria" el próximo día 7 de septiembre.
"Quiero hacerme intérprete del grito
que sale de toda las partes de la tierra, del corazón de todos, con angustia
creciente: el grito de la paz"
"Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos que en nuestra sociedad llena de conflictos reine la paz"
"Nunca más la guerra"
"La paz es un don demasiado precioso, que debe ser promovido y tutelado".
"Vivo con sufrimiento las situaciones de conflicto, pero estos dias mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria"
"Lanzo un fuerte llamamiento por la paz"
"¡Cuántos niños no podrán ver la luz del futuro!"
"Con especial firmeza condeno el uso de las armas químicas"
"Llevo en la mente las terrible imágenes de los días pasados"
"No se puede escapar del juicio de Dios y de la Historia a nuestras acciones"
"Guerra llama a guerra, violencia llama a violencia"
"Con toda mi fuerza, pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su propia conciencia y no se encierren en sus propios intereses"
"Exhorto a la comunidad internacional para que promueva iniciativas claras para la paz en aquella nación basadas en el diálogo"
"Que se garentice asistencia humanitaria"
"¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo?"
"Una cadena de lucha por la paz una a todos los hombres y mujeres de buena voluntad...Llamamiento que dirijo a la Iglesia católica y a todas las demás religiones y a los no-creyentes"
"La paz es un bien para toda la Humanidad"
"Repito en voz alta: No a la cultura del desencuentro y del conflicto, sino la del encuentro y del diálogo. Ésta es el único camino para la paz"
"Depongan las armas y déjense guiar por los deseos de paz"
"El 7 de septiembre, una Jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en todo el mundo"
"Invito a unirse a esta iniciativa a los hermanos cristianos, los de otras religiones y los hombres de buena voluntad".
"El 7 de septiembre aquí, en la Plaza de San Pedro"
"La Humanidad necesita gestos de paz y esperanza"
"Ayúdanos, María, a superar este difícil momento"
Evangelio: Mt 5, 1-12
Al ver a la
multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a
él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
Dichosos los que eligen ser pobres, porque sobre ésos reina Dios.
Dichosos los
que sufren, porque ésos van a recibir el consuelo.
Dichosos los sometidos, porque ésos van a heredar la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia, porque ésos van a ser saciados.
Dichosos los que prestan ayuda, porque ésos van a recibir ayuda.
Dichosos los limpios de corazón, porque ésos van a ver a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque sobre ésos reina Dios.
Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.
Peticiones.
Acción de Gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Pon Señor luz en nuestras oscuridades y
ayúdanos a descubrir en el Evangelio
el camino para vivir a tu estilo, para hacer de este mundo el hogar que has
soñado para todas las personas desde la creación, para que sea la convivencia
pacífica y el amor, el motor que mueva al mundo.
Terminamos con Francisco diciendo “ Te adoramos….”