Oración Comunitaria 12/05/2011
Entrada.
La Alegría de la vida Pascual nos llena de esperanza. Alegría que es sinónimo de dicha, felicidad, gozo, contento, satisfacción, júbilo, buen temple, fiesta, regocijo, buen humor y mejor amor… para hacer y crecer en la Alegría que no tiene fin. Alegría porque Dios resucita a Jesús porque Dios le da la razón a Jesús porque Dios se manifiesta tal y como Jesús había dicho.
Alegría, hermanos: Cristo resucitó y sigue resucitando. Resucita aquí, entre nosotros. El nos dice: No temas, despójate de la tristeza y vístete de mi alegría. Supera la desilusión y llénate de esperanza. Vívela de manera pascual, resucitada.
Llénate de Alegría Pascual contagia y empapa la vida cristiana allí donde estés. No temas: Yo estaré contigo. Cristo resucitado te recrea, te alegra, te enciende, te contagia. Cristo resucitado, haz de mí un instrumento de resurrección.
Enmarcados en la Semana de la Paz, vivimos resucitando cada día desde nuestro carisma, siendo capaces de hacernos instrumentos de Paz, allí donde estemos, con nuestro actos, pensamientos y sentimientos; todo ello con la valentía de sentirnos reconfortados en el Señor para no dejar de ser sus manos.
Con Francisco comenzamos diciendo: “Oh! Alto y glorioso Dios…”
Primera Lectura: Salmo 16.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque El es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Noticia: XXV semana de franciscanos por la paz.
Hace 25 años, tuvo lugar una oración por la paz, y fue llamado Espíritu de Asís, 150 líderes de las creencias y religiones del mundo, oraron junto así:
Oración Budista por la Paz. Trozo del capitulo introductivo de “Comprometidos en los caminos del Boghasattva”, obra de un santo y sabio budista del siglo VIII: Shantideva
Que aquellos debilitados por el frió encuentre calor,
y los que están agobiados de calor reciban refrigerio
de las aguas abundantes que llueven
de las grandes nubes (de los meritos) del Bodhisattva.
Oración Hindú por la Paz: Oraciones tomadas de os Upanishads
Que Dios nos ayude y nos alimente y nos proteja
Que podamos trabajar juntos con energía.
Que nuestros estudios tengan fruto.
Que podamos amarnos los unos
a los oros y vivir en paz.
Oración musulmana por la Paz: Tomada del Santo Coran. (Sura IV, v.1)
¿Creyentes! Observad bien cuando os encamináis por la causa de Dios. No digáis a quien ofrece la paz: <>, buscando los bienes de este mundo. Con Dios, los beneficios y el botín son abundantes. Así erais vosotros antes, hasta que Dios os dio su gracia. Observad bien. ¿Dios sabe lo que hacéis!
Oraron judía por la Paz.
Dios nuestros que estas en los cielos, danos la fuerza de actuar, de trabajar y de vivir hasta que el espíritu de arriba se manifieste sobre nosotros, y que el desierto se vuelva una viña, y la viña aparezca como un bosque.
Oración cristiana por la Paz:
La Escritura nos enseña que <> (1 Cor 14, 33) El Espíritu de Dios, que creemos es Dios mismo, es el Espíritu que trae <>Ef 4,3), porque la paz es uno de sus dones (Ga 5, 22).
SILENCIO
CANTO
Evangelio: Marcos 4, 3-9
«Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento». Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga».
SILENCIO
CANTO
Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Llenos de la alegría y la confianza que nos da el encuentro con el Señor y con los hermanos, perdiendo el miedo y la angustia por la esperanza de la resurrección; vivamos lo que oramos y creámonos lo que decimos.
Con Francisco terminado diciendo: “Te adoramos Señor Jesucristo…”