Oración Comunitaria 07/04/2011
Entrada.
En el silencio de la tarde, nos llama el Señor a cada uno para compartir nuestra oración con los hermano, nos llama el Señor a la conversión en esta cuaresma, y nos conduce para cambiar las injusticias de los hombres.
El pasado domingo el Evangelio nos animaba a abrirle los ojos a aquellos que no ven, a ser manos que quiten los obstáculos que no nos dejan ver, a ser luz para los hermanos. Queremos Señor que los más débiles, los pobres, los huérfanos, los oprimidos, los prostituidos, escuchen nuestra voz y sientan esas manos siempre presentes para alumbrar en el camino, y vean que otro mundo es posible.
Así, Francisco veía su vida de otra manera desde su encuentro con el Cristo de San Damián:
“Para comprender mejor la importancia o incidencia de la visión del Crucifijo en la vida de Francisco, recordamos que en tiempo de Francisco, la imagen de Cristo crucificado estaba en el centro de las iglesias, al menos en las iglesias secundarias, en las que no se conservaba el Santísimo. En este sentido se comprende aún mejor por qué Francisco, pensando en una iglesia particularmente abandonada y pobre, oraba y quería que los demás orasen diciendo: < Te adoramos, Señor Jesucristo, también en todas tus iglesias, que hay en el mundo entero, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.> El Cristo crucificado, presente por doquier en las iglesias, es para él casi la personificación de la Iglesia, de toda Iglesia. Francisco vive esta presencia, que opera y actúa el misterio redentor por medio de la Cruz.
Verdaderamente es el Crucifijo “vivo” quien continuaba avalando, redimiendo, salvando al mundo.”
Con Francisco comenzamos diciendo “Oh Alto y Glorioso Dios….”
Primera Lectura: Salmo 10, 16-18.
El Señor reina para siempre
y los paganos desaparecerán de la tierra.
Tú, Señor, escuchas los deseos de los pobres,
los reconfortas y les prestas atención.
Tú haces justicia al huérfano y al oprimido:
¡que el hombre hecho de tierra no infunda más temor!
Noticia: Los burdeles escapan de la crisis.
Los burdeles de carretera han escapado de la crisis. El negocio sigue siendo rentable. La verdad es que siempre lo ha sido. En ellos se prostituyen chicas extranjeras. El 97% no ha nacido en nuestro país, según las estadísticas de la Benemérita. Brasileñas, rumanas, colombianas, paraguayas, nigerianas y rusas, por este orden, son las nacionalidades más frecuentes.
En esta década, los censos de la Guardia Civil hablan de entre 14.000 y 21.000 prostitutas. En las grandes ciudades conviven además pisos, saunas y pubs. Fuentes de Interior aseguran que se han llegado a contar 1.600 prostíbulos. Otras 6.900 meretrices prestan sus servicios en las calles y en los polígonos industriales de las grandes urbes.
En estos diez años la Guardia Civil ha acabado con 205 de estas mafias y ha detenido a 2.139 proxenetas. "El 90% de las chicas de los clubes están ahí engañadas y coaccionadas", explica Rocío Nieto, de la Asociación para la Reinserción de Mujeres Prostituidas (Apramp), que denuncia que están detectando que las mafias traen a España a más menores, de 16 y 17 años. "Sobre todo rumanas", confirman fuentes policiales.
Las más crueles son las redes nigerianas Muchas chicas vienen a España engañadas, con documentación falsa y con falsas promesas de empleo "en el servicio doméstico, de camareras, bailarianas, de cuidadoras de personas mayores o azafatas". Pero al llegar aquí la realidad es bien distinta. "Han contraído una deuda económica con la red y deben saldarla". Las redes nigerianas. "Engañan a las chicas, las amenazan con vudú porque son gente muy supersticiosa e incluso recurren a palizas".
¿Pero cuánto ingresa un club de alterne?, ¿se nota la crisis? "No hay crisis en la demanda, los clientes siguen acudiendo, solo que los precios que se pagan han bajado. Las tarifas varían entre los 20 y 50 euros", señala Rocío Nieto. El negocio generado por estos locales es muy difícil de cuantificar.
Los 945 clubes generan 27,1 millones de euros semanales Las chicas suelen pagar una cuota diaria por alojarse allí y comer, a pesar de que la mayoría está retenida y coaccionada. Y luego entregan gran parte del coste del servicio al proxeneta para pagar la deuda del viaje que tienen contraída. La media de mujeres por club es de 21, cada una hace una media de 5,5 servicios diarios con una tarifa media de 41,5 euros. Los 945 clubes generan 27,1 millones semanales, sin contar con la venta de alcohol y generalmente de drogas que suele haber en estos locales.
El Consejo de Estado ha recomendado prohibir o al menos reducir "severamente" los anuncios de prostitución en la prensa. Para ello ha pedido al Gobierno una ley específica que regule este tipo de publicidad, que genera elevados beneficios. Por ejemplo, El País recoge cerca de 700 anuncios en un día laboral; El Mundo, 670; y ABC, 225. En febrero de 2007, 20 minutos fue el primer medio español en desterrar de sus páginas este tipo de publicidad.
Evangelio: Jn. 8, 1-10
Jesús fue al monte de los Olivos.
Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,
dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?"
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,
e incorporándose, le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?"
Ella le respondió: "Nadie, Señor". "Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante".
Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Esperanzados por el amor e ilusionados por las fuerzas renovadas, terminamos diciendo: “Te adoramos…”