Oración Comunitaria 31/03/2011
Entrada.
Nos reunimos en esta Capilla del Cristo de San Damián para orar en comunidad.
Dejamos así nuestros agobios y nuestras fatigas en la calle, porque venimos a compartir con los hermanos nuestra vida, para hacer más ligera “esa” carga de la que hoy nos hablará el Evangelio.
Preparémonos para servir, para ser humildes y perseverantes en la tarea del Reino.
Tengamos hoy presentes (próximos a la celebración el próximo sábado 2 de abril en el Colegio Juan XXIII del Torneo “Métele un gol a la droga” que todos los años organizamos en el grupo), a los más débiles, a los que necesitan de nuestras manos para sacar las suyas de la lacra de la droga y necesitan de nuestras piernas para caminar juntos y meterle un gol a la droga.
Que disfrutemos esa jornada con la presencia y el contacto de los hermanos y sea igual de importante como lo fue para <>.
Y queriendo alcanzar esa perfecta e íntima alegría como Francisco, cantamos:………..
CANTO: OH Alto y Glorioso Dios.
Primera Lectura: Eclesiástico 2,1-18.
Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.
Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.
Únete al Señor y no se separes, para que al final de tus días seas enaltecido.
Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.
Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.
Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.
Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?
Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.
¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos!
¡Ay del corazón que desfallece, porque no tiene confianza! A causa de eso no será protegido.
¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?
Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras y los que lo aman siguen fielmente sus caminos.
Los que temen al Señor tratan de complacerlo y los que lo aman se sacian de su Ley.
Los que temen al Señor tienen el corazón bien dispuesto y se humillan delante de él: «Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia».
CANTO: En mi debilidad.
Noticia: Cambio personal interior (P.H.)
Los miércoles a las 17:00 horas llego a Proyecto Hombre, y me encuentro a un grupo de hombres y mujeres sonrientes, me dan dos besos y siento que nos acogemos mutuamente. Sé que tienen multitud de problemas con las adicciones y con la familia, amigos, laborales y consigo mismos. Pero a pesar de todo quieren cambiar. Esa es su característica fundamental. Así lo manifiestan cuando pasa el tiempo y reciben el “Alta terapéutica”; suelen comentar que lo que más agradecen de Proyecto Hombre no es haber dejado las drogas, sino el haber cambiado como personas, dejar atrás su forma de entender el mundo y de relacionarse con él.
En nuestra reunión de los miércoles les procuramos prestar atención a las necesidades de Ser interior que todos llevamos dentro y que es el único que nos va a hacer cambiar. Si satisfacemos sus necesidades seremos más felices y mejores personas, incluso libres. ¿Cómo conocerlas? Si miramos nuestras características, descubriremos “talentos” personales que dejamos de cultivar cuando crecimos: de eso se trata, buscar aquellos talentos y ponerlos a trabajar.
Pensemos en el arte, aquellos dibujos que hacíamos de pequeños, aquellos cuentos que inventábamos o los castillos de arena en la playa; todo desapareció para dedicarnos a hacer “cosas importantes”. En la primera media hora retomamos esta actividad, volvemos a incorporar el arte a nuestra vida, hacemos algo de Euritmia, el arte de poner en movimiento sonidos y dibujos en el espacio con nuestro cuerpo; ello nos reconforta y anima, y poco a poco cambiamos y modificamos nuestra actitud y nosotros mismos.
Después nos sentamos y buscamos cosas que perdimos en el camino hacia ese “hacernos mayores” y que queremos volver a poner en actividad, son pequeñas cosas que todos tenemos en nuestro interior, pero que están adormiladas. Por ejemplo diferenciar lo urgente de lo importante; lo urgente es lo que hay que hacer necesariamente: trabajar, comer, el partido de fútbol; lo importante son las cosas que mi Ser más interior necesita, venir a Proyecto Hombre es importante porque el acto de la decisión de venir supuso en mi vida algo nuevo que yo jamás había hecho. La conservación que hace que yo vea a una persona de forma distinta a cómo la veía es importante porque cambia mi vida: cada noche repasamos qué ha sido lo más significativo de ese día, lo que me ha cambiado, de esta forma voy comprendiendo mi evolución
Otro ejercicio es el de la pequeña renuncia. Estamos acostumbrados o admiramos las cosas grandes, los grandes sacrificios, pero la fortaleza está normalmente en cosas insignificantes; si yo consigo renunciar a un pequeñito placer: el cigarro de después de comer, algo en mi interior se va renaciendo y probablemente un día seré capaz de dirigir mi vida porque renuncié a una insignificancia simplemente porque yo así lo quise, sin contrapartidas.
Así vamos entre ejercicios y ejercicios fortaleciendo nuestro Ser interior, sin agobios, pero con decisión constante, solamente porque nosotros lo hemos decidido y querido: la conversación, la gratitud, la confianza….pequeñas cosas.
CANTO: Te amo Señor, fortaleza mía.
Evangelio: Mt. 11, 28-30.
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Venid a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.
CANTO: Confío en ti, de ti me fié.
Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Queremos ser luz, queremos curar la ceguera y mostrar al mundo que podemos cambiar las injusticias, queremos ser manos que destapen las vendas de los ojos para que Cristo nos guíe por el camino del Reino, por el camino de la humildad y la concersión como lo anduvo Francisco.
Terminamos así diciendo: “Te adoramos Señor Jesucristo