Oración Comunitaria 17/03/2011
Entrada.
Transcurrida una semana del inicio de la Cuaresma, nos reunimos para escuchar la Palabra y compartirla con los hermanos, en esta trágica semana para el pueblo Japonés. Queremos tener presentes en nuestra oración tantas pérdidas humanas y tantas familias rotas por el dolor del miedo, del sufrimiento y de la muerte.
Queremos hoy escuchar la Palabra y ponerla en práctica en nuestra vida , como Francisco, <
Según Celano “ Francisco no se olvidaba de cuidarse de aquella santa imagen del Cristo de San Damián, ni dejaba, negligente, de cumplir el mandato recibido de ella. Dió a cierto sacerdote una suma de dinero con que comprar una lámpara y aceite para que ni por un instante le faltara a la imagen sagrada el honor merecido de la luz”. Desde entones, Francisco aparece íntimamente herido de amor a Cristo crucificado, participando de la pasión del Señor, cuyas llagas lleva impresas en el corazón>>
Nosotros heridos por el sufrimiento de tantos hermanos, queremos ser esa luz que Celano cuenta, esa luz de la Transfiguración de la lectura del Evangelio del próximo domingo, para que el mundo siempre esté encendido de amor, de paz y de compasión.
Con Francisco comenzamos diciendo “Oh, Alto y Glorioso Dios…”
Primera Lectura: Sal 42 (41).
2Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
3tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
4Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
5Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
6¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Noticia: Testimonio de un misionero desde Japón.
Padre Codenetti: "Con sentimientos de esperanza y de gratitud-orgullo de estar en este país, en estos momentos"
Queridos Amigos:
Me decido sólo ahora a juntar algunas noticias y reflexiones, después y "durante" los terribles momentos vividos por la gente de esta tierra japonesa, de la que estoy llamado a compartir los hechos.
Como escribí en el título, son sentimientos que van y vienen, se cruzan, se oponen, según las noticias y los testimonios directos de quien es testigo, ciertamente no aislado.
Si bien en las imágenes también dramáticas, difícilmente se ven lágrimas derramadas por los directos afectados, y si se ven, siempre están muy compuestos, en momentos de soledad y de retiro no logro detener las mías. Ciertamente no son señal de debilidad, ni tampoco de un único sentido, es decir las del dolor, pero también son las de esperanza y de gratitud-orgullo de estar en este país y sobre todo en estos momentos. Y son muchos los motivos, en cada ocasión, que fortalecen el amor, la solidaridad y la división.
Sentimientos de Dolor: las noticias son cada vez más graves... las 2.000 víctimas confirmadas y los 15.000 desaparecidos. La situación de los 450.000 refugiados, en medio del frío, enfermedades, debilidad, impotencia. La incertidumbre y ciertamente la preocupación de lo que ocurrirá en estos próximos meses, y personalmente, el hecho de estar lejanos y no poder hacer mucho para compartir el sufrimiento
Sentimientos de Esperanza: pequeñas escenas de solidaridad, de alegría, de heroísmo que superan el ámbito personal o familiar, pero que se extienden indistintamente a todos. Ciertamente incapaz de contarlo todo por escrito, pienso que difícilmente se borrará de mi memoria y serán objeto de futuras conversaciones nuestras.
Sentimientos de Orgullo: orgullo de sentirme parte involucrada entre esta gente maravillosa, como igualmente parte de ese país Natal del que tengo un testimonio permanente de solidaridad y cariño. De ambos frentes recibo siempre lecciones de vida y fe que traspasan las fronteras de la raza, la cultura, la religión.
Precisamente por esto, en medio de tanto sufrimiento, vengo a agradecer al Señor el haberme dado la gracia de ser misionero en esta tierra, sobre todo de sentirme cerca de mis hermanos Saverianos que de diferentes maneras comparten sus sentimientos en situaciones dramáticas, sean estas en África, en Asia, en América.
Pido y ruego al Señor, que lo que nos haga sentir tan cercanos y solidarios, lo que prevalezca sean siempre más los momentos de alegría, y no los de dolor. E invito a todos los amigos a refinar en esto nuestra sensibilidad, sin esperar tales ocasiones, como esta terrible experiencia del pueblo japonés. Somos todos hijos del mismo padre, y con algunas lágrimas más, sumada a algunos gestos o estilo de vida diario, sean nuestra marca distintiva que también se convierte en testimonio de un mundo más fraternal.
P. Claudio Codenotti, misionero saveriano desde Osaka.
Evangelio: Mt 16,24-28.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
25 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará.
26 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
27 Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
28 Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino".
Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.
Con Francisco acabamos cantando.
Te adoramos…