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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 10/03/2011

Entrada.

En este inicio de Cuaresma, Dios quiere hablarnos a cada uno de nosotros al corazón y nos llama en este tiempo de oración y conversión, como a Francisco, a amar el Evangelio y transformar el mundo, mediante la presencia del Cristo de San Damián.

Así el joven Francisco cuando estaba pasando una grave crisis espiritual, lleno de dudas, incertidumbres y tinieblas, "guiado por el Espíritu" entra en la Iglesia de San Damián, se postra suplicante y devoto ante el Crucifijo, y tocando de modo extraordinario por la gracia divina, se siente totalmente cambiado. La imagen de Cristo crucificado le habla desde el cuadro: "Francisco- le dice, llamándolo por su nombre- vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo" Francisco queda estupefacto y casi pierde el sentido por las palabras que ha oído. Pero inmediantamente se dispone a obedecer y todo él se concentra en el mandato recibido. Según la Leyenda de los Tres Compañeros, Francisco respondió: "de muy buena gana lo haré, Señor". Celano añade que el Santo nunca acertó a describir la inefable transformación que experimentó en sí mismo.

Comenzamos así con Francisco diciendo: “Oh alto y Glorioso Dios…”

Primera Lectura: Sal 1, 1-6.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos,
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Noticia: La mujer y el trabajo remunerado.

El, 8 de marzo, se conmemoró el centenario del Día Internacional de la Mujer, jornada para ensalzar los avances en materia de igualdad y recordar el camino que aún queda por delante. Se han dado pasos de gigante en este tiempo, pero aún hay una gran brecha entre ellos y ellas.

Desde sus inicios, los movimientos feministas denunciaron que las trabajadoras cobraban menos que los varones por realizar una misma labor, que además solían desempeñar en peores condiciones y durante más horas. Incluso, ellas tenían vetado el acceso a determinados empleos. Aún hoy muchas -por no decir todas- de estas batallas siguen abiertas.
En España, a pesar de que la igualdad está garantizada por ley, la tasa de ocupación femenina alcanza el 41,7%, frente al 54,2% de los hombres, según el Instituto de la Mujer.

Por su parte, los datos del INE reflejan que cada año 380.000 mujeres abandonan su puesto de trabajo, frente a 14.000 hombres, y que ellas trabajan cada semana seis horas y media más que ellos, si se unen las obligaciones remuneradas y las no remuneradas.

La discriminación se agrava si se atiende a la distribución de los puestos directivos en los centros laborales. Respecto a los salarios, en nuestro país la renta media femenina es un 15% menor que la masculina, y hasta un 25% menor en el sector privado. Las mujeres españolas ganan 5.300 euros menos al año que los hombres.

La situación ha mejorado, es indudable, pero las estadísticas siguen hablando de marginación. Según el Banco Mundial, siete de cada 10 mujeres viven bajo el umbral de la pobreza. En los países empobrecidos, el 80% de los alimentos básicos son producidos por mujeres que, sin embargo, sólo poseen el 10% de las tierras cultivables.

Estos países se llevan también la peor parte en cuanto a educación femenina. En todo el mundo existen 774 millones de personas analfabetas, de las que el 64% son mujeres.

En la Unión Europea, otros datos revelan la situación de inferioridad de las féminas: durante la edad adulta, entre el 20 y el 25% de las mujeres de la UE sufre violencia física, y más del 10% son víctimas de violencia sexual.

Evangelio: 9, 22-25.

Les dijo: “El Hijo del hombre, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?”

Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.