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Etiquetas: oración del jueves,oración

Oración Comunitaria 08/08/2013

Escuela de Oración: Crecimiento.

Continuamos repasando actitudes  orantes y esta semana nos centramos en el Crecimiento. Según Buda, “insistir en una práctica espiritual que te ha servido en el pasado es como cargar con la balsa a la espalda después de haber cruzado el río”.

Cada paso del camino espiritual es el camino. Atrincherar nuestra alma en un paso del camino a expensas de todos los demás es condenarnos a una vida de infancia espiritual. Mientras cada una de las actitudes que llevamos a la oración no llegue a la madurez, se suspenderá el proceso de nuestro progreso en la vida espiritual.

El problema es que tendemos a olvidar que el camino hacia la adultez espiritual es largo. Es un trayecto con muchos estadios; es una búsqueda con múltiples partes. Nunca es estático ni puede estar ligado a ningún punto ni vinculado a ningún lugar ni comprometido con ninguna práctica espiritual concreta. De hacerlo, o bien la práctica nos ha fallado, o bien somos nosotros quienes le fallamos a ella. “Cuando yo era niño –dice Pablo-, pensaba como un niño… Al hacerme hombre , dejé todas las cosas de niño”.  La historia es muy común en todos los aspectos de la vida. Habla de ensayo y error, de intuición y sabiduría, de llevar el yo a pleno desarrollo a un alto coste.

No hay dimensión de la vida en la que podamos esperar ser la misma clase de persona a los cincuenta que cuando teníamos treinta. Nadie espera pensar lo mismo acerca del mundo a los cuarenta y cinco años que a los dieciocho. Nadie espera tener el mismo grado de información acerca de la vida a los sesenta y cinco que a los treinta y cinco. ¿Por qué, pues, esperar que nuestra vida espiritual se fosilice  y llegue a su culmen a los dieciocho años?

Las prácticas que aprendimos en la infancia son expresivas para el niño que hay en nosotros: la Navidad consistía en el nacimiento del niño Jesús; la Cuaresma consistía en renunciar a los dulces; a Jonás se lo ragó realmente una ballena… Todas estas historias nos instruyeron acerca de la fe, pero no nos enseñaron la fe completa. Llegar a comprender que la Navidad consiste en la presencia de la divinidad en medio de nosotros es cuestión de madurar en el verdadero mensaje de la fe La Cuaresma consiste en reconocer la debilidad de quienes traicionaron a Jesús antes que nosotros. Jonás se vio atrapado por las fuerzas malignas que lo rodeaban, como nos sucede a nosotros, a pesar del hecho de profesar un compromiso con Dios.

En la vida, a veces tenemos que renunciar al pesebre y seguir hacia la cruz. En algún momento tenemos que renunciar a la satisfacción que nos proporcionan los ritos, para entregarnos a la vida divina a la que somos llamados.

De lo contrario, nunca maduraremos en la fe. Optamos por vivir en un nivel de infancia espiritual, a pesar de nuestro compromiso de ir acercándonos a Dios a medida que maduramos. Con Francisco, nos disponemos a escucharte, para ir dando pequeños pasos. Con él te decimos: Oh Alto y Glorioso Dios…

Lectura A.T.: Isaías 55, 1-7

“Todos los que tenéis sed, venid a beber agua;
los que no tenéis dinero, venid, pedid trigo, y comed;
sin pagar nada, adquirid vino y leche.

 ¿Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan?
¿Por qué dar vuestro salario por algo que no deja satisfecho?
Oídme bien y comeréis buenos alimentos,
comeréis cosas deliciosas.
Venid a mí y prestad atención, escuchadme y viviréis.

Yo haré con vosotros un pacto eterno,
cumpliendo así las promesas que por amor hice a David.
Yo lo puse a él como testigo para las naciones,
como jefe e instructor de los pueblos.
Tú llamarás a pueblos desconocidos;
pueblos que no te conocían irán corriendo a ti,
porque yo, tu Señor, el Dios Santo de Israel,
te he honrado.

Buscad al Señor mientras podáis encontrarlo,
llamadlo mientras esté cerca.
Deje el malvado su camino
y deje el perverso sus ideas;
volveos al Señor, y tendrá compasión de vosotros;
volveos a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.

Noticia: Vacaciones en Paz

Lajut Majlul llegó con solo seis años a Elche en el programa Vacaciones en Paz, en el que familias españolas acogen a niños saharauis para pasar el verano. Cuando pasó la época estival, se quedó un tiempo más por unas pruebas médicas que decía pasar y la escolarizaron en el colegio. “De ahí al instituto y de ahí a la Universidad”, explica ahora.

A sus 28 años, vive desde hace 3 en Antequera, adonde llegó con su marido. Es voluntaria de la fundación Málaga Acoge, en la sede que ésta tiene en El Torcal. Málaga Acoge es una asociación de personas voluntarias, con conciencia solidaria y transformadora que, desde el año 1990 y de forma pionera, trabaja por la integración y promoción de las personas inmigrantes en la provincia de Málaga.

¿Recuerda aquel primer intercambio, hace más de 2 décadas?

Si claro, me acuerdo de todo. Es que hay un contraste grandísimo entre los campamentos del Sáhara y España. Mi primer recuerdo es abrir un grifo y que saliera agua, o darle a un interruptor y que hubiera luz… Era algo tan simple, y allí para nosotros… es que no hay nada de eso: ni luz ni agua. Y en la calle es todo desierto, mientras aquí hay coches, vegetación…

Cuando vino por primera vez, ¿pensaba que se quedaría en España?

En realidad fue todo un poco raro, yo era muy pequeña y desde siempre estaba algo así como partida: tenía mi familia y mi gente allí, pero aquí también tenía otra familia… Era también raro tener tantas cosas aquí y allí no tener nada… Era algo que me hacía tener el corazón partido entre los dos sitios. Decidieron por mí, porque yo era pequeña. Pero yo quise seguir estudiando: cuando vas creciendo te vas dando cuenta de las cosas, y empezó a gustarme esto. También lo vi como una manera de ayudar allí: vi que si estudiaba y trabajaba aquí, podría ayudar en el Sáhara, de ahí que estudiara Trabajo Social. Es algo que va conmigo y me gusta. Me apetece ayudar, y estudiar me servirá para saber cómo se puede dar mejor esa ayuda a la gente, de aquí y de mi país.

¿Ha vuelto al Sáhara?

Sí, claro, cada año. Es algo que tengo que hacer: cada vez que puedo, voy. Tengo allí a mi madre, mis hermanos… Me encuentro con mi familia, mi ambiente: la vida allí es muy dura…

¿Ha visto cambiar mucho los campamentos saharauis en los últimos años?

No, las cosas siguen ahí como hace muchos años. La gente vive en haimas o casas de barro, gracias a una ayuda humanitaria que va cada vez a menos con la situación de crisis que hay en general. Antes iba, además, mucha más gente a ayudar, pero ahora también a los cooperantes les ponen cada vez más trabas: es un problema que no quieren cambiar.

Evangelio: Mt 10, 26-33

No tengáis, pues, miedo a la gente. Porque nada hay secreto que no llegue a descubrirse ni nada oculto que no llegue a conocerse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz del día; lo que os digo en secreto, proclamadlo desde las azoteas de las casas. No tengáis miedo a quienes pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno.

¿No se venden dos pajarillos por una pequeña moneda? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que vuestro Padre lo permita. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de la cabeza los tenéis contados uno por uno. Así que no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos.

Si alguien se declara a favor mío delante de los hombres, también yo me declararé a favor suyo delante de mi Padre que está en el cielo; pero al que me niegue delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

Peticiones.

Acción de Gracias.

Padrenuestro.

Salida.

Dios de la vida, permite que nos acerquemos a ti a medida que maduramos, hasta que llegue el tiempo oportuno y alcancemos la plenitud espiritual. Ayúdanos a encontrar en cada momento de nuestra existencia el lugar y la misión que nos tienes encomendado para que nuestra vida sea, como la de Francisco de Asís, un cántico de alabanza. Unidos a su voz terminamos diciendo: Te adoramos, Señor Jesucristo.