Oración Comunitaria 13/01/2011
Entrada.
En este caer de la tarde donde nos reunimos para compartir las escucha de la Palabra para alimentar nuestro día a día, queremos ver señales esperanzadoras en el nacimiento hace unos días de Jesús; señales que nos lleven a ser felices y hacer felices a los demás, dando gracias al Señor por el don de la vida y animados por el Espíritu Santo a la misión con los pobres, los necesitados, los enfermos, los abandonados.
Así también vemos (y no sólo escuchamos en esta Capilla del Cristo de San Damián) a este Cristo ante el que Francisco fue y restauró su Iglesia.
“Y aunque se ven las señales de la crucifixión con las heridas sangrantes, la sangre redentora se derrama sobre ángeles y santos (María, Centurión: sangre de las manos, sobre otros santos (sangre en los pies) y sobre san Juan (sangre del costado derecho). Nótese, en efecto, que la sangre sale del costado derecho del Señor, según una antigua tradición presente ya en un evangeliario siríaco del siglo VI”
Y con Francisco comenzamos diciendo “Oh alto y Glorioso Dios”…
Primera Lectura: Sal. 148.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dió consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado
que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
Noticia: Los Derechos de la infancia española.
El pasado mes de diciembre se cumplieron 20 años de la ratificación por parte de España de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). La ratificación tuvo lugar el 6 de diciembre de 1990. En aquella fecha, la CDN se convirtió en una norma vinculante en nuestro país por la que España se comprometía a “asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar”.
Así según el informe realizado por UNICEF, en los 20 años que han transcurrido desde que la Convención entró en vigor en nuestro país, se han producido cambios importantes para la infancia, sin embargo, para garantizar plenamente los derechos de la infancia, España aún tiene que afrontar importantes desafíos.
En el ámbito educativo, España presenta unos indicadores muy preocupantes en aspectos clave como el rendimiento y el fracaso escolar. También es necesario avanzar en la participación de niños y adolescentes en los centros escolares.
En el ámbito sanitario preocupa la salud de los adolescentes (en lo que respecta a la obesidad y el abuso de sustancias nocivas), la salud mental infantil (en los últimos años ha aumentado la prescripción de medicamentos a niños con déficit de atención e hiperactividad) y las necesidades de los niños con algún tipo de discapacidad.
El informe de UNICEF hace también referencia a las denuncias que se han producido por la situación de los niños y niñas con problemas de conducta en centros de menores.
Mención especial merecen los menores extranjeros no acompañados que llegan a nuestro país. Preocupan la falta de garantías en los procesos de repatriación, la falta de unas condiciones adecuadas en algunos centros de acogida de emergencia de Canarias y Ceuta y los retrasos en proporcionar a estos menores el permiso de residencia al que tienen derecho.
UNICEF, que conoce de primera mano el dramatismo de la pobreza en los países del Sur, hace una aproximación en su informe a lo que significa ser pobre en un país desarrollado.
Ser un niño pobre en España no significa necesariamente pasar hambre, pero sí tener más posibilidades de estar malnutrido; no significa no acceder a la educación pero sí tener dificultades para afrontar los gastos derivados de ella, tener más posibilidades de abandonar los estudios y no llegar a cursar estudios medios o superiores. Ser pobre no significa no tener un techo donde guarecerse pero sí habitar una vivienda hacinada en la que no existe un espacio para el estudio o la intimidad, o en la que el frío y las humedades pueden deteriorar la salud. Ser un niño pobre en España no significa no poder acudir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos y acceder a prestaciones no contempladas en la sanidad pública.
En España, casi dos millones de niños viven en hogares en riesgo de pobreza. Los factores que tienen un mayor peso son la composición del hogar (hogares monoparentales o con más de 3 hijos) y la situación laboral de los padres
Otros factores que también hacen especialmente vulnerables a los niños y niñas ante la pobreza son pertenecer a determinadas minorías, la escasa atención a la educación infantil entre cero y tres años (la demanda supera ampliamente la oferta) y el ser inmigrantes o hijos de inmigrantes.
Para luchar de manera efectiva contra la pobreza infantil, tan importantes son los recursos económicos como el diseño y planificación de las políticas sociales. Una de las principales causas del elevado índice de pobreza infantil en España es la escasez de políticas públicas y de medidas concretas para combatirla. El nivel de gasto público destinado a familia e infancia es uno de los más bajos de los países ricos. Una baja inversión que además consigue un escaso resultado en la reducción de la pobreza. De ahí la importancia del diseño y la planificación de las políticas sociales.
Evangelio: Lc. 4, 16-21
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.”
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acabáis de oír".
Peticiones / Acciones de gracias.
Padrenuestro.
Salida.
El Espíritu del Señor está sobre nosotros y nos envía ahora a la misión, a llevar la Buena noticia a los pobres, a ayudar a quien lo necesite, a acompañar a los enfermos, a los niños, a los ancianos, a dar alegría a quien no ríe y calor al que se encuentra en soledad.
Con Francisco terminamos diciendo: “Te adoramos…”