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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 22/04/2010


Escuela de oración.

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

La vocación al sacerdocio y a la vida consagrada, don total de sí mismo a Dios, vivida desde la amistad con Cristo, es un regalo de nuestro Dios Comunión que nos invita a ser comunión para los demás. Comunión que tiene en la Trinidad la fuente y modelo de la fraternidad y unidad entre todos los hombres.

El sacerdocio y la vida consagrada, testimono amoroso de entrega y libertad, están llamados a ser «hoy más que nunca» testimonio de comunión. Una comunión que nace inspirada por la fe y bajo la acción del Espíritu y que se expresa en la común escucha de la Palabra, en la oración comunitaria constante, en la celebración festiva de los sacramentos, en el común compartir el pan. Esta comunión es el mejor anuncio de la Presencia del Reino en nuestro mundo. La fecundidad de nuestra misión, de la propuesta vocacional, además de ser principalmente acción gratuita y amorosa de Dios, se alimenta del testimonio personal y comunitario de hombres y mujeres recreadores y generadores de comunión. Se lo pedimos al Señor en este rato de oración.

Con Francisco comenzamos diciendo…Oh Alto…


Primera Lectura:
Salmo 30, 1-10.

1. Salmo. Cántico para la dedicación de la Casa. De David.
2. Yo te ensalzo, Yahveh, porque me has levantado; no dejaste reírse de mí a mis enemigos.
3. Yahveh, Dios mío, clamé a ti y me sanaste.
4. Tú has sacado, Yahveh, mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa.
5. Salmodiad a Yahveh los que le amáis, alabad su memoria sagrada.
6. De un instante es su cólera, de toda una vida su favor; por la tarde visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo.
7. Y yo en mi paz decía: «Jamás vacilaré.»
8. Yahveh, tu favor me afianzaba sobre fuertes montañas; mas retiras tu rostro y ya estoy conturbado.
9. A ti clamo, Yahveh, a mi Dios piedad imploro:
10. ¿Qué ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa? ¿Puede alabarte el polvo, anunciar tu verdad?

Noticia:
Semana de la Paz 2008: “Cuida de la Tierra, cambia tu vida” .

"Las personas o la Tierra: ¿hay que elegir?", es el lema del IX Foro de Manos Unidas, que se celebrará los días 23 y 24 de abril. El tema está en consonancia con el lema de la Campaña contra el Hambre de esta ONG católica, "Contra el Hambre, defiende la Tierra". Este año, los trabajos están centrados en la erradicación de la pobreza y el hambre como elemento esencial de su identidad, inspirada en los valores del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.

"Alternativas desde la esperanza", "Del cambio climático nos importa lo que cambias tú", "Mundo rural y soberanía alimentaria", "Pobrezas urbanas", "La fuerza de la cooperación en alianzas Norte-Sur" o "Economía, ecología y ética" serán algunos de los temas a abordar por el simposio.

Este Foro de Manos Unidas proporciona un espacio para que, en el Norte, se conozcan las realidades del Sur, y se tengan en cuenta sus necesidades y sus esperanzas; alienta a toda la sociedad española a aumentar los esfuerzos en la cooperación al desarrollo y la lucha contra la pobreza y el hambre.


Evangelio:
Jn 6, 35-40.

"Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes Palabras de vida eterna"

En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día».


Peticiones / Acciones de gracias.

Padrenuestro.


Carta Pascual de Seve:


an Pablo nos exhorta a vivir la unidad para andar conforme a nuestra vocación (Cfr. Ef. 4,1-16). No se trata de uniformidad, sino de unión. El Espíritu del Señor resucitado nos invita a seguir la vocación a la que hemos sido llamados. Se trata de vivir desde las bases de la humildad, mansedumbre, paciencia, perdón y tolerancia recíproca para conservar la unidad del Espíritu, capaz de mantener a los bautizados hermanados en la pluralidad, en la diversidad de carismas. Todos tenemos la tarea común de edificar el Cuerpo de Cristo, plenificado en la resurrección.

El Señor resucitado nos invita a vivir en la Iglesia como germen, que se está desarrollando; es un organismo vivo, Cristo, como cabeza; es siempre la fuente de todo crecimiento. Desde la vida recibida de Cristo, estamos llamados a aportar vitalidad a la única Iglesia de Cristo. Todos llamados a vivir la alegría y el regocijo en el Dios de la paz, como fuente de coraje, audacia, fantasía, creatividad, fortaleza y esperanza. Y, junto a esto, la humildad y mansedumbre “conforme a la vocación” a la que hemos sido llamados”.

¡Cristo ha resucitado!
¡Aleluya es nuestra canción!

Con Francisco acabamos cantando…