Oración Comunitaria 07/01/2010
Escuela de oración: La familia, constructora de paz.
El año 94, coincidiendo con el año Internacional de la Familia, se celebró la semana de Franciscanos por la Paz bajo el lema “Familia y Paz. El mundo anhela la paz, tiene urgente necesidad de paz. Y, sin embargo, guerras, conflictos, creciente violencia, situaciones de inestabilidad social y de pobreza endémica continúan cosechando víctimas inocentes y generando divisiones entre los individuos y los pueblos. ¡La paz parece, a veces, una meta verdaderamente inalcanzable! En un clima hostil por la indiferencia y envenenado frecuentemente por el odio ¿cómo esperar que venga una era de paz que sólo los sentimientos de solidaridad y amor pueden hacer posible?
Dios quiere que la humanidad viva en armonía y paz, cuyo fundamento está en la naturaleza misma del ser humano, creado a su imagen. Esta imagen divina se realiza no solamente en el individuo sino también en aquella singular comunión de personas que es la familia. La familia sigue siendo el verdadero fundamento de la sociedad y tiene encomendada una función insustituible como constructora de paz pues, como comunidad de vida y amor, es el vehículo privilegiado para la transmisión de aquellos valores religiosos y culturales que ayudan a la persona a adquirir la propia identidad. Fundada en el amor y abierta al don de la vida, la familia lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz. Ante la familia de Belén, dispuestos a acoger al Mesías en nuestras vidas y dispuestos a alimentarnos de su Palabra comenzamos la oración diciendo con Francisco: Oh Alto,…
Primera Lectura: Salmo 149
1¡Aleluya! Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; 2que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. 3Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; 4porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. 5Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: 6con vítores a Dios en la boca.
Noticia: La pobreza y fin de año.
Cenar y pernoctar en Fin de Año en los hoteles más glamurosos, espectaculares y lujosos de Madrid sí tiene precio. En el caso del Hotel Ritz y su «Suite Real», la más lujosa del complejo: nada menos que 4.500 euros la noche, el precio más alto de la región, que se mantuvo con respecto a 2008. La crisis no ha impedido que esta grandiosa habitación estuviera reservada el pasado 31. No sólo eso, sino que, para que el lujo fuera total, a esta tarifa se le añadieron 685 euros por persona, de la cena de gala. Y como la compañía fue múltiple, hubo que añadir varias cifras más. En total, la pasada Nochevieja, una familia española de seis miembros desembolsó 10.535 euros en despedir el año por todo lo alto. Según cuentan en el hotel, quedaron «completamente satisfechos».
Por 2.000 euros, un 80% menos que la familia del Hotel Ritz, también los hubo que decidieron tocar techo en el hotel más alto de la región, el Eurostars Madrid Tower, que celebró sus primeras Navidades en la capital.
Por motivos de trabajo, el extremeño Luis Gómez pasa varias noches cada diez días en este hotel de 140 metros de altura. Sus vistas y las comodidades que le acompañan han enamorado a este pacense. «Siempre que vengo pienso que me gustaría tener a mi familia para que pudiera disfrutar del paisaje». Dicho y hecho: su mujer y sus dos hijos, de 7 y 10 años, vieron aquello de lo que tanto les hablaba. Luis y su familia siempre han pasado la Nochevieja en casa. Éste ha sido el primer año en liarse la manta a la cabeza y apostar por lo más alto. «La Nochevieja es diversión. No estamos para grandes gastos, pero una vez al año sí se puede hacer, y merece la pena.
El cinco estrellas Westin Palace estuvo lleno; eso sí, no ocupó su «Suite Real», que costaba 2.000 euros la noche. Sin embargo, el resto de suites y habitaciones estándar colgaron el cartel de completo, por 570 euros, incluida la cena.
A pocos kilómetros de los hoteles más lujosos de Madrid, la miseria. Justo debajo del «skyline» madrileño, Azca. Miguel Ángel, de 50 años, lleva 25 años en la calle, la mayor parte de ellos los ha pasado en esta zona. No duda en reconocer que las drogas y el alcohol han sido los condicionantes que le han llevado a estar 25 finales de año a la intemperie. Junto a él pasaron página al calendario del 2010 el moldavo Oleh, de 36 años; el polaco Andrés, de más de 50; el etíope Abel, de 25; la rusa Elena, de más de 30, y el español Miguel, quien ronda los 60. Todos viven en los bajos de Azca. Con la crisis, aseguran, «ésta ha sido la Nochevieja que más gente ha habido» bajo la zona de finanzas capitalina. «Y eso que hace frío; verás cuando llegue el verano», opina Miguel Ángel.
La falta de empleo y el coqueteo con las drogas son las causas que les han colocado en este lugar. Les falta trabajo, dinero y hogar, pero no el apoyo emocional. «Somos como una gran familia internacional. Todo es para todos. Al que viene de malas formas le echamos. Si quieren vivir en armonía, nos tienen para lo que quieran», aclara Miguel Ángel.
El joven Abel muestra su ilusión pocas horas antes de que el reloj de la Puerta del Sol dé las campanadas. «Lo tenemos todo preparado», dice con entusiasmo. «Por suerte o por desgracia, en los supermercados tiran mucha comida cuando aún le quedan dos días para caducar, así que tenemos nuestras chuletillas y poco más», informa Miguel Ángel. Una especie de jardinera de piedra les sirve de cocina a los 6 “sintecho” de Azca. Unas latas de cerveza cortadas por la mitad hacen de fogones. Les echamos agua de quemar, encendemos el mechero y ponemos el cazo a calentar
En ese momento llegan Oleh y Miguel. «Venimos de comprar tabaco», anuncian con humor. Acto seguido, dejan caer en una pequeña mesa de camping una decena de cigarros y colillas que apenas les otorgarán tres o cuatro caladas. Andrés posa una botella nueva de vodka. «Pues ya tenemos todo para la noche», expresa Miguel Ángel.
Rodeados de botellas apiladas, excrementos humanos y una temperatura que rozaba los 0 grados, la familia pobre de Azca pasó el 2009. Como ellos, 650 personas más, según el último recuento que hizo el Ayuntamiento de Madrid. Miguel Ángel y sus compañeros sólo piden una cosa para el año nuevo: «Trabajo y que nadie nos venga a molestar».
Evangelio: Jn, 1, 1-4
Queridos hermanos: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
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