Oración Comunitaria 14/05/2009
Escuela de oración: Escuela de OraciónPrimera Lectura: Salmo 95
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Familias de los pueblos,
aclamad al Señor,aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,delante del Señor, que ya llega,ya llega a regir la tierra:regirá el orbe con justiciay los pueblos con fidelidad.
Noticia: Espiritualidad Misionera
El término “espiritualidad” en perspectiva cristiana significa “una vida según el Espíritu” (Rm 8,9). La “espiritualidad misionera” equivale a la vivencia de la misión como fidelidad generosa al mismo Espíritu. No basta con estudiar la naturaleza de la misión y los modos concretos de la acción pastoral. Es necesario estudiar también su estilo de vida, su “espíritu”, es decir, su “espiritualidad” o vida según el Espíritu Santo.“La actividad misionera exige, ante todo, espiritualidad específica que se delinea como plena docilidad al Espíritu” (RM 87) y “comunión íntima con Cristo” (RM 88).
La espiritualidad misionera equivale a las “actitudes interiores” del apóstol (EN 74) que definen su estilo o “espíritu”: fidelidad generosa a la vocación y a la misión del Espíritu (EN 75), para el cumplimiento del mandato misionero de Cristo según los designios salvíficos del Padre. La realidad de la misión no nace propiamente de una reflexión teológica, sino que procede del Padre, por Cristo y en el Espíritu Santo. Esta realidad se capta adecuadamente en el encuentro vivencial y contemplativo con Cristo, según los planes salvíficos de Dios Amor.
Del encuentro con Dios en Cristo, se pasa a comprender y vivir la misión sin fronteras en la comunión de Iglesias. El resultado más importante de una vida espiritual misionera vivida en relación personal con Cristo es la alegría de sentirse llamado y amado por Cristo, capacitado para amarle, hacerle conocer y hacerle amar. “La característica de toda vida misionera auténtica es la alegría interior, que viene de la fe. En un mundo angustiado y oprimido por tantos problemas, que tiende al pesimismo, el anunciador de la ‘Buena Nueva’ ha de ser un hombre que ha encontrado en Cristo la verdadera esperanza” (RM 91).
Algunos de los rasgos que configuran y dan rostro a la espiritualidad misionera.
1. Espiritualidad del Reino. El misionero es la persona enamorada del Reino, como Cristo, que vino a anunciarlo y a llevarlo a su plenitud. Una llamada aser misionero es, ante todo, una invitación a enamorarse de lo esencial: el Reino.
2. Espiritualidad de enviados.. “Como el Padre me envió, así yo os envío” (Jn 20,21). Su mandato genera en el misionero un movimiento de amor, más allá de toda frontera, para efectuar una transmisión. Amar misioneramente, como enviados, es transmitir lo que se ha recibido y continuar sin cesar la transmisión. El enviado es la garantía de que este movimiento prosigue. Esta misión exige que el misionero se considere como enviado a partir de Cristo y como enviado de Cristo.
3. Espiritualidad de frontera. En los evangelios nos encontramos a Jesús que se mueve más allá de las fronteras de su tierra y de la institución judía. El movimiento que Jesús inaugura a partir de su resurrección supera toda frontera. Necesitamos profundizar en la realidad de la frontera, considerada como lugar, situación y, sobre todo, como opción.
4. Espiritualidad pascual. Pascua quiere decir muerte y resurrección. Asumir la dimensión de la cruz quiere decir vivir la espiritualidad de renuncia, de olvido de sí, de sacrificio. Pascua es también resurrección. La espiritualidad misionera es propia de los enamorados de la vida. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). El misionero es un proyecto vivo a favor de la vida en todas sus expresiones. Es el testigo de la resurrección, de la vida nueva que quiere hacerse presente en las comunidades pascuales reunidas en torno a la Eucaristía y lanzadas, desde la misma, a la misión.
Evangelio: EVANGELIO Mt 9, 36 – 10, 8
Viendo a la gente, sentía compasión, porque estaban angustiados y desvalidos comoovejas que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos: «Ciertamente la mies esmucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedid al Dueño de la mies que mandeobreros a recogerla».
Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritusimpuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado tambiénPedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe yBartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago, hijo deAlfeo, y Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús.
Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No os dirijáis a lasregiones de los paganos ni entréis en los pueblos de Samaria; id más bien a las ovejasperdidas del pueblo de Israel. Id y anunciad que el reino de los cielos está cerca. Sanada los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su enfermedad a los leprosos yexpulsad a los demonios. Gratis habéis recibido este poder: dadlo gratis».