Oración Comunitaria 23/04/2009
Escuela de oración: EL ESPÍRITU NOS ENSEÑA A ORAREl Espíritu nos enseña a orar. Pone en nuestras manos y bocas la Palabrade Dios. Dios es Amor, y el amor es comunicación, diálogo, palabra cercana y entrañable que nos ha dicho en Jesús. Sabemos que Dios nos habla en la Escrituray en la liturgia, en el periódico y en el hermano, en el tráfico de la ciudad y en el secreto del propio corazón. Por eso tenemos que colaborar con el Espíritu aprendiendo, con nuestro esfuerzo, su lenguaje. Cuando oramos lo hacemos como iglesia. El mismo don que nos hace hijos nos hace también hermanos en camino hacia el hogar de la Trinidad
Primera Lectura: SALMO 92. (Gloria del Dios creador
El Señor reina, vestido de majestad,el Señor, vestido y ceñido de poder:así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre,y tú eres eterno. Levantan los ríos, Señor,levantan los ríos su voz,levantan los ríos su fragor; pero más que la voz de aguas caudalosas,más potente que el oleaje del mar,más potente en el cielo es el Señor. Tus mandatos son fieles y seguros;la santidad es el adorno de tu casa,Señor, por días sin término.
Noticia: Juan Carlos Carrión, Párroco de la iglesia Jesús Obrero de Almanjáyar
Juan Carlos Carrión, Párroco de la Iglesia Jesús Obrero de Almanjáyar nacido en la calle Elvira hace 45 años, no exagera cuando dice que el ´GPS´ de su vida lo dirige Dios. Hasta su teléfono móvil le da la razón cada vez que suena música religiosa como politono.Juan Carlos es una persona "inquieta y respetuosa", serena, de corazón bueno tirando a milagroso, a la que le apasionan los seres humanos y la lectura de periódicos, que igual se toma una caña con sus feligreses que crea una página web o se planta en el despacho del arzobispo para decirle todo aquello que le revuelve las tripas dentro y fuera de Almanjáyar.Una cruz de madera asoma por el cuello del jersey. Se balancea de forma pausada, discreta, como si buscase a Dios por la habitación. El susurro de su voz, la paz, la convicción de este cura son como dardos exentos de veneno, pero directos e infalibles para la diana de la fe. Se siente un hombre que desmienta que estar con los que nadie quiere estar sea algo excepcional, que no tenga mérito abandonar un cómodo servicio en la alpujarra granadina para mudarse a Almanjáyar.Él lo hizo y allí permanece, dispuesto a que Dios siga "apretándome las tuercas", seguro de que la vocación que le llamó a los 19 años no es más que un "regalo" para ayudar a quienes más lo necesitan, bien sea en el corazón de un barrio marginal o en las entrañas de la América Latina a la que no renuncia ir como misionero aunque sea con noventa años. “Dios sufre con nosotros y está deseoso de que haya mujeres y hombres que se dejen tocar por él para dar un bálsamo de ternura a este mundo. Él nos ha dado la oportunidad de que traduzcamos su sufrimiento por la humanidad, no en grandes cosas, sino en gestos de compasión hacia las personas con las que estamos día a día.En mi barrio (Almanjáyar) hay gestos de ternura y compresión que jamás aparecen en los medios de comunicación. Ojalá nunca me canse de experimentar este regalo y ojalá la propia gente de mi barrio pudiera reconocer ese don que tienen” comenta Juan Carlos.Respecto a una de las mayores lacras de la sociedad, “el problema no está en las drogas. Desde mis cortas luces observo que el problema radica en el tipo de sociedad que estamos fraguando, que obliga a recurrir a estas cosas para intentar ser feliz u obliga a muchas familias a vivir de la venta de droga porque no tienen otro recurso económico. A mí me gusta ir a la raíz de los problemas y el consumo o la venta de estupefacientes sólo es la punta del iceberg.Quizás el problema de esta sociedad es que hemos puesto un silenciador al problema del hambre, y Jesús dijo <>”Ante la situación de crisis actual comenta que “La crisis con fe es revolucionaria. Por eso, debemos aprovechar esta oportunidad para quedarnos con lo que realmente importa. A veces, nos rodeamos de demasiadas cosas para no tener el tú a tú con la persona. Así es que bendita sea esta crisis si nos quita todas las tonterías de en medio”. Preguntado por si se han quebrantado los cimientos de su fe alguna vez, Juan Carlos responde que “No, más bien al contrario. Los momentos difíciles me han ayudado a crecer como persona y a desmontar falsas imágenes o conceptos erróneos que muchas veces nos elaboramos en la cabeza”Le llaman el cura obrero, aunque “no me gusta que me llamen así, ni tampoco padre o don. Sólo quiero que me llamen Juan Carlos. Porque no me agradan las etiquetas que puedan distanciarnos de la gente. En este sentido, me gusta predicar a Dios con la vida. Cuantas menos barreras creemos pues mejor nos comprenderemos y querremos.Sufro con las cosas que pasan en la Iglesia pero cuando veo que algo no puedo solucionarlo pues me dedico a lo que sí está en mi mano hacer”.Por último señala que “tenemos que tener un poco más abiertos los ojos a la realidad que nos rodea, acercarnos a la persona y escucharla, aunque luego no podamos solucionar el problema.El dinero no soluciona la pobreza sino el tener un estilo de vida diferente y la Iglesia quizás sí debería tener ese estilo de vida diferente.
Evangelio: Juan 3, 16-21
Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio:la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran alas.Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.