Oración por la unidad de los cristianos 2009 (22 Enero)
Oración por la unidad de los cristianos 2009Estarán unidas en tu mano
(Ez 37, 17)
Monición de entrada
Queridos hermanos: sed bienvenidos a este encuentro familiar dentro de la semana de oración por la Unidad de los Cristianos. Este año lo hacemos bajo el lema "Estarán unidos en tu mano" (Ez 37, 17). Con él, el profeta Ezequiel nos anuncia el deseo ardiente de unidad que Dios quiere para las tribus divididas de Israel.
El mundo de hoy nos presenta muchos retos en los que Dios quiere que estemos unidos y sobre los que estamos reflexionando y orando esta semana: las viejas y nuevas divisiones entre cristianos, la guerra y la violencia, la injusticia económica y la pobreza, la crisis ecológica, las discriminaciones y prejuicios sociales, la enfermedad y el sufrimiento, el pluralismo religioso, el mundo dividido. Hoy nos centramos en las discriminaciones y prejuicios sociales. Ante estas situaciones, debemos recordar que todos somos hijos del mismo Padre y, por tanto hermanos.
La unidad recuperada de la familia humana es la misión común de todos los cristianos: juntos, se debe trabajar contra toda discriminación. Es también su esperanza compartida: pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, y no hay más judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. (Gal 3, 26-29)
CANTO:
Señor, enséñanos a orar,
quita de mi mente los esquemas del mundo.
Haz que me encuentre contigo y sea lo que quieres de mí
Quiero encontrarme contigo y ser lo que quieres de mí
Primera lectura Ez 37, 15-23 (BTI)
El Señor me dirigió la palabra:
En cuanto a ti, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: «Judá y los israelitas asociados a él». Toma otra vara y escribe en ella: «José, vara de Efraín, y todos los israelitas asociados a él». Júntalas después de modo que, cuando las agarres, parezcan una sola vara. Y, cuando tus compatriotas te digan: «¿No nos vas a decir qué es eso que tienes ahí?», les responderás: «Esto dice el Señor Dios: Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel asociadas a él, y pondré encima de ellas la vara de Judá: así los convertiré en una sola vara; serán una sola cosa en mi mano». Sujetarás con la mano las varas en las que has escrito, de modo que las vean, y les dirás: Esto dice el Señor Dios: Voy a recoger a los israelitas de entre las naciones por las que han vagado, los reuniré de los países limítrofes y los traeré a su tierra. Los convertiré en una nación en el país, en los montes de Israel, y seré para todos un rey único; no volverán a ser dos naciones ni se escindirán de nuevo en dos reinos. No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus imágenes y sus crímenes; los pondré a salvo de las infidelidades que cometieron y los purificaré. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Silencio
CANTO:
Padre, únenos, Padre, únenos
que el mundo crea que enviaste al Hijo
Padre, únenos
NOTICIA: Una Biblia para todos
LAURA DANIELE | MADRID
Han hecho falta más de treinta años de cuidadoso trabajo y una estrecha y amistosa colaboración entre católicos y protestantes para que la primera traducción al castellano de la Biblia interconfesional pudiera al fin ver la luz. Todo un testimonio de ecumenismo y de que sólo la confianza y el reconocimiento mutuo pueden llevar a la unidad de los cristianos. Así reza la introducción de esta Biblia tan especial, capaz de aunar, desde el año 1973, el esfuerzo de una veintena de biblistas de diversas confesiones cristianas con el objetivo de acercar la Palabra de Dios a todos los creyentes y a la sociedad en general.
En concreto, catorce traductores, nueve revisores y ocho colaboradores en la misma proporción entre católicos y protestantes han llevado a buen puerto la traducción de los textos bíblicos originales en hebreo, arameo y griego. «Ha sido una experiencia enormemente enriquecedora en el plano ecuménico. Las dificultades de entendimiento han sido mínimas, por no decir inexistentes», señala el sacerdote Miguel Salvador, coordinador del equipo de traducción por parte católica. Y es que este minucioso trabajo «pone de manifiesto que los problemas para alcanzar la deseada unidad entre las distintas confesiones cristianas no radican en el texto bíblico como tal, que es igual para todos, sino en su interpretación».
El trabajo de traducción propiamente dicho estuvo a cargo, por parte de la Iglesia católica, de un grupo de especialistas de La Casa de la Biblia, mientras que la parte protestante ha estado representada por la Sociedad Bíblica de España (SBE). Ambas instituciones tienen como misión principal difundir la Palabra de Dios cada una en su ámbito de actuación.
Para el director general de la Sociedad Bíblica, José Luis Andavert, «la Biblia hay que darla a conocer a todo el mundo y que sea la gente la que se haga su propio juicio a través del texto».
En este sentido, la BTI, según las siglas que denominan a la Biblia Interconfesional, «no ofrece interpretaciones doctrinales de ningún tipo, dejando las mismas al libre examen del lector y de las distintas iglesias y confesiones». «Al ser una traducción plenamente fiel», recuerda Miguel Salvador, «puede ser utilizada sin ningún tipo de recelo o desconfianza por todos los cristianos de las distintas confesiones».
Para Ricardo Moraleja, coordinador del equipo de traducción por la parte protestante, «no existe traducción ideal, sino la mejor posible» y añade que, para hacer una buena traducción, fiel al sentido del texto, es importante tener un gran conocimiento de la lengua original, y de la lengua receptora...»
Este empeño por el diálogo ecuménico y por acercar todo lo posible la Biblia a la sociedad, surgió en el año 1973 desde las iniciativas de la Conferencia Episcopal Española y las Sociedades Bíblicas Unidas, pero han tenido que pasar treinta años para que este proyecto pudiera al fin ser terminado.
CANTO:
Todos vamos en el mismo barco
todos somos del mismo barro.(bis)
Lo gozoso y lo triste del mundo, llega a todos más tarde o temprano
Haz que todos nos sintamos uno
que sintamos que somos hermanos
EVANGELIO Lc 18, 9-14 (BTI)
A unos que alardeaban de su propia rectitud y despreciaban a los todos los demás, Jesús les contó esta parábola:
En cierta ocasión, dos hombres fueron al Templo a orar. Uno de ellos era un fariseo, y el otro un publicano. El fariseo, plantado en primera fila, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh, Dios!, Te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, y pago al Templo la décima parte de todas mis ganancias. En cambio, el publicano, que se mantenía a distancia, ni siquiera se atrevía a levantar la vista del suelo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ¡Oh, Dios! ten compasión de mí, que soy pecador. Os digo que este publicano volvió a casa con sus pecados perdonados; el fariseo, en cambio, no. Porque Dios humillará a quien se ensalce a sí mismo; pero ensalzará a quien se humille a sí mismo.
Homilía (Israel y Eva)
Silencio
CANTO:
Hazme, Señor, pequeño y hermano, de todos el último
Ante tu grandeza he de ser pequeño
Oración de los fieles: presentamos al Señor nuestra acción de gracias y nuestras peticiones (espontáneas)
Padre Nuestro
Signo de Paz:
C: Pidiendo a Dios el perdón de nuestros pecados como nosotros mismos nos perdonamos unos a otros, intercambiamos ahora un signo de paz y sellamos nuestra unidad en la oración, la fe, el amor y la esperanza de la plena comunión. Recitamos la oración de San Francisco por la Paz:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga unión,
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas ponga luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, maestro, que no me empeñe tanto:
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando, se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la Vida eterna
Oración final (Todos juntos)
Señor, haznos discernir las discriminaciones y las exclusiones que marcan nuestras sociedades. Dirige nuestra mirada y ayúdanos a reconocer los prejuicios que habitan en nosotros. Que aprendamos a desterrar todo desprecio y a gustar la alegría de vivir juntos en la unidad. Amén.
Bendición de San Francisco (Onofre)
Canto:
Jubilate, Deo, omnis terra
servite Domino in laetitia
Aleluya, Aleluya in laetitia
Aleluya, Aleluya in laetitia: