Oración Comunitaria 13/12/2007
ORACIÓN 13 DICIEMBREEscuela de oración:
Adviento es tiempo para levantar la mirada y orientar los ojos hacia el Dios que viene y nos busca. El reino de Dios está cerca, la sociedad nueva basada en la paz, en la justicia, en el respeto y aprecio a todas las culturas, está cerca. Por muy lejos que esté lo nuevo de nuestras expectativas, siempre está cerca porque el reino es de Dios y El nunca se aleja de la humanidad. Levantamos la mirada para creer que lo imposible para nosotros sigue siendo posible para Dios. Dios es el sembrador de promesas sorprendentes en el corazón. ¿Por qué el mundo tiene que ser como lo vemos? ¿Por qué en el norte tienen que estar las mesas repletas y vacías en el sur? ¿Por qué tienen que ocasionar tantos estragos las diferencias? ¿No pueden ser las cosas de otra manera? Dios a todo le da un vuelco. Nos invita a soñar a realizar los sueños imposibles. Viene Dios. Viene un Dios empobrecido, abajado, pequeño, como señal. Viene al encuentro de una muchedumbre de empobrecidos, viene al encuentro de una humanidad herida por las guerras, por el hambre, por la enfermedad. El Adviento es un tiempo para la espera confiada, para recuperar la esperanza
Salmo:
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados.
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia,
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
(del salmo 85)
Noticia:
TEMOR DE UNA SUPERIORA FRANCISCANA CAPUCHINA POR LA SITUACIÓN EN VENEZUELA.
RÍO TERCERO (ARGENTINA), jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org-AICA).- «La situación del país se está complicando cada vez más. Estoy no sólo preocupada, les confieso que tengo miedo. (Aunque me resuena constantemente el ‘Yo estoy con ustedes’ y quiero serle fiel)». Así describió la hermana Arelys Martínez, superiora provincial de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, la situación institucional en Venezuela, donde la sede de la curia de esa congregación fue víctima de «atropellos». La religiosa contó que durante una marcha de estudiantes que se oponen a la reforma constitucional de Hugo Chávez, detrás de la casa provincial, un «grupo de policías violentos, afectos al presidente, atropellaron personas, atracaron todo lo que podían y llegaron hasta nuestra casa, lanzaron dentro, en el pasillo que queda en la entrada, por la puerta de hierro, un cohetón de pólvora con clavos, vidrios».
«La explosión rompió los vidrios, se llenó la casa de olor a pólvora, nos insultaron todo lo que les dio la gana, fue horrible, vi odio en esas personas», reconoció la hermana Arelys. La religiosa relató que «desde los edificios la gente les gritaba que no nos hicieran daño, y le respondieron con improperios, les lanzaron piedras, palos, cavillas, de todo lo que cargaban», y consideró que es «de verdad impresionante ver cómo ellos responden a lo que el mismo Chávez les dice que hagan». «Llamamos a la policía, vinieron y nos dijeron que esa era gente mandada por el gobierno y que ellos nada podían hacer. También comunicamos al cardenal, él me dijo que habían ido a la casa de la Conferencia hoy y habían prendido un muñeco que lo representaba a él. También que en la madrugada habían entrado a una Iglesia en Antímano y la profanaron. Vamos por la calle y nos persiguen, nos insultan, nos hostigan. Este es un ambiente muy tenso, doloroso, de tensión», prosiguió con su relato.
Por último, la hermana Arelys reclamó: «Ayúdennos con la oración, para que seamos testigos de los valores del Reino». La nota de la religiosa fue difundida por la hermana Marcela Melgarejo Ibarra, residente en una casa de Río Tercero, Córdoba, con el objetivo de que «nuestra oración alcance del Señor para nuestros hermanos y hermanas venezolanos el inapreciable don de la paz y para que América toda tome conciencia de esta dura realidad que sacude a nuestro país hermano».
Evangelio:Mt 6, 19-23
No acumuléis riquezas en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Acumulad más bien vuestras riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye, ni las cosas se echan a perder, ni los ladrones entran a robar. Porque donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
Oración final
Nos regalas, Señor, tu mirada.
Y contigo miramos la vida.
Miramos la geografía del mundo.
Miramos los rostros.
Miramos a los que sufren.
Miramos a los que se han quedado en las orillas.
Miramos el corazón de todo para ver en todo tu amor.
Miramos las ramas verdes que brotan en el desierto.
Miramos los milagros pequeños de cada día.
Te miramos a Ti, que vienes al encuentro.
Miramos y miramos. ¡Y tanto mirar no nos fatiga!
Te adoramos…