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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 1/02/2007

ESCUELA DE ORACION:

No hay más que una voz que se alza en la faz de la tierra: la de Cristo. Esta reúne y coordina en si misma todas las voces que se alzan en una oración. Oramos en nombre de quienes no oran. La oración debería llegar a ser como una "profesión".
Dios no permite el fracaso pero no quiere el desanimo, quiere que seamos cada vez mas como niños, mas humildes, mas agradecidos en nuestra oración, y que no tratemos de orar solos. Dios nos ha hecho con un designio superior, el de amar y ser amados. Lo que importa es que amemos. No podemos amar sin orar; en consecuencia, cualquiera que sea nuestra religión, debemos orar.


SALMO:

Salmo 138; 1 - 5, 7 - 8

De David. Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti, hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre. El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma. Te dan gracias, Yahvé, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca; y cantan los caminos de Yahvé: «¡Qué grande la gloria de Yahvé! Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva: Yahvé lo acabará todo por mí. ¡Oh Yahvé, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos!


NOTICIA:

Fallece el Abbé Pierre

El Abate Pierre, fundador de la asociación de caridad Traperos de Emaús y reconocido trabajador en favor de los derechos de las personas sin hogar, una de las personas más conocidas y queridas de Francia, murió el pasado 22 de enero a la edad de 94 años en el hospital parisino de Val-de-Grace, donde permanecía hospitalizado desde el pasado 14 de enero por una infección pulmonar.
Nació en 1912 en Lyon, hijo de un mercader de seda, y empezó a trabajar por las personas sin hogar en 1949 después de haber colaborado con la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
El abad Pierre fundó la primera comunidad de Emaüs en 1949, comunidades que ayudan a la inserción de los más desfavorecidos en más de 40 países. Desde entonces, ha sido un infatigable luchador por los más desfavorecidos, especialmente la gente sin hogar y sin derechos.
El propio presidente de la República, Jacques Chirac, ha lamentado su muerte y elogiado su figura. Al igual que el presidente, “toda Francia está dolida. El abate Pierre, el sacerdote católico que abandonó la riqueza para dedicarse al cuidado de los 'sin techo' y se convirtió en una de las personas más reverenciadas en Francia. El ex presidente francés Valery Giscard d'Estaing ha pedido que para el abad Pierre se celebren funerales nacionales.
Una bronquitis ha acabado con la intensa vida de este singular e infatigable sacerdote, calificado por la Conferencia Episcopal francesa como el 'peregrino de los más necesitados' y un 'combatiente por la dignidad' humana.
Su actividad desinteresada por los pobres le convirtió en un mito, en el personaje favorito de los franceses durante años. Su sempiterna indumentaria negra, boina incluida, contribuyó a su transformación en icono nacional.
Su lema 'dar de comer antes de evangelizar' le convirtió en la persona más respetada por los franceses.


LECTURA DEL EVANGELIO:

Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

Lc 5, 1-11