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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 4/01/2007

ESCUELA DE ORACION:
Navidad, una mala nueva para los opresores del mundo.
Nació Jesús de la gracia de Dios y de la gracia de María su madre, para que todos los hombres y mujeres de este mundo puedan nacen en un mundo de paz, abiertos al amor y al despliegue generoso de la Vida. Sólo si aprendemos a nacer de un modo distinto, no para la seguridad y consumo del sistema homicida (Herodes), seremos capaces de sobrevivir, pues de lo contrario moriremos todos en los campos de concentración de los nuevos sistemas, que sólo nos dejan nacer como esclavos al servicio de su consumo. Como suele suceder con frecuencia, los opresores de este mundo quieren adueñarse de la Navidad, convirtiéndola en un momento más de su gran feria de opresiones, al servicio de su consumo. Pero el Dios que nace en Jesús y en cada niño abierto al amor es más fuerte. (X. Pikaza).

SALMO:

Salmo 100


Voy a cantar al amor y a la justicia,
Voy a tocar, Señor, en honor tuyo;
Seguiré los caminos de la justicia;
¿cuándo vendrás a mí?

En mi casa me sabré conducir
Con un corazón recto;
Jamás he de proponerme ninguna cosa injusta.

Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.

Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.

Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ese me servirá.

No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.

Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.



NOTICIA:

Navidad y Adam Smith

(David Mathieson. Profesor de Economía de la Fundación FRIDE).

Navidad. Es la época en que, como mucha gente, marcho a mi tierra natal para pasar las fiestas con mis familiares. Habrá muchos de los elementos de una navidad tradicional: villancicos, hogares con leña, un buen whisky.. Pero habrá también algunos cambios: conforme vayan pasando los años habrá menos nieve. Es quizá un mensaje del espíritu de la Navidad como en la novela clásica de Dickens ‘Cuento de Navidad’. Esto es tan solo la antesala de lo que nos depara el futuro si, como nos advertía Mr. Scrooge, no cambiamos.
De igual manera ha habido cambios en lo que traemos a nuestra mesa, desde los productos que consumimos hasta los que regalamos. Cada vez mas gente busca la etiqueta de Comercio Justo en la comida, la bebida y la ropa que compra, hecho que se hace mas patente durante las navidades. Las tiendas y las cadenas de grandes almacenes han respondido a esta demanda incrementando la oferta de productos de Comercio Justo.

Hace unos meses, por ejemplo, el Consejero Delegado de Tesco, una de las cadenas de supermercados mas importantes del mundo, señaló que “la batalla por ganar clientes en el futuro no dependerá simplemente de ofrecer una amplia selección de productos a buen precio, sino en aferrarse a la máxima de ser justo y honesto en todo lo que hacemos”. Otra gran cadena de supermercados acaba de anunciar que, a partir de ahora, todos los plátanos vendidos en sus tiendas –alrededor de un millon cada semana- serán de Comercio Justo.
Comercio Justo significa que los productores tienen un salario garantizado que les puede ayudar a salir de la pobreza. Las ventajas, para muchas comunidades en algunos países en vías de desarrollo, han sido importantes. En las últimas décadas, los precios de ciertas materias primas han bajado notablemente, situación que ha acarreado problemas considerables para los países cuyas economías se basan en la producción agrícola. Los consumidores en países desarrollados han sacado provecho de unos precios cada vez mas bajos, mientras que los productores han visto sus ingresos caer en picado. El Comercio Justo, sin embargo, les ofrece una salida. Los consumidores pagan precios marginalmente mas altos, pero que permiten a los agricultores asegurar un salario. En consecuencia, pueden permitirse gastar mas en educación, sanidad y medio ambiente, lo cual revierte en su economía de forma positiva.
Sorprende que el Comercio Justo haya sido criticado por la revista The Economist. Ésta argumenta que el precio del café ha bajado por problemas de sobreproducción. Los consumidores, por muy bien intencionados que estén, al pagar por encima del precio de mercado, incitan mas producción, por lo que, al final, la competencia abarata los precios del café, agravando aún mas el problema.
Pero este argumento es tan erróneo como decir que dar limosnas a los sin techo aumentaría el número de mendigos. En realidad, la compra de productos de Comercio Justo es un ejemplo del poder del consumidor, es decir, el consumidor deja claro que tiene intereses mas allá que el de su propio beneficio inmediato.


Adam Smith, el bisabuelo de la economía de libre mercado no habría cometido el error de The Economist y probablemente habría apoyado el movimiento de Comercio Justo. En la actualidad, Smith ha sido adoptado como hijo predilecto de los partidarios del libre mercado por su libro La Riqueza de las Naciones. Pero en su día, Smith fue mucho mas conocido por otro libro, un best-seller llamado La Teoría de los Sentimientos Morales. En él, Smith sentencia que “todo para nosotros mismos, dejando nada para los demás es una máxima repugnante”. Argumenta que la mano invisible que guía el mercado debería exigir también una mano tendida para ayudar a los mas necesitados.

Lo bueno del mercado libre es que quita poder a los gobernantes y nos lo da a nosotros, los consumidores. Podemos usar este poder para que la economía produzca los bienes y servicios que mas deseamos. Y a la vez podemos usar nuestro poder adquisitivo para mejorar la calidad de vida de otra gente, acabando así paulatinamente con la explotación. Muy lejos de ser algo inútil, deberíamos tener presente el Comercio Justo cuando compremos. Y para ello no hay mejor momento que la Navidad.

LECTURA:



Los discípulos de Juan le contaron lo que habían visto de Jesús. Juan llamó a dos de ellos y los mandó al Señor a preguntarle: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.
Ellos se presentaron a Jesús y le dijeron “¿eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”. En aquel momento, Jesús curó a muchos de sus enfermedades, dolencias y espíritus malignos, y dio la vista a muchos ciegos. Y les respondió: “Id y contad a Juan lo que habeis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y se anuncia el evangelio a los pobres.

Lc 7, 18-23