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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 30/11/2006

CÁNTICO:



DANIEL 3, CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES 52-59, 89-90

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres sobre el trono de tu reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.


Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque su misericordia perdura por los siglos.

Todos los que adoráis al Señor,
bendecid al Dios de los dioses,
alabadlo y dadle gracias,
porque su misericordia perdura por los siglos.



NOTICIA:


Taizé y el Grupo de jóvenes de San Francisco

En mayo de 1915 en Provence, Suiza nace Roger Louis Schutz. Estudiante de teología protestante se establecio, en agosto de 1940 en Taizé, una colina cerca de Suiza. Fue perseguido, por acoger en su domicilio a judios y opositores de la ocupación alemana de Francia. Tras la liberación de Borgoña en 1944 vuelve a Taizé y, junto con 7 hermanos más, en 1949 se comprometen a la vida de celibato y pobreza, con la oración como fuente de vida, conviertiéndose, con el paso del tiempo, en centro de peregrinación para jóvenes de todo el mundo, en los encuentros internacionales que, semana tras semana allí se producen.
Pasó el tiempo, más de 40 años, un grupo de jóvenes de Granada deciden, en el año 1983, ir a la experiencia de oración en Taizé. Y a su regreso, impulsados por la necesidad de encontrar dentro de la ciudad un espacio adecuado para el silencio y la contemplación, estos y otros jóvenes comenzaron a reunirse para orar al Padre en los sótanos de la Iglesia de San Francisco, cada jueves, a las ocho y media, formando el Grupo de Jóvenes de San Francisco.
Y durante este tiempo, 23 años, nuestro grupo madura y crece, siempre caminando desde la fe y la oración.
El pasado mes de julio, Taizé nos recibió una vez más con los brazos abiertos y durante esa semana compartimos momentos inolvidables con personas procedentes de distintos puntos del mundo: la oración. Una semana en Taizé está marcada por la oración comunitaria, tres veces al día. Y son tres veces porque es necesaria. A veces en nuestra rutina podemos caer en el “No tengo tiempo para orar, tengo mucho trabajo, se me olvida..”, pero… ¿No comes tres veces al día? ¿No es necesario para ti comer, y para ello encuentras tiempo? Al son de las campanas se paralizan los trabajos, los encuentros, y todos, jóvenes, mayores y niños, se reúnen con los hermanos en la oración, la lectura de la Palabra de Dios en multitud de idiomas, el silencio, el canto… Durante el dia y en las reflexiones en grupo daba igual si no sabías hablar inglés, o el credo que rezaras: cuando un mismo amor es el que nos mueve sobran las palabras.
Actualmente, La Comunidad ecuménica de Taize se compone de un centenar de hermanos originarios de una treintena de países y que son cristianos procedentes de diversas confesiones. La Comunidad es un signo visible y palpable de la reconciliación y unidad de los cristianos. Los hermanos se ganan la vida con su trabajo, y cualquier beneficio o herencias personales las dan a los más pobres.
Y, desde 1978, la comunidad de Taize organiza anualmente un encuentro en una gran ciudad europea, a finales de año, del 28 de diciembre al 1 de Enero, en el que decenas de miles de jóvenes de todo el mundo rezan juntos por la paz, y al que todos estamos invitados.



LECTURA DEL NUEVO TESTAMENTO:


Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»

Hechos 2, 1-11