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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 11/08/2005

1. Escuela de oración: Día de Santa Clara: (Del Testamento de Santa Clara)
“Angostos son el camino y la senda, y estrecha la puerta por la que se va y se entra en la vida, y son pocos los que caminan y entran por ella”, y si hay algunos que por un cierto tiempo van por ellos, son poquísimos los que perseveran. Bienaventurados, pues, aquellos a los que se les ha dado caminar por ella y perseverar hasta el fin.
Estemos atentos, por tanto, para que, si hemos entrado por el camino del Señor, de ningún modo nos apartemos jamás de él por nuestra culpa o ignorancia, no sea que injuriemos a tan gran Señor y a su Madre la Virgen y a nuestro bienaventurado padre Francisco, a la Iglesia triunfante y también a la militante. Pues escrito está: “Malditos lo que se apartan de sus mandatos”.
Por eso, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que, por los méritos de la gloriosa Virgen santa María, su Madre, y de nuestro beatísimo padre Francisco y de todos los santos, el mismo Señor que inició en nosotros la obra buena, nos dé también el incremento y la perseverancia final. Amén.

2. CANTO: A vuestro gusto

3. SALMO: 62, 2-9

4. CANTO: A vuestro gusto

5. EXPERIENCIA MARRUECOS: ¿Y qué culpa tengo yo?

Nada más llegar a finales de julio, los hermanos de la fraternidad de Casablanca, Manolo y Antonio, nos recibieron como si a una fiesta acabáramos de acudir (pasteles incluidos) a lo que siguió nuestro agradecimiento, exclamando nuestro hermano Antonio “¿y qué culpa tengo yo?” Desde ese momento empezamos a descubrir que aquí no éramos más que instrumentos de Dios y con este espíritu hemos tratado de vivir estos días.

Con la incertidumbre de quien no sabe lo que se va a encontrar, fuimos al orfanato Lalla Hasnaa, donde, muy en contra de lo que en un principio podíamos imaginar, nos recibieron con los brazos abiertos. Por segunda vez nos sentimos fraternalmente acogidos, aunque en esta ocasión fueron nuestros hermanos musulmanes los responsables de tal sentimiento. En este país de contrastes, la acogida, tan olvidada por nuestra sociedad, es un valor esencial dentro de una cultura que, a pesar de la cercanía geográfica, nos es muy lejana.

Cada día es diferente porque cada niño es un mundo. Nunca sabemos lo que nos encontraremos al cruzar la puerta y decir “bon jour!” a los pequeños. Jalila, Maha, Hind, Malek y Ahlam, con parálisis cerebral; Mina y Simou con retraso mental; Abdelkhader y Mourad con autismo; Kenza con hiperactividad y Nabil, Siham, Nourddine, Issam, Sanim y Zhora con varias deficiencias psíquicas y físicas. La mayoría de ellos no responden con palabras, pero los gestos, los besos y los abrazos hablan por sí solos y el idioma no es un obstáculo para el entendimiento. Las cosquillas son su juego preferido. Su particular ternura y sus risas son, sin duda, lo que nos conmueve y transforma lo a priori desagradable y difícil en bendición, algo que nos llena día a día; como diría San Francisco “lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo”.

El personal del centro y los niños forman una gran familia, donde no faltan el cariño ni la reprimenda necesarios. Y nosotros nos hemos sentido un miembro más durante estas tres semanas.

Pero no ha sido ésta nuestra única “familia”. Toñi, Mª José, Nacho, Anabel, Juande, Leti y Cristina hemos vivido esta experiencia como pequeña fraternidad, aprendiendo de Manolo y Antonio a servir y no a ser servidos, a compartir lo que se tiene y se es con el que llama a la puerta, a dar gracias a Dios por el regalo de los hermanos.

Dios escribe recto con renglones torcidos y elige a los más pequeños y desfavorecidos para hacerse presente y mirarnos a través de sus ojos.


6. CANTO: “Nada has pensado que no puedas hacer…”

7. EVANGELIO: A elegir: 2 Cor 12, 9b-10 ó 1 Pedro 4, 10-11.

8. CANTO: A elegir: Para corintios, “En mi debilidad” o para Pedro, “pequeño y hermano”

9. PETICIONES:

10. PADRE NUESTRO: