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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 05/09/2019

V Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación (1 de septiembre de 2019)

Introducción
La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar. Con Francisco, nos ponemos en presencia del Creador diciendo: Oh Alto y Glorioso Dios…

Canto: Nada te turbe

Génesis 1, 20-2,4
Dijo Dios: «Bullan las aguas de seres vivientes, y vuelen los pájaros sobre la tierra frente al firmamento del cielo». Y creó Dios los grandes cetáceos y los seres vivientes que se deslizan y que las aguas fueron produciendo según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Luego los bendijo Dios, diciendo: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad las aguas del mar; y que las aves se multipliquen en la tierra». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.Dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies». Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno.Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó.Dios los bendijo; y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra».Y dijo Dios: «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira». Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.
Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó. Esta es la historia del cielo y de la tierra cuando fueron creados

Canto: De noche iremos, de noche

Extracto del mensaje del Papa Francisco para la Oración por el cuidado de la Creación
Trágicamente, la respuesta humana al regalo de la Creación ha sido marcada por el pecado, por la barrera en su propia autonomía, por la codicia de poseer y explotar. Egoísmos e intereses han hecho de la creación —lugar de encuentro e intercambio—, un teatro de rivalidad y enfrentamientos. Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas. La degradación ha aumentado en las últimas décadas: la contaminación constante, el uso incesante de combustibles fósiles, la intensiva explotación agrícola, la práctica de arrasar los bosques están elevando las temperaturas globales a niveles alarmantes. (El aumento en la intensidad y frecuencia de fenómenos climáticos extremos y la desertificación del suelo están poniendo a dura prueba a los más vulnerables entre nosotros. El derretimiento de los glaciares, la escasez de agua, el descuido de las cuencas y la considerable presencia de plásticos y microplásticos en los océanos son hechos igualmente preocupantes, que confirman la urgencia de intervenciones que no pueden posponerse más.) Hemos creado una emergencia climática que amenaza seriamente la naturaleza y la vida, incluida la nuestra.
En la raíz, hemos olvidado quiénes somos: criaturas a imagen de Dios, llamadas a vivir como hermanos y hermanas en la misma casa común. No fuimos creados para ser individuos que mangonean; fuimos pensados y deseados en el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador. Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre nosotros, custodios de la creación. Es el momento de arrepentirse y convertirse, de volver a las raíces: somos las criaturas predilectas de Dios, quien en su bondad nos llama a amar la vida y vivirla en comunión, conectados con la creación.
Por lo tanto, insto a los fieles a que se dediquen en este tiempo a la oración, que a partir de una oportuna iniciativa nacida en el ámbito ecuménico se ha configurado como Tiempo de la creación: un período de oración y acción más intensas en beneficio de la casa común que se abre el 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, y finalizará el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. Es una ocasión para sentirnos aún más unidos con los hermanos y hermanas de las diferentes denominaciones cristianas. …
Este es el tiempo para habituarnos de nuevo a rezar inmersos en la naturaleza, donde la gratitud a Dios creador surge de manera espontánea. San Buenaventura, cantor de la sabiduría franciscana, decía que la creación es el primer “libro” que Dios abrió ante nuestros ojos, de modo que al admirar su variedad ordenada y hermosa fuéramos transportados a amar y alabar al Creador (cf. Breviloquium, II,5.11).
Este es el tiempo para reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre cómo nuestra elección diaria en términos de alimentos, consumo, desplazamientos, uso del agua, de la energía y de tantos bienes materiales a menudo son imprudentes y perjudiciales. Nos estamos apoderando demasiado de la creación. ¡Elijamos cambiar, adoptar estilos de vida más sencillos y respetuosos! Es hora de abandonar la dependencia de los combustibles fósiles y emprender, de manera rápida y decisiva, transiciones hacia formas de energía limpia y economía sostenible y circular. Y no olvidemos escuchar a los pueblos indígenas, cuya sabiduría ancestral puede enseñarnos a vivir mejor la relación con el medio ambiente…

FRANCISCO

Canto: En nuestra oscuridad enciende la llama de tu amor, Señor

Nuevo Testamento: Efesios 1, 3-13
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado. En él, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de la gracia que en su sabiduría y prudencia ha derrochado sobre nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. En él hemos heredado también los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías. En él también vosotros, después de haber escuchado la palabra de la verdad —el evangelio de vuestra salvación—, creyendo en él habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido

Canto: Sois la sal

Salida: Padre nuestro ecológico
«Padre Nuestro que estás en la montaña, en el valle florido, en el mar y en cada uno de los pueblos y ciudades de nuestro inmenso planeta azul. ¡Bendita y santificada sea tu obra creadora, tan llena de fuerza, belleza, esplendor y vida…! /Derrama sobre nosotros tu sapiencia, que nos permita proteger, desarrollar y defender las maravillas que has creado para nuestro sustento y regalo: la flor, los frutos de la tierra, los animales y las plantas, el mar, el sol y las estrellas. /Que tu voluntad se haga sobre nosotros, para que sepamos ser, en nuestra vida, fieles testigos y seguidores de tu mensaje de salvación y respetar a todos los seres que has creado en su proceso vital de desarrollo. / Danos hoy el perfume y el verdor de cada día, en las inmensas praderas, en el lejano bosque, en los jardines y parques y en la Madre Tierra, tan amenazada hoy de muerte por los depredadores de su patrimonio. /Perdona, Padre, nuestros descuidos, porque una y otra vez hemos desatendido lo que nos sigues dando, así como nosotros perdonamos a los que contaminan, sin escrúpulo, el aire, la tierra y el mar, invitándoles a deponer sus condenables fechorías… /Y no nos dejes caer en la desertización, que condena a muerte a todos los seres vivos que has creado por amor y ayúdanos a superar la condenable indiferencia que nos invade a todos, para reproducir y asegurar la vida sobre esta Tierra nuestra, tan maltratada. Amén».) (Del artículo ‘Padrenuestro ecológico’, de Miguel J. Carrascosa, Granada, 2016).

Con Francisco, cantor de Dios, cantor de la Creación acabamos diciendo: Te adoramos…

Canto:
Loado seas mi Señor, por toda Criatura, por el hermano sol…