Oración Comunitaria 13/06/2019
ESCUELA DE ORACIÓN:
Nos reunimos en este primer jueves de tiempo ordinario ante el Cristo de San Damián.
¿En qué creemos los cristianos? En un Dios, que ante todo es AMOR y es Padre todopoderoso de bondad infinita. En un Hijo que nos mostró las maravillas de su Abba, Padre. Y creemos en un Espíritu que lo obra todo en todos. Acerquémonos en actitud orante esta tarde al misterio central de la fe y de la vida cristiana.
Con Francisco, comenzamos diciendo todos juntos “Oh alto y glorioso Dios…”
Canto:
SALMO 32
Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos, porque él lo dijo, y existió, él lo mandó, y surgió. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Canto:
NOTICIA: Belén V. Conquero. La Razón.
Desde hace varios días, al ponerse el sol, la Parroquia San Carlos Borromeo de Entrevías se convierte en un albergue improvisado. «Vaciamos el templo, retiramos los bancos y colocamos colchones», explica Patricia Fernández. Ella es una de las responsables de esta iniciativa, participa en la Coordinadora de Barrios y, junto a la Parroquia y a la Red Solidaria de Acogida, buscan evitar que ningún solicitante de asilo o inmigrante se vea obligado a pasar la noche en la calle. «El Ministerio de Trabajo lleva años sin crear nuevas plazas y la Comunidad tampoco, por lo que cuando estas personas buscan un lugar donde pasar la noche se encuentran solos, en la calle», explica Fernández. Ahora mismo, en la Parroquia conviven una familia siria compuesta por una madre embarazada de ocho meses, su marido y sus tres hijos (de 10, 8 y 2 años); un chico guatemalteco, seis jóvenes palestinos, sirios y kurdos y una pareja con dos hijos de Colombia».
No es la primera vez que viven en esta situación crítica, «en noviembre ya tuvimos otro pico», reconoce. Es por esto que la Mesa por la Hospitalidad de la Iglesia Católica de Madrid decidió presentar una queja ante el Defensor del Pueblo en la que denuncia que varias decenas de personas que reclaman protección internacional, entre otras situaciones, y muchas de ellas en situación vulnerable, se han quedado «literalmente en la calle» ante la ausencia de una respuesta efectiva de las administraciones públicas.
«Desde que percibimos la necesidad y abrimos parroquias y centros pastorales para estas situaciones de emergencia, hemos atendido a unas 120-130 personas», explica a este diario Rufino García Antón, delegado episcopal de Movilidad Humana. «Nuestra intención siempre ha sido ayudar a los dispositivos del Samur Social que están colapsados», añade. No es la primera vez que acuden al Defensor del Pueblo por este motivo, pero «el problema sigue ahí y no hay respuesta por parte de las administraciones». Les instan a una «urgente intervención» ante el «evidente» mal funcionamiento de las administraciones públicas y, en particular, una ausencia de un dispositivo público con el volumen suficiente como para atender las situaciones de precariedad que padecen estas personas.
Lo peor es la situación de angustia que pasan las personas que, «después de haber recorrido medio mundo para llegar, con mucho dolor, se encuentran desamparados, en la calle y sin esperanzas», añade Fernández
Canto:
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 8, 14-17
Hermanos:
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.
Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre).
Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.
Canto:
Peticiones y Padre Nuestro
SALIDA
La Santísima Trinidad es un misterio que invita a vivir el amor hacia el prójimo, sin egoísmos y así “testimoniar de acuerdo a la belleza del Evangelio”, “compartiendo alegrías y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorizando los diversos carismas bajo la guía de los pastores”.
La Trinidad es comunión de Personas divinas, las cuales son una con la otra, una para la otra, una en la otra”. Y también a nosotros nos renueva la misión de vivir la comunión con Dios y entre nosotros.