• imagen del slider

Datos

Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 08/11/2018

ORACIÓN COMUNITARIA 08 NOVIEMBRE 2018

ESCUELA DE ORACIÓN:
Orar es estar con Dios, con alguien que nos ama entrañablemente. Cuando permanecemos constantes en esta relación Dios nos sorprende cada día más. Por eso nos reunimos, como cada jueves, en torno al Cristo de San Damián que siempre nos recibe con sus brazos abiertos y acogedores. Dejémonos interpelar por Él en el silencio y por su Palabra.

Con Francisco oramos “Oh alto y glorioso Dios…”

SALMO 31
Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero.

NOTICIA:
El debate no debe ser si las mujeres tienen derecho a vender su cuerpo, sino si los hombres tenemos derecho a comprarlo.
MANUEL MARTÍN Gª DEFENSOR DE LA CIUDADANÍA DE GRANADA
El pasado 4 de agosto, el BOE publicaba una resolución donde el Gobierno autorizaba la creación del primer sindicato de trabajadoras sexuales. A partir de ahí, se ha vuelto a encender un exacerbado debate sobre si es necesario legalizar la prostitución como una profesión más, o si por el contrario, se trata de un atentado contra los derechos humanos.
Realidad compleja, semioculta, clandestina, dinámica, desconocida, temida, estigmatizada… que nos cuestiona y crea la necesidad de analizarla, de adoptar una posición crítica y comprometida respecto a la misma. Por ello, cualquier aproximación a esta realidad, debe ser ante todo un intento de posicionarnos de forma crítica para avanzar hacia nuevas perspectivas, más justas y auténticas.
Mi experiencia profesional me hace posicionarme a la hora de abordar el tema, a partir de tres premisas básicas fundamentales: la primera es que, para realizar un acercamiento adecuado a la prostitución, hay que dejar que sea la propia realidad la que nos hable y oriente; la segunda es que el tratamiento de la prostitución no puede realizarse sin un análisis desde la perspectiva de género y la tercera, que abordaje no puede realizarse sin un análisis desde la perspectiva de los derechos humanos.
Algunos datos y cifras extraídos de los principales estudios sobre prostitución señalan que: el 90% de las personas que la ejercen son mujeres, el 3% hombres y el 7% transexuales. El 87% son mujeres migrantes. Un 70% de hombres declara haber demandado en algún momento de su vida la prostitución de otra persona. España es el primer país de la UE en consumo de prostitución. La industria del sexo es el segundo negocio más importante en el mundo. 4 millones de mujeres y niñas en todo el mundo están siendo víctimas de la trata y el tráfico con fines de explotación sexual. En definitiva, la prostitución es ejercida de forma mayoritaria por mujeres y niñas, mientras que los consumidores son mayoritariamente hombres, y su origen se encuentra en la esclavitud y la trata de personas.
En mis largas conversaciones con mujeres que ejercen la prostitución hay algo que ellas siempre me manifiestan: el dominio del hombre sobre la mujer y el nulo respeto por los derechos humanos. Por lo tanto, la prostitución es ante todo un problema de derechos humanos y desigualdad de género.
Llegados a este punto, ¿es la prostitución una esclavitud o una profesión? ¿Debe regularse, prohibirse o dejarla coma está?
¿Cómo educaríamos en la igualdad en una sociedad que regula la prostitución como una profesión?
Se necesitan voces masculinas comprometidas con el cambio del modelo social machista.
Hace unos años, una mujer que ejercía la prostitución en Granada, me comentó algo que le dijo a uno de sus clientes, que banalizaba diciendo que la prostitución es una profesión como otra cualquiera: «Si la prostitución es una profesión, ¿por qué no se la recomienda a su hija?» Nunca podré olvidar esa respuesta. Aquí la dejo para su reflexión.

EVANGELIO (San Lucas 7, 36-50):
Un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Él respondió: «Dímelo, maestro.» Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»

Peticiones y Padre Nuestro

SALIDA:
El perdón es la llave de la libertad y la paz interior. Para pedir perdón se requiere humildad. Para perdonar se requiere misericordia. Ni la humildad ni la misericordia son fáciles. Pedir perdón supone reconocerse pecador. Perdonar supone tener un corazón como el de Cristo. En el Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña a pedir: “Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, pues el perdón de los pecados y el haber perdonado son condiciones para alcanzar la paz interior y la salvación eterna.
Acercándonos con absoluta confianza al corazón compasivo y misericordioso del Padre, terminamos diciendo con Francisco: Te adoramos…