Oración Comunitaria 30/08/2018
Introducción:
¿Quién no ha experimentado alguna vez el sentirse especial ante la mirada de otro? ¿Acaso hay alguien que no se haya sentido atrapado, vulnerable, irremediablemente lleno de paz o loco de amor ante una mirada? ¿Verdad que no es lo mismo vivir mirando de una manera que de otra?
¿El referente y modelo?: El Maestro de la Mirada. Él nos amó primero, porque nos miró primero. Y así Dios nos mira como nadie nunca nos ha mirado o nos mirará jamás. Sacando lo mejor de nosotros en cada instante. Llenándonos de posibilidades insospechadas, su mirada nos convierte en maravillosas obras de arte. Que esta mirada de Dios sobre nosotros guíe la nuestra hacia el mundo. Mirada que lo hace todo nuevo, que no desgasta o da las cosas por sabidas. Mirada que recupera la novedad de todo y de todos; que recoge de las cunetas las miradas perdidas, despistadas o derrotadas de tantos hermanos caídos que necesitan, con urgencia, de las miradas de Dios. MIRO, luego AMO.
Dejándonos mirar por Dios pedimos que nois dé su mirada para ver el mundo desde su perspectiva, con sus ojos, como hizo Francisco de Asís. Con él comenzamos pidiendo esa luz: Oh, Alto y Glorioso Dios
Canto: La confianza he puesto en Dios, El fue el primero que me amó
Isaías 41, 8-15
Y tú, Israel, siervo mío; Jacob, mi escogido; estirpe de Abraham, mi amigo, a quien escogí de los extremos de la tierra, a quien llamé desde sus confines, diciendo: «Tú eres mi siervo, te he elegido y no te he rechazado», no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties porque yo soy tu Dios. Te fortalezco, te auxilio, te sostengo con mi diestra victoriosa.
Se avergonzarán humillados los que se enfurecían contra ti; serán aniquilados y perecerán los que pleiteaban contra ti. Buscarás a tus adversarios, y no podrás encontrarlos: serán aniquilados como nada los que te combaten. Porque yo, el Señor, tu Dios, te tomo por tu diestra y te digo: “No temas, yo mismo te auxilio”.
No temas, gusanillo de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio, -oráculo del señor-, tu libertador es el Santo de Israel.
Mira, te convierto en trillo nuevo, aguzado, de doble filo: trillarás los montes hasta molerlos; reducirás a paja las colinas; los aventaras y el viento se los llevará, el vendaval los dispersará. Pero tú te alegraras en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la encuentran; su lengua está reseca por la sed. Yo, el Señor, le responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en cumbres desoladas, en medio de los valles, manantiales; transformaré el desierto en marisma y el yermo en fuentes de agua.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivares; plantaré en la estepa cipreses junto con olmos y alerces, para que vean y sepan reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado.
Canto: El Señor es mi fortaleza
Noticia: Empieza la lucha para quitar la palabra «disminuidos» de la Constitución
'Ideal' - 2018-08-19. DOMÉNICO CHIAPPE
En la vida de Vicky Bendito hay dos momentos claves, que la sacudieron como si metiera el dedo en un enchufe. El primero sucedió después de estropearse el audífono retro-auricular que utilizaba hace una década. Al comprar uno nuevo, observó que, en vez de dos posiciones de uso (‘on / off’) tenía tres. La adicional se marcaba con una letra T. En las instrucciones nada decía. Preguntó y le dijeron que era para hablar por teléfono.
Bendito tiene 47 años, nació con el síndrome Treacher Collins y es sorda. Hablar por teléfono era una posibilidad que no se había planteado. Investigó y encontró otro dato:
existe algo llamado «lazo magnético», que permite escuchar aquello que salga del móvil. Un cable que se conecta al aparato y se coloca alrededor del cuello. Lo compró por 35 euros. Se sentó en la Plaza Santa Ana de Madrid, enchufó los dispositivos, puso la banda sonora de la película ‘El piano’.
Empezó a llorar. «Por primera vez escuché la música con nitidez y limpieza», recuerda. «Me doy cuenta de que existen tecnologías que no se utilizan para la inclusión social. Empiezo a entender las barreras que he tenido que superar sin ser consciente, por instinto de supervivencia, en un entorno hostil que no era accesible para mí». Hoy Bendito tiene dos implantes osteo-integrados, patentados en los años 70 pero de los que su médico recién le habló cuando ya era adulta.
La segunda sacudida la vivió cuando ejercía su oficio de periodista, graduada en la Universidad Complutense. «Se celebraba el aniversario de la Constitución y en el Congreso nos ofrecieron participar en el vídeo conmemorativo con la lectura de un artículo», asegura Bendito. «Yo elegí el 49, dedicado a las personas con discapacidad. No lo había leído, pero sabía que existía. Cuando empecé, me encontré con la palabra ‘disminuido’. Me sorprendió y terminé de leerlo así, sorprendida. Aquella palabra se me quedó en la mente». Disminuido: «Que ha perdido fuerzas o aptitudes, o las posee en grado menor a lo normal», define la Real Academia. «No, el concepto que tengo de mí misma no es la de una persona que posee fuerzas o aptitudes menores de lo normal, como lo define la RAE».
Ahora Bendito presenta una propuesta para quitar esa palabra de la Constitución, y sustituirla por «personas con discapacidad». Lo hace de dos formas. Una, a través del contacto con comisiones parlamentarias y, otra, con una recogida de firmas, de las que ya lleva cerca de 80.000, bajo el lema «Soy sorda, no disminuida, aunque lo diga la Constitución».
En su demanda, dirigida expresamente a la ministra Carmen Calvo, Bendito sostiene que «el lenguaje contribuye a la normalización y a la inclusión. Difícilmente podemos avanzar en los derechos de las personas con discapacidad cuando nuestra Constitución emplea un término tan negativo» y solicita su reforma con celeridad. «La diferencia entre una y otra forma de llamarnos es la connotación», explica Bendito. «En la actual nos cosifican y deshumanizan. Yo soy, primero, persona».
Las palabras deben utilizarse con la exactitud de sus significados, pide Bendito, acostumbrada a leer los labios. «Me han llamado ‘persona con capacidades diferentes’, un eufemismo para disfrazar la realidad», mantiene. «Se suele confundir ‘discapacidad’ con ‘incapacidad’, pero las personas que sufren lo primero pueden estudiar y trabajar, sólo hace falta que el entorno sea accesible. Y la accesibilidad es un derecho fundamental, refrendado por España ante la ONU. Ahora, la Constitución debe reflejar la evolución del país, en el que hemos pasado de ‘inútiles’ a personas de pleno derecho. A mí nada me ha impedido ser adulta y tener mi propia vida». Bendito sueña con que le digan mañana que hay una propuesta de ley que recoge su petición y que se someterá a votación en septiembre.
Evangelio: Juan 14, 21-30
El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre y yo también lo amare y me manifestaré a él. Le dijo Judas, no el Iscariote:” Señor ¿Qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo? “ respondió Jesús y le dijo: “el que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que
estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da en mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de éste mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo”.
Canto: Ven espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama…
Padre nuestro
Peticiones
Oración final:
Es curioso: Somos lo que miramos. Somos como miramos. Algunos dicen: «Dime cómo miras y te diré quién eres». Es la mirada. Ese lenguaje universal más allá de las palabras. Diariamente vivimos de ellas. Inmersos en ellas. Amando o condenado. Dándolas y recibiéndolas.
No hay que engañarse. Todos hemos hecho algún que otro Máster en miradas, así que de esto sabemos un rato: Hay miradas que matan; que cierran puertas y te dejan helado; miradas que arañan y te desgarran las entrañas; miradas que te hieren el corazón y te dejan sin palabras; que viven en el 'no' y te entristecen todo el día. Hay miradas que condenan por el hecho de ser diferente; miradas que delatan, envidian y que no soportan el bien ajeno. Miradas de muerte. Impersonales e indiferentes. Superficiales e interesadas. Borrachas de soberbia. Calculadoras. Gélidas. Sin Luz y sin Dios. A años luz del pobre. Pero también sabemos que hay miradas que curan y reconfortan; miradas que son oasis y sombra acogedora; que arropan y bendicen; miradas balsámicas que tapian brechas y derrochan consuelo y comprensión. Miradas llenas de amor hacia el otro, que hacen la vida más fácil. Miradas que no llevan cuenta del mal, que viven en Cor, 13 y todo lo aguantan y todo lo esperan. Miradas que sientan bien y que embellecen a sus destinatarios, haciéndolos mejores y sacando lo mejor de ellos.
Renovados por el encuentro con la mirada entrañable del Señor, vamos a mundo a mirar con sus ojos sensibles al sufrimiento, y dispuestos a hacer el bien de modo que nuestra vida sea una continua alabanza a Dios. Con Francisco terminamos diciendo.. te adoramos, Señor Jesucristo…
Canto: Como el Padre me amó, yo os he amado…