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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 26/04/2018

Escuela de oración:
Nos unimos esta tarde para seguir experimentado la Pascua, desde la alegría de sentirnos acompañados por Jesús Resucitado. Esa alegría se convierte en gratitud y nos interpela a cuidar. Cuidar a nuestros hermanos, cuidar la vida, y cuidar la Tierra que es nuestra casa. El pasado domingo se celebraba el ‘Día de la Tierra’ para recordarnos la importancia de ese cuidado. Desde la mirada cuidadosa comenzamos a orar, continuando con la Carta de Pascua de Seve:
El encuentro con Jesucristo resucitado fortalece nuestro proyecto de vida y nos invita a vivir con osadía desde actitudes evangélicas; para hacer del amor, del servicio y del compartir los ejes sobre los que estructurar lo que somos; para encontrarnos con nuestros hermanos allí donde estén haciéndonos compañeros de camino que se ponen al servicio de todas las necesidades existenciales del hombre de hoy, compartiendo vida y misión. No cabe quedarnos escayolados, mirando hacia atrás, cuando el resucitado nos precede en Galilea. Lo descubriremos en un nuevo horizonte donde crece la vida y la verdad porque se vive en libertad por la fuerza dinamizadora que nos regala el Espíritu.

Con Francisco decimos: ‘Oh Alto y Glorioso Dios…‘

Salmo 24:
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe, y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes, y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria.

NOTICIA:
La semana pasada aparecía en Murcia un cachalote muerto tras ingerir 29 kilos de plástico. Un síntoma más de que la situación en el Mediterráneo es preocupante. ¿Que si es seria? Depende de lo que se entienda por seria: es una de las áreas del mundo con mayor exposición a basura marina. De esa gravedad surge el proyecto "cazadores de plástico", impulsado por la Unión por el Mediterráneo.
Uno imagina que las áreas marinas protegidas están eso, protegidas. Pero no es así ante fenómenos como la circulación de plásticos y otros residuos por los propios flujos marinos. Conocer el impacto de la contaminación en estas zonas, de especial importancia en cuanto a biodiversidad, dará la medida del peligro que corren la flora y fauna mediterráneas en general. La iniciativa investigará cómo sufren las ballenas y tiburones, pero también especies pequeñas de invertebrados, con la llegada de tanta porquería. Cada año mueren en el mundo millones de animales por esta causa. Los cazadores de plástico no sólo estudiarán la realidad de las aguas, sino que también pescarán bolsas, latas e incluso redes abandonadas por los pescadores.
A pesar de su diversidad, todo el Mediterráneo comparte una característica crucial: se trata de un mar encapsulado. A diferencia de otros, éste es una cuenca cerrada con un montón de actividad humana, desde tráfico marítimo hasta las actividades en la costa. La parte buena es que precisamente ese carácter mediterráneo, esa concepción de Mare Nostrum (mar nuestro) por parte de los Estados ribereños, genera una sensación de responsabilidad en todos ellos, que se traduce en proyectos como el de los “cazadores de plástico”. Otra desventaja es la presencia de ríos muy grandes que transportan enormes cantidades de plásticos. El 80% de la basura del mar se produce en actividades terrestres. Y la responsabilidad de reducirla es de todos. Hay pasos para recortar el uso de plásticos, pero muchos son simbólicos: todos formamos parte de un mismo ciclo de consumo en el que la industria podría buscar respuestas distintas al plástico para embotellados, embalajes... Y los ciudadanos tienen que ser conscientes de su parte.
Con todo hay que celebrar que la sociedad sea cada vez más consciente. En los últimos tres años este tema ha despertado una gran preocupación. No solo en el Mediterráneo, sino en todo el mundo. Hay algunas estimaciones preocupantes. En ese mar que se extiende de Algeciras a Estambul se puede pescar un kilo de plásticos por cada tres de pescado. Y pronto alojará más plásticos que plancton, salvo que los ciudadanos nos convirtamos en cazadores de plásticos en nuestro día a día mientras los responsables del proyecto los pescan en el mar.

EVANGELIO: Mateo 25, 34-40
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí’; Entonces los justos responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos; o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti? Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.

SALIDA:
Cuidar de la Tierra es cuidar de su belleza, de sus paisajes, del esplendor de sus selvas, del encanto de sus flores, la diversidad exuberante de seres vivos de la fauna y de la flora.
Cuidar de la Tierra es cuidar de su mejor producción que somos nosotros, los seres humanos, hombres y mujeres especialmente los más vulnerables.
Cuidar de la Tierra es cuidar de aquello que ella a través de nuestro genio ha producido en culturas tan diversas, en lenguas tan numerosas, en arte, en ciencia, en religión, en bienes culturales especialmente en espiritualidad y religiosidad, por las cuales nos damos cuenta de la presencia de la Suprema Realidad que subyace a todos los seres y nos lleva en la palma de su mano.
Cuidar de la Tierra es, finalmente, cuidar de lo Sagrado que arde en nosotros y que nos convence de que es mejor abrazar al otro que rechazarlo y que la vida vale más que todas las riquezas de este mundo. Entonces ella será realmente la Casa Común del Ser.
(Leonardo Boff)

Juntos decimos ‘Te adoramos, Cristo…’