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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 3/03/2005.

ORACIÓN 03/02/05
40 días para hacer una selección, para quitarnos el lastre de todo lo que es inútil, como cuando hay que atravesar un desierto y no podemos rezagarnos.40 días para no seguir conformándonos con el "justo lo necesario", para salir de los mínimos indispensables. 40 días para educar el corazón y para amar de una manera nueva, al estilo de los primeros días. 4o días para educar el espíritu, liberarlo de sus obsesiones, de sus ideas preconcebidas y abrirlo a la novedad. 40 días para educar la mirada en superar el desgaste y atravesar la pantalla de las máscaras y las apariencias. 40 días para caminar a otro ritmo, para cambiar de estilo, para limpiar la casa, para purificarse. 40 días para mirar a los otros, para mirar a Dios, para escuchar la Palabra de Cristo y dejarle hacer su obra de restauración en el secreto de nuestros deseos. 40 días para ser transfigurados, 40 días para crecer con el Evangelio, 40 días para aprender a vivir.
At ( JR 7, 21-24)
Así dice el Señor, Dios de Israel: cuando saqué a vuestros padres de Egipto no les ordené ni hablé de holocaustos ni sacrificios; esta fue la orden que les di: “ Obedecedme, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os señalo y os irá bien”

Canto: Me levantaré e iré a mi padre.

Noticia
Murió en soledad. Así acabo la vida de un anciano más…Murió en unas ruinas, encima de escombros. Murió enfermo, desorientado y sin saber donde estaba, como a nadie le hubiese gustado acabar en sus últimos días. Nadie sabía más que el mismo , si haba elegido esta vida de indigente, o su mente le obligaba a escapar apara deambular sin rumbo fijo…hasta morir. Se trataba de José Vázquez López, un anciano de 79 años de edad, que al parecer era oriundo y había residido durante años en la ciudad costera de Motril. El fallecido era muy buena persona. Así lo relataron ayer sus compañeros de la casa de acogida “ Luz Casanova”, de Cáritas Diocesana, albergue de indigentes en el que habia pasado los últimos diez días de su vida José. Estaba indocumentado cuando fue encontrado. En la casa de acogido le echaban de menos hace unos día ya que desde que llego a estas “benditas” instalaciones para él, ya no se perdía más.
Los voluntarios de Cáritas que le conocieron y le ayudaron a sobrevivir contra el frío, el hambre y la soledad en las dos últimas semanas, indicaron que José andaba un poco desmemoriado ay se despistaba con facilidad, a causa de su avanzada edad y su posible Alzheimer.
En el albergue le ayudaban a desayunar, almorzar y cenar…y cuidaban que saliera a la calle lo menos posible, ya que se perdía y no sabía donde estaba. Por la noche le duchaban y le daban cariño con sus toallas limpias que el agradecía con una sonrisa inocente de niño-. Pero…hace unos días decidió marcharse a la calle y ya no volvió. No presentaba signos de violencia y pudo morir de frío.

NT ( lc 18, 9-14)
Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás. «Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: «Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.»
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.»
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Canto: Hazme señor pequeño y hermano.

Oración de salida: Une tu palabra y tu tarea a la de otros hermanos, para hacer que el bien reine en la humanidad. Lo que haces por el bien d eotros, aunque sea pequeño, es signo de Jesús, signo de su Reino. Señor , me desconcierta tu cercanía a todos los perdidos, me asombra tu poder para expulsar el mal, me emociona tu desea de sanar e integrar al marginado: Te bendigo y te alabo.

Canto: No hay que temer.