Oración Comunitaria 07/09/2017
ESCUELA DE ORACIÓN: Con la llegada del mes de septiembre, entramos en la normalidad de empezar de nuevo, todos con propósitos en nuestra cartera, le decimos a Dios “ahora empiezo, Dios mío”. Ahora, ese ahora es nada menos que el presente. La única realidad que tenemos en nuestras manos, es como sentirse vivir. Es nuestra vida, ahora. ¿Y si la soltamos como un pájaro para que vuele a lo largo de este curso? algo me dice que a todos nos toca bailar, bailar la gran danza del abandono en Dios, como un baile especial…
Solo debemos buscar, vivir sencillamente el Evangelio, acogerlo como un don de Dios, con gran libertad. Hoy queremos traer a la oración la Jornada Mundial por el Cuidado de la Creación.
Siguiendo como ejemplo, el de Francisco, comenzamos con él cantando:“oh Alto y Glorioso Dios.”
SALMO: 62, 1-12.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.
[Pero los que buscan mi perdición bajarán a lo profundo de la tierra; serán entregados a la espada, y echados como pasto a las raposas.
Y el rey se alegrará con Dios, se felicitarán los que juran por su nombre, cuando tapen la boca a los traidores.]
NOTICIA: Mensaje ecuménico a favor de la Creación
El cuidado del medio ambiente está demostrado ser un importante pilar para el ecumenismo de la acción que propugna el Papa Francisco y que se basa en el trabajo compartido sobre temas sociales en paralelo al diálogo teológico. Así ha quedado de manifiesto en la presentación por primera vez de un mensaje a cuatro manos entre el Papa y el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, con motivo de la Jornada Mundial por el Cuidado de la Creación.
Esta cita que la Iglesia católica ha adoptado de la tradición ortodoxa, y que el 1 de septiembre se celebró por tercera vez, ha movido a ambos líderes religiosos a hacer un <<llamamiento urgente a quienes ocupan puestos de responsabilidad para que escuchen el grito de la tierra y atiendan las necesidades de los marginados, pero sobre todo para que respondan a la súplica de millones de personas y apoyen el consenso del mundo por el cuidado de la creación herida>>. La actual crisis ambiental – afirma también el mensaje- se enmarca en un <<escenario moralmente decadente>>, en el que <<ya no respetamos la naturaleza como un don compartido. En cambio, la consideramos una posesión privada>>. Fue un representante ortodoxo griego, el metropolita Ionannis de Pérgamo, quien en la presentación de la encíclica Laudato si, en 2015, planteó por primera vez la posibilidad de celebrar conjuntamente esta jornada con la que los ortodoxos marcan el comienzo del año litúrgico
EVANGELIO: Mt 18,21_35.
Entonces Pedro le dijo: "Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y le perdonaré? ¿Hasta siete veces?" Jesús le dijo: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Y cuando comenzó a ajustarlas, le trajeron a uno que le era deudor de diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, mandó el Señor que lo vendiesen a él, a su mujer y a sus hijos y todo cuanto tenía y se pagase la deuda. Entonces arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: "Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo". Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda. Al salir, este siervo encontró a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios y agarrándolo, lo sofocaba y decía: "Paga lo que debes". Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba y decía: "Ten paciencia conmigo y te pagaré". Mas él no quiso, y lo echó a la cárcel, hasta que pagase la deuda. Pero, al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho y fueron y contaron al amo todo lo que había sucedido. Entonces lo llamó su señor y le dijo: "Mal siervo, yo te perdoné toda aquella deuda como me suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, puesto que yo me compadecí de ti?" Y encolerizado su señor, lo entregó a los verdugos hasta que hubiese pagado toda su deuda. Esto hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano".
SALIDA:
Con la fuerza que nos da la oración y sabernos en manos del padre que nos cuida y guía, salimos al encuentro de la oración encarnada en la vida, en el hermano, en el compañero de trabajo, en el vecino, en aquel con el que nos cruzamos cada día por la Calle, en todas y cada una de las situaciones diarias que nos confrontan con la palabra hecha realidad:
Dios omnipotente, que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la viday la belleza. Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie. Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos. Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios a costa de los pobres y de la tierra. Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz infinita. Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. (Oración por nuestra tierra: Papa Francisco)
Con Francisco acabamos cantando: te adoramos