Oración Comunitaria 14/09/2017

Escuela de Oración:
A lo largo de nuestra vida adoramos a diferentes dioses y nos entregamos a ellos: el reconocimiento, el dinero, el control, el orgullo…. ´El Dios que todos necesitamos, y en el fondo todos buscamos, es el Dios que mueve el corazón humano hacia el amor y la esperanza.
Septiembre es, tiempo de reinicio, de planes, de programaciones… Escuchemos la voz del Señor y pidámosle tener la sabiduría y perseverancia necesarias para seguirle.
La festividad de la Exaltación de la Santa Cruz que celebramos hoy nos invita a contemplar al Crucificado. Esto significa adentrarse en la historia del sufrimiento de la humanidad, de la que no queda excluido ningún ser humano. Sin embargo, este dolor solo encuentra un punto de luz en su Cuerpo Resucitado.

Con Francisco comenzamos diciendo: “Oh alto y glorioso Dios….

Salmo:14 ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.

NOTICIA:El Papa afirma que «todo esfuerzo de paz» fracasa sin reconciliación
La misa en la llanura de Villavicencio, uno de los territorios más golpeados por medio siglo de conflicto entre guerrillas y gobierno, tuvo ayer sabor indíge-na desde el primer momento y se centró en dos mensajes: la dignidad de la mujer y la reconciliación activa para dejar atrás el rencor de tantos años de guerra con más de un cuarto de millón de muertos.
En ese contexto se insertó la beatificación de dos mártires: el obispo Jesús Emi-lio Jaramillo y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos. Ambos eran muy conscientes de que su actividad religiosa podía costarles la vida como a tantos otros sacerdotes, reli-giosos y catequistas.
En el trayecto desde la base aérea hasta el lugar de la misa al aire libre, el Papa fue recibido con calor por una continua hilera de personas y familias a lo largo de las calles de Villavicencio. Al llegar a la explanada se encontró con un grupo de indígenas que le esperaban para hacerle dos regalos: un sombrero típico colombiano y un collar de semillas secas. Ya en el altar, un grupo de jefes indígenas, incluso de comunidades que no son cristianas, se acercaron a darle la bienvenida justo antes del comienzo de la misa.
Francisco aprovechó el Evangelio de ayer, la fiesta de la Natividad de María –que menciona mujeres no judías y varios personajes pecadores en la genealogía de Je-sús–, para hacer notar que «por su sangre corre la historia de justos y pecadores». Por ese motivo, «en comunidades donde todavía arrastramos estilos patriarcales y machistas es bueno anunciar que el Evangelio comienza subrayando mujeres que marcaron ten-dencias e hicieron historia». Hay mucho trabajo por hacer, pero también hay buenos ejemplos en el Evangelio pues «en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, deli-cado», dispuesto a sacrificarse para salvar de la vergüenza pública, y quizá de la muerte por lapidación, a su prometida cuando supo de su embarazo.
El segundo gran tema de la homilía del Papa fue la reconciliación nacional, al re-cordar que «todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación, está condenado al fracaso». «Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construc-ción de la paz». Su mensaje a las víctimas era muy claro: «Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso, sin esperar que lo hagan los otros. ¡Basta una persona bue-na para que haya esperanza!». Naturalmente, perdonar y promover la paz «no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos», ni mucho menos «legitimar las injusticias personales o estructurales», pero es el modo de crear un futuro en que los hi-jos vivan libres del odio acumulado por los padres.

SEGUNDA LECTURA: Colosenses 3, 12-14
Hermanos:
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Peticiones

Padrenuestro

Salida:
Jesús, nuestra paz, tú nunca nos abandonas. El Espíritu Santo siempre nos abre un camino, el de lanzarnos en Dios como en un abismo. Y sobreviene el asombro: este abismo no es un precipicio de tinieblas, sino que es Dios, abismo de compasión e inocencia.

Terminamos con Francisco diciendo: "Te adoramos..