• imagen del slider

Datos

Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 24/08/2017

ESCUELA DE ORACIÓN:
En esta tarde veraniega, nos volvemos a unir para invocar tu Espíritu y escuchar qué quieres de nosotros. Azotados por los últimos acontecimientos de nuestro mundo y de nuestro país venimos a pedirte don de entendimiento y piedad.
Nos unimos a las palabras del Papa Francisco al comienzo de este año en la 50 jornada mundial de la paz: “formulo mis más sinceros deseos de paz para los pueblos y para las naciones del mundo, para los Jefes de Estado y de Gobierno, así como para los responsables de las comunidades religiosas y de los diversos sectores de la sociedad civil. Deseo la paz a cada hombre, mujer, niño y niña, a la vez que rezo para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona nos permita reconocernos unos a otros como dones sagrados dotados de una inmensa dignidad. Especialmente en las situaciones de conflicto, respetemos su «dignidad más profunda”y hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida.
En esta ocasión deseo reflexionar sobre la no violencia como un estilo de política para la paz, y pido a Dios que se conformen a la no violencia nuestros sentimientos y valores personales más profundos. Que la caridad y la no violencia guíen el modo de tratarnos en las relaciones interpersonales, sociales e internacionales. Cuando las víctimas de la violencia vencen la tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles en los procesos no violentos de construcción de la paz. Que la no violencia se trasforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras relaciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas.

Con Francisco decimos “Oh alto y glorioso Dios…”

SALMOS
(10,17-18): "Tú, Señor, escuchas los deseos de los pobres, los reconfortas y les prestas atención. Tú haces justicia al huérfano y al oprimido: ¡que el hombre hecho de tierra no infunda más temor!"
(16,8): "El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos ni jura falsamente: él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador."
(7,9-11): “El Señor es el Juez de las naciones: júzgame, Señor, conforme a mi justicia y de acuerdo con mi integridad. ¡Que se acabe la maldad de los impíos! Tú que sondeas las mentes y los corazones, Tú que eres un Dios justo, apoya al inocente. Mi escudo es el Dios Altísimo, que salva a los rectos de corazón”
(9,9-11): "El Señor gobierna al mundo con justicia y juzga con rectitud a las naciones. El Señor es un refugio para los oprimidos, Una fortaleza en los momentos de peligro. ¡Confíen en ti los que veneran tu Nombre, porque tú no abandonas a los que te buscan!"

NOTICIA Raquel es educadora social en Ripoll.
Nunca había tenido un sentimiento tan fuerte como este que viene de otro sitio que no soy capaz ni de describir.
Estos niños eran niños como todos. Como aquel que puedes ver jugar en la plaza, o el que carga una mochila enorme de libros, el que te saluda. Me duelen las chispas que encienden el odio en las redes, en la calle, en el pueblo donde vivo, los periódicos ...
Donde se muestra la ignorancia, el rencor, la indiferencia, el no respeto hacia el prójimo, los tópicos, las fronteras, el girar la cabeza hacia otro lado, el no saber ponerse en la piel del otro.
Y esto se repite siglo tras siglo, año tras año. ¿Qué estamos haciendo mal? Debemos detener esto. Debemos hacer algo. Las cosas que pasan en la tele o en la otra punta del mundo, son cosas que se acaban diluyendo y olvidando, y no se sabe lo que es cierto, o real. Y terminaba ganando la ira, la rabia e incluso acabamos aclamando «el ojo por ojo, diente por diente» para castigar estos actos.
Ahora tengo una sensación que se escapa … No puedo contener las lágrimas. Estoy destrozada, rota por dentro. Sé que estos días la balanza y el apoyo se decanta hacia las víctimas, hacia los hijos perdidos, las familias destrozadas, la ciudad de duelo.
Pero permitidme contaros y enseñaros la otra cara de la moneda, la que no sale en los periódicos, la que no llora en público, la que en silencio se seca las lágrimas porque parece que esté mal visto llorar por ellos.
Permitidme enseñaros deciros cómo eran ellos, o al menos los niños que conocí yo. He trabajado casi toda mi vida en el mundo social, a pie de calle. Nada más aterrizar en Ripoll, empecé a trabajar con un grupo jóvenes. El más pequeño tenía unos 8 años y venía siempre de la mano de su hermano. Un hermano educado, tímido, amable, buen estudiante, tranquilo, en la escuela nunca se metía en líos.
Todos íbamos creciendo y pasando etapas. Todavía recuerdo las largas charlas en el despacho. Raquel necesito hablar contigo ... y allí hacíamos nuestras tertulias y hablábamos del futuro. Piloto, maestro, médico, colaborador de una ONG. ¿Cómo se ha podido esfumar esto? ¿Qué os ha pasado? ¿En qué momento ...?¡¡Qué estamos haciendo para que pasen estas cosas !! Erais tan jóvenes, tan llenos de vida teníais todo una vida por delante ... y mil sueños por cumplir.
Esto no debe quedar con una historia más, tenemos que aprender debemos hacer un mundo mejor. Practicando con el ejemplo, educando en la no violencia, transmiten el no odio, la igualdad. Educando en las escuelas, en los espacios abiertos, en las familias, a nuestros hijos ...
Said, Moha, Moussa, Youssef, Omar ... Younes ... Y ahora Houssin ... (es una pesadilla, la lista cada vez es más larga) ¿Cómo puede ser Younes ...? Me tiemblan los dedos, no he visto a nadie tan responsable como tú ...
Los actos que habéis cometido no tienen explicación y no son lícitos ... la guerra la ira, el odio no llevan a ninguna parte. Nunca, en nombre de nadie. Ni para nadie. Ni dioses, ni banderas, ni religión ...

EVANGELIO (Mateo 6, 6-15)
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.
Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial. Pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Peticiones y Padre Nuestro

SALIDA:
Con Francisco terminamos diciendo:
Señor, haz de mi un instrumento de paz:
donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga perdón, donde haya discordia, ponga unión, donde hay error, ponga verdad, donde haya duda, ponga fe, donde haya desesperación, ponga esperanza, donde haya tinieblas, ponga luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar, en ser comprendido, como en comprender, en ser amado, como en amar;
porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, muriendo se resucita a la vida eterna. Amén