Oración Comunitaria ecuménica 20/01/2005
JUEVES, 20. Iglesia de San Francisco. Camino de Ronda, 651.- Saludo, bienvenida y explicación del esquema de la celebración. Ensayo de cantos
2.- MONICIÓN DE ENTRADA: Como cada año, del 18 al 25 de enero, todos los cristianos estamos convocados de manera muy especial para orar por la unidad, en la denominada Semana de oración por la Unidad. Aunque son muchos los aspectos que nos unen, todavía estamos separados unos de otros. Ante esta anómala situación, no podemos permanecer impasibles, como si no nos afectara o no tuviéramos nada que hacer. Al contrario: hemos de seguir fielmente a nuestro Señor Jesucristo que ha querido que la comunidad de sus discípulos, la Iglesia, fuera una sola cosa en El". En esta ocasión se celebra bajo el lema "Cristo fundamento único de la Iglesia". Esta frase resume la respuesta de san Pablo a los fieles de Corinto, que por actitudes contrarias a la condición cristiana estaban divididos.
La actual división, contrasta con la voluntad de Jesucristo y disminuye la capacidad evangelizadora de la Iglesia". Al orar por la unidad de los cristianos reconocemos que en el corazón del ecumenismo está la súplica perseverante a Dios para que nos envíe su Espíritu de concordia y de paz. La Semana de oración por la unidad de los cristianos, que ha sido desde su origen como un despertador de nuestra conciencia para sintonizar con la voluntad del Señor sobre su Iglesia y fermento del movimiento ecuménico, debe purificar nuestro corazón de prejuicios, otorgarnos humildad para reconocer nuestros fallos y disponernos a la reconciliación.
El verdadero reto que tenemos todos los cristianos es conocer y comprender a la Iglesia desde Cristo y sólo desde El. Por ello, si ignoramos a Cristo y su mensaje, la imagen de la Iglesia queda totalmente desvirtuada". Orar juntos empuja hacia la concordia; recitar unidos el Padrenuestro expresa y fomenta la unidad de la fe"
3.-CANTO: Todos vamos en el mismo barco
todos somos del mismo barro (*).
Lo gozoso y lo triste del mundo
llega a todos más tarde o temprano;
haz que todos nos sintamos uno,
que sintamos que somos hermanos.
4.- PRIMERA LECTURA: Salmo 118(117) 1-4.8-9.21-23.26.28-29
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia; diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los jefes.
Te doy gracias, porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. Tu eres mi Dios, te doy gracias. Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
5.-SILENCIO
6.-CANTO: Padre, únenos (*)
que el mundo crea que enviaste al Hijo
Padre, únenos
7.-TEXTO PARA REFLEXIONAR:
«Dios prepara para vosotros un porvenir de paz y no de desgracia; Dios os quiere dar un futuro y una esperanza.» Multitudes aspiran hoy a un porvenir de paz, a una humanidad liberada de las amenazas de la violencia. Si algunos están sobrecogidos por la inquietud ante el futuro y se encuentran inmovilizados, hay también, a través del mundo, personas creativas, llenas de inventiva, que no se dejan llevar por una espiral de taciturnidad. Saben que Dios no nos ha hecho para estar pasivos.
En el Evangelio, una de las primeras palabras del Cristo es esta: « ¡ Dichosos los corazones sencillos ! » Sí, dichosos los que avanzan hacia la simplicidad, la del corazón y la de la vida. Un corazón sencillo busca vivir el momento presente, acoger cada día como un hoy de Dios. El espíritu de simplicidad, ¿no se transparenta tanto en la alegría serena como en el buen ánimo?
Un corazón sencillo no tiene la pretensión de comprender por sí mismo el todo de la fe. Se dice: es poco lo que yo comprendo, otros lo entenderán mejor y me ayudarán a proseguir el camino.
Simplificar la vida permite compartir con los más desprovistos, para calmar las penas, allí donde existe la enfermedad, la pobreza, el hambre
Nuestra oración personal es también sencilla.
Al abandonarnos al Espíritu Santo, vamos a encontrar el camino que va de la inquietud a la confianza. Y le decimos:
« Espíritu Santo, danos volvernos hacia ti en cada momento. Aunque a menudo olvidemos que tú nos habitas, que tú oras en nosotros, que tú amas en nosotros. Tu presencia en nosotros es confianza y continuo perdón. »
La oración no nos aleja de las preocupaciones del mundo. Al contrario, nada es más responsable que orar: cuanto más se vive una oración sencilla y humilde, más se es conducido a amar y a expresarlo con la vida.
Nosotros quisiéramos pedir a Dios: « Dios que nos amas, haznos humildes, danos una gran simplicidad en nuestra oración, en las relaciones humanas, en la acogida »
Jesucristo ha venido sobre la tierra no para condenar a nadie, sino para abrir a los humanos caminos de comunión.
Después de dos mil años, Cristo permanece presente por el Espíritu Santo, y su misteriosa presencia se hace concreta en una comunión visible : ella reúne a mujeres, hombres, jóvenes, llamados a avanzar juntos sin separarse los unos de los otros.
Pero he aquí que, a lo largo de su historia, los cristianos han conocido múltiples sacudidas: han surgido separaciones entre los que, sin embargo, se refieren al mismo Dios del amor.
Restablecer una comunión es urgente hoy, no se puede dejar sin cesar para más tarde, hasta el final de los tiempos. ¿Haremos todo lo posible para que los cristianos despierten al espíritu de comunión?
Existen cristianos que, sin tardar, viven ya en comunión los unos con los otros allí donde se encuentran, con toda humildad, con toda simplicidad.
A través de su propia vida, quisieran hacer a Cristo presente para muchos otros. Saben que la Iglesia no existe por sí misma sino para el mundo, para depositar en él un fermento de paz.
«Comunión» es uno de los más hermosos nombres de la Iglesia: en ella, no puede haber severidades recíprocas, sino solamente limpidez, la bondad del corazón, la compasión y llegan a abrirse las puertas de la santidad.
En el Evangelio, se nos ofrece descubrir esta realidad asombrosa : Dios no creó ni el miedo ni la inquietud, Dios no puede sino darnos su amor.
Por la presencia de su Espíritu Santo, Dios viene a transfigurar nuestros corazones.
Y en una oración muy sencilla, podemos presentir que nunca estamos solos: el Espíritu Santo sostiene en nosotros una comunión con Dios, no por un instante, sino hasta la vida que no termina.
(Extraído de la Carta de Taizé 2005)
8.- SILENCIO
9.- CANTO: Dona la pace Signore,
a qui confida in te, dona,
dona la pace Signore, dona la pace
10.- Lectura de la carta de san Pablo a los Filipenses: Flp 2, 1-11
Hermanos: si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús. El, a pesar de su condición divina , no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo, y toda lengua proclame: ¡Jesucristo es Señor! para gloria de Dios Padre
11.-HOMILIA Y SILENCIO
12.-CANTO: 1ª voz: Como el Padre me amó 2ª voz: Amaos, amaos
yo os he amado; amaos unos a otros
permaneced en mi amor amaos, amaos
permaneced en mi amor amaos unos a otros
13.-PETICIONES ESPONTÁNEAS
14.-PADRE NUESTRO (Cogidos de las manos en señal de unidad)
15.-COMPROMISO: (recitamos todos juntos)
Dios de misericordia, tú quieres que seamos tuyos. Queremos abrir nuestros corazones y nuestro espíritu a la grandeza de tu llamada y perseverar en el camino de la unidad comprometiéndonos en el servicio de tu obra redentora en el mundo. Consérvanos unidos como una sola familia de tu Hijo único Jesucristo, fundamento único de la Iglesia. Ayúdanos a descubrir la diversidad como un enriquecimiento que nos permita edificar tu morada en el mundo. Haz que estemos atentos a tu voluntad y a tu deseo. Haz que seamos capaces de aprender los unos de los otros. Haz que nuestras vidas y la vida de nuestras iglesias sean un testimonio de tu amor para nosotros y para la creación entera. Señor, concédenos desde ahora la unidad. Amén
16.-ORACIÓN DE SAN FRANCISCO POR LA PAZ
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga younión,
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo la fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas ponga luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, maestro, que no me empeñe tanto:
en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando, se recibe;
olvidando, se encuentra;
perdonando, se es perdonado;
muriendo, se resucita a la Vida eterna
17.- BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO
18.-CANTO DE SALIDA:
Llevad la buena noticia a todo ser que respira
y decidles que la paz está dentro de sus vidas
y que ellos paz serán si desparraman amor
a cuantos hombres encuentren