Oración Comunitaria 04/08/2016
Oración comunitaria, 4 de agosto de 2016.
Escuela de oración:
Acudimos fieles a la cita con el Señor para dejarnos iluminar por su Palabra y por la actualidad. Traemos hoy el eco de tantos jóvenes de todo el mundo que se han reunido en Cracovia en la JMJ convocados por el Papa Francisco para revitalizar su fe y ponerla al servicio del Reino de Dios en la tierra. También traemos a esta oración la experiencia misionera de nuestros hermanos Inés y Salva en la selva de Perú acompañando a los misioneros franciscanos que entregan su vida al Señor sirviendo a los más sencillos de la tierra.
Señor, apenas nace el día: tú eres la luz y el sol de mi jornada.
Contigo quiero andar por la vereda: tú, mi camino, mi verdad, mi vida; tú, la esperanza firme que me queda. Señor, a ti te busco, levanto las manos y el corazón, al despertar la aurora quiero encontrarte siempre en mis hermanos Señor resucitado, que traes la alegría al corazón que va por tus caminos, ¡vencedor de tu muerte y de la mía! Gloria al Padre de todos, gloria al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos te alabe nuestro canto y nuestra oración.
Con Francisco comenzamos cantando: oh alto y glorioso Dios…
Lectura A.T.: Is 30, 15-25
Así dice el Señor, el Santo de Israel: Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán un apalabra a la espalda: “Este es el camino, caminad por él”. Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del campo será rico y sustancioso; aquel día tus ganados pastarán en anchas praderas; los bueyes y los asnos que trabajan el campo comerán forraje fermentado, aventado con bieldo y horquilla. En todo monte elevado, en toda colina alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. La Luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete veces mayor. Cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su golpe.
Noticia: Testimonio de experiencia en misión de Perú. Inés y Salva.
Querida comunidad: Os escribimos Salva y yo desde Iquitos; nuestro viaje por la selva hoy llega a su fin y queríamos compartir con vosotros la experiencia vivida y lo aprendido estas semanas.
Hemos acompañado a Enrique Iglesias y a Florencio en la gira por los caseríos de la provincia franciscana de Requena en el río Ucayali, donde nace el Amazonas, en la selva de Perú.
Hemos podido compartir experiencias, vida y fe con los habitantes de estos caseríos y con los "padresitos". Básicamente, nuestra función ha sido el acompañamiento durante los bautizos y pasar consulta, donde nos hemos acercado a algunas realidades médicas del lugar.
Ha sido una suerte para nosotros poder vivir esta experiencia, en la que hemos aprendido tanto:
- sobre el día a día de los misioneros franciscanos, su dedicación y entrega absoluta a una gente que es tan igual y a la vez tan distinta a lo que estamos acostumbrados; - sobre una forma de vida sencilla en lo material pero muy rica en lo fundamental, en la que resalta la importancia de las relaciones humanas frente a las cosas materiales; - sobre modelos de familia diferentes, en los que la relación padres-hijos, parejas no está marcada de la misma manera que en nuestra sociedad, y en las que el papel de la mujer como cabeza de familia determina que la sociedad se constituya de forma matriarcal; - sobre comunidades cristianas aisladas, que ante la presencia sólo puntual del padre Florencio, viven su fe en comunidades laicales.
Además, resaltar la experiencia tan bonita de poder disfrutar la naturaleza casi virgen, atardeceres espectaculares en el río, noches de luna llena donde lo único que se escuchaba era el sonido de la selva; las conversaciones y reflexiones en la terraza, en torno a la mesa o el evangelio, que hemos vivido como un auténtico regalo compartido con los otros hermanos.
Después de lo vivido en la selva, nos llevamos una sensación muy buena ya que aunque la vida aquí es muy sencilla y no tienen las comodidades y privilegios q nosotros tenemos, la gente es feliz y lleva una vida plena, lo que nos interpela sobre las necesidades que nos creamos en la sociedad en la que vivimos. Es más, también hemos podido observar cómo, desde la llegada de la televisión a la selva, también aquí están cambiando de forma acelerada los modelos de convivencia tradicionales, hacia otros más individualistas, por la influencia negativa de valores como el consumismo...
Nos sentimos muy afortunados y agradecidos por la acogida recibida desde el primer momento en Perú, nuestra llegada a Iquitos, en Requena, en Flor de Punga y en todos los caseríos que visitamos donde nos recibieron con los brazos abiertos.
Hoy ya, después de visitar Cuzco, estamos en Lima para volver a casa. En unos días nos vemos en España.
Un abrazo fraterno, Inés y Salva.
Evangelio: Mc 2, 15-20
Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: ¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?
Al oír esto Jesús, les dice: No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: ¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?
Jesús les dijo: ¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día.
Salida:
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre. Te encomendamos en modo particular los jóvenes de toda lengua, pueblo y nación. Guíales y protégeles en los complejos caminos de hoy y dales la gracia de poder cosechar abundantes frutos de la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia. Padre celestial, haznos testigos de tu misericordia. Enséñanos a llevar la fe a los que dudan, la esperanza a los desanimados, el amor a los indiferentes, el perdón a quien ha obrado el mal y la alegría a los infelices. Haz que la chispa del amor misericordioso que has encendido dentro de nosotros se convierta en un fuego que transforma los corazones y renueva la faz de la tierra.
Con Francisco acabamos cantando: te adoramos…