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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 25/08/2016

ORACIÓN 25 AGOSTO 2016

ESCUELA DE ORACIÓN:
Nos reunimos para orar en esta festiviad de San Luis rey de Francia, Patrono de la Orden Franciscana Seglar (OFS), que se distinguió por el espíritu de penitencia y oración y por su amor a los pobres, preocupándose por la paz entre las naciones.
Y nos encontramos en esta Capilla del Cristo de San Damián que nos acoge en el silencio de la tarde, en la quietud de espíritu con los brazos abiertos. En ellos todas las criaturas del mundo tienen sitio, en la infinita ternura del Dios-hijo que nos ama y nos cuida para que tengamos esperanza y seamos capaces nosotros de cuidar toda la Tierra, regalo de Dios.
En este ambiente de oración, queremos tener presentes a tantos hermanos que dedican su tiempo a ayudar a los demás, a hacer voluntariado o ser misioneros de Cristo allí donde les toca vivir. Queremos acordarnos de manera muy especial hoy, de todas las víctimas del terrremoto de Italia y sus familias en estos momentos tan difíciles; Queremos tener presentes a tantos hermanos anónimos que han dejado su vida en el mediterráneo huyendo de la guerra, la violencia y la miseria; y a tantos hermanos que necesitan de esperanza para vivir cada día con dignidad y plenitud. Que todos nosotros seamos esperanza, seamos semilla que cae en tierra buena para dar fruto en abundancia.

Con Francisco de Asís, ejemplo del cuidado de lo débil y de la entrega al hermano, comenzamos esta oración diciendo: “ Oh Alto y Glorioso Dios…”

SALMO: 62
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré de manjares exquisitos, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.

NOTICIA
La voluntaria de la Fundação Encontro y Casa do Gaiato relata sus tres meses de trabajo en Mozambique, donde no solo ayudó a los niños huérfanos sino que encontró una 'familia' SOL ALONSO (MOZAMBIQUE SUR) Madrid 20 AGO 2016 - 10:49 CEST
Salí de Madrid rumbo a Maputo (Mozambique) un bienaventurado 22 de enero, con el plan más palpitante del universo y ni un traspié en los preparativos. Lo que empieza bien, mejor termina: tres meses de voluntariado para tareas de comunicación en Casa do Gaiato y Fundação Encontro, un orfanato y una organización comunitaria. Instituciones hermanas que combaten la pobreza a través de la enseñanza, la educación para la salud, el trabajo comunitario y la autonomía.
Mientras Encontro centra todos sus esfuerzos en las paupérrimas aldeas de los distritos de Boane y Namahacha, el orfanato cumple ahora 25 años de avatares al sur de la capital. 150 muchachos de 3 a 20 años, forman junto a sus mayores una gran familia. Bajo la filosofía de acabar con la distribución de peces, como en tiempos de guerra, aquí están las cañas de pescar. Vais a aprender a utilizarlas. Las mujeres y los niños, primero Mi adaptación a la efervescencia africana fue instantánea. De la noche a la mañana, gané una troupe de sobrinos adorables, aprendí a conversar con los pájaros en su trino original, practiqué un penoso portiñol con los mozambiqueños, tanteé, con más ahínco que salero, el cimbreo de la Marrabenta, y superé el pavor a las arañas, escorpiones, mosquitos, cobras, y ciertas especies de escarabajos de diseño, dignos de la más sofisticada joyería. En 90 días de bonanza, comprobé que se vive mejor sin más atuendo que el que cabe en una lavadora mediana, porque no hay más abrigo que los gestos afables de un país que, convaleciente todavía de dos guerras, la independencia como colonia portuguesa y el conflicto civil casi inmediato, es un filón inagotable de sonrisas.
Pasaba días enteros trajinando por la casa, apoyé en las aulas, recorrí las aldeas, y pude callejear entre el calor y la calidez de la ciudad de Maputo. Siento todavía el bofetón de la desigualdad, que nos atrevemos a llamar progreso, sin que nos fulmine un rayo. En el campo, los ojos miran al cielo desecado pidiendo una tregua. La lluvia abandonó hace tiempo a los sedientos huertos familiares vaciando platos y reservas. Pasan hambre. Y, mientras tanto, manos codiciosas escarban las entrañas de esa misma tierra para llevarse el gas, los minerales preciosos y tanta riqueza natural que no libra a Mozambique de ser uno de los países más míseros del continente. África es el botín de la China colonial que presagió el escritor sueco Henning Mankell, mozambiqueño de alma. Pero las sonrisas no se extinguen. Mi trabajo me ha exigido escribir y describir muchas vidas frente al ordenador, componiendo relatos de los que tengo derecho a presumir sin vanidad mal entendida.
—¡Qué valiente! Fue la expresión que saturó mis oídos antes de partir.
—¿Valiente yo? Coraje el vuestro, para seguir viviendo aquí, repito al referirme a esta Europa desdibujada y áspera.
Tres meses después de mi vuelta a Madrid, ya no es que añore infinito todo aquello. Es que me echo de menos a mí misma en Mozambique. Ahora sé que el primer mundo es el último lugar donde quiero vivir. Con 42 años de trabajo como periodista, y 56 velas sopladas, he cumplido mucho más que el sueño de vivir un año con dos veranos.
En la emocionante despedida que me regalaron los gaiatos, al devolver entre risas y lágrimas la llave de mi confortable cuarto de hospital, les advertí de que entregaba también la chave do meu coraçao. El tráfico de afectos no amaina con el paso del tiempo. No me queda otro remedio que volver, para engrasar la cerradura.

Evangelio:Mateo(13,24-30): En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»

SALIDA: Dios de amor, muéstranos nuestro lugar en este mundo como instrumentos de tu cariño por todos los seres de esta tierra, porque ninguno de ellos está olvidado ante ti. Ilumina a los dueños del poder y del dinero para que se guarden del pecado de la indiferencia, amen el bien común, promuevan a los débiles,y cuiden este mundo que habitamos. Los pobres y la tierra están clamando: Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura. Alabado seas. Amén. (Oración con la creación, Papa Francisco)