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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 02/06/2016

ENTRADA
Hoy nos presentamos como cada jueves ante ti, Señor.
Como todos, también nosotros aspiramos a tener una vida llena y feliz. Hoy parece que la meta es llenar y llenar la vida, pero al final terminamos por darnos cuenta de que nuestras mochilas están llenas de cosas, prisas y vivencias, pero nos sentimos vacíos. Por eso, venimos a llenarnos de ti. A que nos hables al corazón, con ternura; a que nos ayudes a descubrir que has planeado para cada uno, para ponernos a tu servicio, como hizo Francisco.

Con él, comenzamos diciendo: Oh alto y glorioso Dios…

PRIMERA LECTURA 1 Samuel 2, 1-9
Señor, yo me alegro en ti de corazón,
porque me das nuevas fuerzas.
Puedo hablar contra mis enemigos,
porque me has ayudado.
¡Estoy alegre!
¡Nadie es santo como tú, Señor!
¡Nadie protege como tú, Dios nuestro!
¡Nadie hay fuera de ti!
Que nadie hable con orgullo
y nadie se jacte demasiado,
porque el Señor es el Dios que todo lo sabe,
y él pesa y juzga lo que hace el hombre.
Él destruye los arcos de los poderosos
y reviste de poder a los débiles;
los que antes tenían de sobra,
ahora trabajan por un pan;
pero los que tenían hambre,
ahora ya no la tienen.
La mujer que no podía tener hijos
ha dado a luz siete veces;
otra con muchos hijos, queda sola.
El Señor quita la vida y la da;
nos hace bajar al sepulcro
y de él nos hace subir.
El Señor nos hace pobres o ricos;
nos hace caer y nos levanta.
Dios levanta del suelo al pobre
y saca del basurero al mendigo,
para sentarlo entre grandes hombres
y hacerle ocupar un lugar de honor;
porque el Señor es el dueño
de las bases de la tierra,
y sobre ellas colocó el mundo.
Él cuida los pasos de sus fieles,
pero los malvados mueren en la oscuridad,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.

NOTICIA
Verónica es una heroína que tira ella sola de sus tres hijos, una mayor, Aroa, de 24 años, y otros dos menores, Izan, de 9, y Nayara, de 8 años. Para ello cuenta únicamente con su sueldo de limpiadora, por el que cobra 670 euros al mes, la ayuda puntual de sus padres mediante tuppers y jornadas de canguros, y algunas tardes en la ludoteca de su barrio, un respiro facilitado por el programa de la Obra Social ”la Caixa” Proinfancia. Con eso apenas sobrevive, pero a sus hijos no les falta de nada. Aunque hubo un tiempo, tras la separación, en que no fue así. «No sabía para donde tirar, estaba hundida y me hubiera quedado en casa sin salir. Pero los pequeños tenían 2 y 3 años en aquel momento, y había que sacarlos al parque, o a dar una vuelta. Por eso digo que a mi mis hijos a mí me han dado la vida, la fuerza para salir adelante».
Ayer, 1 de junio, «Día de los Padres y de las Madres», es el día de esas familias que van un poco más allá y se crecen ante la adversidad, demostrando que harían cualquier cosa en el mundo para que sus hijos, independientemente de las circunstancias, puedan llevar una vida feliz y productiva.
Aunque el “Día de los Padres y de las Madres” es todos los días, la fecha la fijó la ONU en 2012, queriendo así reconocer su labor y honrar su trabajo en todo el mundo y para ayudar a reflexionar sobre el valor del papel de los padres, los primeros educadores de sus hijos y como tal, transmisores de unos valores esenciales en la sociedad actual. «La familia garantiza que los niños puedan crecer en un ambiente de felicidad, amor y comprensión para afrontar mejor el futuro. Por eso los padres son los pilares de la estructura familiar, de las comunidades y de la sociedad»

EVANGELIO Mateo 6, 1-8
No realicéis buenas obras delante de los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis ninguna recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. Por tanto, cuando ayudes a los necesitados no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los elogie. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Tú, por el contrario, cuando ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo.
Hazlo en secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará tu recompensa.

PETICIONES Y PADRENUESTRO

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