Oración Comunitaria 26/05/2016
Canto
SALMO
139
Señor, tú me has examinado y me
conoces;
tú conoces todas mis acciones;
aun de lejos te das cuenta de lo que pienso.
Sabes todas mis andanzas,
¡sabes todo lo que hago!
Aún no tengo la palabra en la lengua,
y tú, Señor, ya la conoces.
Por todos lados me has rodeado;
tienes puesta tu mano sobre mí.
Sabiduría tan admirable está fuera de mi
alcance;
¡es tan alta que no alcanzo a comprenderla!
¿A dónde podría
ir, lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiría, lejos de tu presencia?
Si yo subiera a las alturas de los cielos,
allí estás tú;
y si bajara a las profundidades de la tierra,
también estás allí;
si levantara el vuelo hacia el oriente,
o habitara en los límites del mar occidental,
aun allí me alcanzaría tu mano;
¡tu mano derecha no me soltaría!
Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo;
tú me formaste en el vientre de mi madre.
Te alabo porque estoy maravillado,
porque es maravilloso lo que has hecho.
¡De ello estoy bien convencido!
No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo
mientras yo era formado en lo secreto,
mientras era formado en lo más profundo de la tierra.
Tus ojos vieron mi cuerpo en formación;
todo eso estaba escrito en tu libro.
Habías señalado los días de mi vida
cuando aún no existía ninguno de ellos.
CANTO:
NOTICIA:
A Nacho se le cae continuamente la baba. Es una
realidad que no disfraza Marian, su profesora. Sin paños calientes, añade: «A
todas luces, sigue siendo un bebé», lo que contrasta con el 1,70 que medirá el
joven. La hermana de Nacho se va a casar y su mayor deseo era tener en su boda
un «regalo» hecho por él. Marian, perteneciente al organigrama de excelentes
voluntarios y profesores que componen la Fundación Juan XXIII Roncalli de
Madrid, le puso una cinta azul alrededor de la boca, le colocó frente a un
mantel de plástico con agujeros, superpuesto a una base de caucho, y dio a
Nacho una pelota untada en colores; y, entre saliva y pintura, él va
garabateando las tapas de un libro de firmas para el enlace de la casadera. Él
tiene una discapacidad intelectual de grado profundo, pero estará muy presente
en el día más especial de su hermana. Marian resume: «Cada pieza de la sociedad
cuenta».
Quizá sea solo un caso más de la voluntad y el
esfuerzo que hay detrás de las historias de cada «chico» que se encuentra en la
fundación pero Nacho y Marian representan la comunión que ha hecho de esta
entidad un referente nacional en la integración socio-laboral de personas con
discapacidad intelectual.
La EPA que nunca se publica
Según Amparo Martínez y Luis Arroyo, los fundadores
de la Juan XXIII Roncalli, la mejor fórmula para lograr que estos jóvenes «cuenten»
es el empleo, convertido en una auténtica obsesión para ellos. «Aquí todo se
traduce en la palabra apoyo –dice una emocionada Amparo–. Necesitan un apoyo
para hacer las cosas, pero las hacen perfectamente. La conclusión es que
“llegan”. No son unos “pobrecitos”, aquí salimos a torear, a decirles a las
empresas que saben, a demostrarles que pueden hacer un trabajo y cobrar por
ello». Y, sin embargo, reprocha al alimón su marido, muchas empresas «prefieren
dar un donativo antes que colocar a un muchacho». La sociedad todavía «no se
fía de la discapacidad intelectual» y la pone continuamente a prueba.
Cinco décadas atrás, los fundadores, que se casaron
al mes de embarcarse en este magno proyecto, trabajaron codo con codo por la
educación, formación e integración de un colectivo que solo por la vía de la
empleabilidad consigue un sueldo que les dignifica y permite explotar sus
potencialidades. Se trata de la tasa de paro que menos se publicita y que
asalta al colectivo más vulnerable.
En total, la fundación cuenta con un centro de día
dirigido a personas con discapacidad intelectual en grado severo o moderado; un
centro ocupacional que fomenta la autonomía personal y la capacitación
psicosocial; un centro de formación para el empleo; y un centro especial de
empleo. En este «centro de operaciones» se desarrollan ocho líneas de
actividad, con servicios de marketing, huerta y productos ecológicos, servicios
logísticos y gestión documental, entre otros.
Un ejemplo ilustrativo es el trabajo que se realiza
para la empresa Halcón Viajes. Ella sí confió en estos chavales y el servicio
de catering en bandejas de los aviones se elabora con un mimo sorprendente por
parte de una singular «cadena de montaje» que separa las bolsitas del té de la
manzanilla como si fuera la vida en ello. Y, en parte, la realización y el
ingreso mensual que cobrarán por hacerlo sí hacen que les vaya mucho en ello.
Hay dos trabas, resumen los creadores de esta
organización: «Lo difícil y lo bonito a la vez es dar con la situación anímica
que tiene cada chaval, porque la tienes que ir averiguando. Luego, están las
familias que los superprotegen... Aquí entran al centro de día y empiezan por
separar formas de colores, porque muchos no saben ni leer ni se expresan, en
los grados más profundos». El empleo les hace «sentirse útiles», porque saben
que «a su gesto de colocar una manzanilla en una bandeja continuará el
siguiente con otro sobrecito.
El auténtico «milagro» en este lugar es verles
salir por la puerta convertidos en jardineros, reponedores y conserjes, replica
Luis Arroyo. Bajo los mandos de Nuria, la profesora, una decena de jóvenes
asisten a un curso para ser azafatos o recepcionistas. Sus alumnos alegan que
lo que nunca se permitirán cuando salgan ahí «afuera» a ponerse frente al
público es «perder la sonrisa». «La sonrisa... ¡nuestra diferencia!», se lee en
una pared del aula. Diez rostros nos miran, responden y no dejan de sonreír.
CANTO:
EVANGELIO
JUAN 6, 51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Yo soy el
pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo. Disputaban entonces
los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús
les dijo: Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis
su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre
tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera
comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre
habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el
Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado
del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que
coma este pan vivirá para siempre
CANTO:
ORACIÓN
PADRE NUESTRO
CANTO: