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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 19/05/2016

Ambientación:
El pasado domingo, día de Pentecostés, la Iglesia celebraba la Jornada de Acción Católica y Apostolado Seglar. Bajo el lema “Laicos, testigos de la misericordia” la jornada invita a inspirarnos durante este año santo en la bienaventuranza “Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia” (Mt 5,7). Jesús resucitado sube al Padre pero no nos deja solos, nos envía el Espíritu Santo que nos marca el camino. Es la hora de la mayoría de edad de los laicos, es la hora de ponernos manos a la obra para para llevar la misericordia de Dios a través de un compromiso de vida, que es testimonio de nuestra fe en Cristo, para hacer de este mundo un lugar donde se viva el Reino de Dios. Es la hora de abrir los oídos para escuchar su voz, es la hora de discernir lo que espera de nosotros en cada momento. Es la hora de ser valientes, pues sabemos que no estamos solos y que en nuestra debilidad, Él nos hace fuertes, nos moviliza, nos conduce hacia fuentes tranquilas y repara nuestras fuerzas. Vamos a invocar al Espíritu Santo para que esté siempre con nosotros, para que sople en cada momento o situación, para que nos ilumine, nos fortalezca la fe, la esperanza y la Caridad. Lo hacemos con Francisco diciendo juntos: Oh Alto y glorioso Dios... 

Canto:            Ven Espíritu de Dios, haz nuevo el corazón.
                        De nuestra imagen y de nuestro yo
                        libéranos, Señor, con la fuerza de tu amor,
                        libéranos, Señor, desde tu propio corazón.

Sal 39,6.7.8-9.10.11: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro;
nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio.
Entonces yo digo: «Aquí estoy.» Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes.
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea.

CANTO:         Pongo mi vida en tus manos, Padre mío me                                     abandono a tí
                      Haz de mí lo que quieras, estoy dispuesto a                                   aceptarlo todo (bis)
                      ... Con infinita confianza porque Tú, Tú eres mi                               Padre

NOTICIA:El cle­ri­ca­lis­mo y los lai­cos  'ABC - Alfa y Omega' - 2016-05-12.Jo­sé Luis Res­tán
El mensaje iba dirigido a los obispos de América Latina pero es de plena aplicación entre nosotros. El Papa se ha preguntado qué significa para los pastores que los laicos estén trabajando en la vida pública, y ha respondido que significa buscar la manera de acompañar y alentar todo los intentos que se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones.
Y en seguida Francisco ha advertido que son precisamente los laicos los que conocen la entraña de las circunstancias sociales, políticas o culturales en las que se mueven, y por eso no tiene sentido que los pastores pretendan decirles lo que tienen que hacer o decir en sus ambientes. Eso sería lo que el Papa ha calificado sin ambages como clericalismo.
Es muy aguda la observación de que, muchas veces, los obispos y sacerdotes han identificado la imagen del laico comprometido con aquel que trabaja en las cosas de la parroquia o de la diócesis, y sin embargo ha faltado una reflexión sobre lo que significa vivir la fe a la intemperie. Sobre todo, ha faltado un verdadero acompañamiento (a veces incluso una auténtica simpatía pastoral) hacia aquellos creyentes «que se debaten en la lucha cotidiana por vivir la fe en medio del mundo». Con no poca ironía, Francisco advierte que a veces creamos eslóganes que se quedan vacíos, como aquel de los años 80 sobre la hora de los laicos. A lo mejor, mientras lo repetíamos, el reloj se había quedado parado.
Lo que el Papa valora en la vocación del laico es que está inmersa en el corazón de la vida social, en medio de nuevas formas culturales que se gestan continuamente. Es, ciertamente, una lucha cotidiana para hacer presente la novedad cristiana en medio de un mundo cambiante y a menudo hostil. También los propios laicos hemos de sacar las consecuencias de todo esto, porque a veces podemos ser más clericales que nadie, ya sea para evitar el riesgo de una fe vivida al aire libre, o porque estemos más preocupados de ganar influencia y poder dentro de la institución, que de jugárnosla en la misión.
Newman reclamaba un laicado que no fuese arrogante ni alborotador, sino arraigado en la Iglesia, consciente de su riqueza y de sus límites, capaz de dar cuenta de su fe en las circunstancias vertiginosas de la historia. No sería poca cosa, como pide el Papa, que pastores y laicos colaboraran en ello. 

CANTO:         Nada has pensado que no puedas hacer                                        Nada has soñado imposible de ver.
                      Ni en el mar, ni en el cielo, nada está lejos de ti.
                      Todo está en tu adentro, todo puedes hacerlo si te                       fías de mi

EVANGELIO: Jn 14,15-16.23b-26: El Espíritu Santo os lo enseñará todo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Pa­dre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros.
El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.»

CANTO:         Ven Espíritu de Dios y de tu amor enciende la llama
                       Ven Espíritu de amor, ven Espíritu de amor

SALIDA:
Los discípulos necesitaron que el Espíritu los inundará con sus dones para ser capaces de testimoniar al Señor resucitado sin miedo y con alegría; ahora nos toca a nosotros, igual que a ellos, vivir cada día siendo testigos de la Misericordia del Padre siendo misericordiosos como Dios. Estamos alegres porque el Señor cuenta con nosotros para esa bonita tarea y nos da lo necesario para el camino, su Palabra, su Pan y su Espíritu. Hagamos de nuestra vida una continua alabanza a Dios como lo fue la de Francisco de Asís. Con él decimos: te adoramos…

CANTO:         Sois la sal que puede dar sabor a la vida
                       Sois la luz que tiene que alumbrar, llevar a Dios